Itinerarios

Recorra el arte público de la ciudad guiado por especialistas que le proponen estos sugerentes itinerarios:


Presentación

Durante siglos las mujeres no han obtenido el reconocimiento merecido en la mayoría de las disciplinas científicas, y el arte no ha sido una excepción. Incluso muchas pinturas y esculturas ejecutadas por mujeres se atribuían a varones lo cual precisamente revelaría que no existen diferencias objetivas entre las manifestaciones artistas elaboradas por mujeres y por hombres. Pero todavía hoy el valor económico o simbólico y la repercusión de una pieza son menores cuando la producción corresponde a una mujer. No obstante, hemos recorrido un camino hacia su reconocimiento, sobre todo si consideramos que hasta el siglo XIX la mayoría de las mujeres continuaron siendo excluidas de las Academias, o al menos tenían prohibida la asistencia a las clases con modelo al natural. Poco a poco, sin embargo, el número de mujeres artistas aumentó hasta se fundaron asociaciones de mujeres artistas para luchar contra su discriminación en el sistema artístico. En el siglo XX, el arte de vanguardia se abre camino con el activismo conjunto de hombres y mujeres, que participan conjuntamente en manifiestos, exposiciones, concursos, etc. También los movimientos feministas y la lucha por los derechos de la mujer (que en Zaragoza cuentan con algún epicentro simbólico, donde podemos ampliar bibliografía) han propiciado el mayor reconocimiento social de las artistas y sus obras. En la actualidad el arte realizado por mujeres no sólo se considera merecedor de estudio y consideración pública, sino que incluso se le dedica atención especial, para intentar reequilibrar su postergación histórica.

Por ello, se propone aquí esta ruta dedicada específicamente a las obras de arte público existentes en la ciudad de Zaragoza cuya autoría corresponde a mujeres, sea cual sea su época y estilo. Este itinerario se plantea como una exhibición del trabajo, la dedicación, el esfuerzo, la delicadeza, la sensibilidad y la calidad artística de las obras producidas por mujeres en nuestra ciudad, demostrando así la capacidad de estas para llevar a cabo cualquier manifestación artística, superando a veces no pocos obstáculos impuestos por la sociedad. Se trata de un recorrido pensado para callejear por Zaragoza contemplando obras de autoría femenina poniéndolas en relación mental con otras también firmadas por mujeres, a veces situadas en otras partes de la ciudad.

Recorrido

  1. Las Fuentes
  2. Casco Histórico
  3. Riberas del Ebro (de la Plaza Europa hasta la Expo)

Presentación

Inaugurado en 1929 por Miguel Primo de Rivera, su epónimo hasta que en 2010 se cambió su nombre oficial en memoria de José Antonio Labordeta, el parque Grande de Zaragoza tiene una superficie aproximada de 368.000 m2. Cuenta con una gran cantidad de rincones especiales, en donde perderse y pasear, lejos de la afluencia urbana. El escritor aragonés Juan Moneva y Puyol en un artículo del Heraldo de Aragón de 1928, señalaba en cuanto a la ubicación allí de algunos bustos: "En un lugar de recreo y esparcimiento en donde el espíritu se halla más curioso para enterarse de lo que no interesa a la diaria utilidad. Por eso en el parque los personajes estatuados obtendrán más atención del público que los que ocupen centros de plazas donde actúa el tráfico de los negocios". Efectivamente, estos espacios ajardinados y arquitectónicos conforman un bello soporte para los veintidós monumentos escultóricos que se hallan en el parque, sin embargo, algunos de ellos, no fueron concebidos para tal bucólico emplazamiento. El itinerario planteado pretende ser un viaje a través de la memoria colectiva del pasado, recordada mediante una serie de espacios, monumentos e intervenciones artísticas que se pueda disfrutar en un agradable paseo en contacto con la naturaleza y el arte, tanto a pie como en bicicleta. El itinerario propuesto es el siguiente:

Recorrido

  1. Del Puente Trece de Septiembre a la calle de Isabel Zapata, visita al Jardín Botánico "Xavier Winthuysen" y el paseo de los Plátanos.
  2. Del paseo de los Plátanos al jardín del Cupresal y de la Rosaleda.
  3. Desde el paseo de los Plátanos, visita al Rincón de Goya, Avenida de los Bearneses y jardín clásico.
  4. Del Mirador del Batallador al Cabezo de Buenavista.

Presentación

Zaragoza guarda todavía hoy, entre sus calles, el recuerdo del convulso inicio del siglo XIX; y es que la Guerra de la Independencia dejó en la capital aragonesa una huella imborrable. Entre 1808 y 1813 unos 54000 zaragozanos perecieron en la lucha por defender la ciudad frente a las tropas francesas. Tras los Sitios y la posterior ocupación, que llegaría a su fin el 9 de julio de 1813, la ciudad quedó asolada. Zaragoza tardaría muchos años en reconstruirse, y en recuperarse de tan duro golpe.

Durante el siglo XIX, la inestabilidad política, hizo que el recuerdo de aquella resistencia sangrienta no fuese un discurso cómodo para el poder, que se mantenía temeroso ante una rebelión popular. Puede que por este motivo, y no sólo por carestías económicas, ningún monumental homenaje, se levantase en la capital aragonesa, pese a la promesa de su realización al finalizar la Guerra.

Ya al filo del siglo XX se dio un notable cambio de actitud, y con motivo del centenario del trágico recuerdo, se proyectaron varios monumentos. Aunque no todos llegaron a realizarse, otros se alzan todavía hoy en la ciudad y rememoran los trágicos sucesos que dieron a conocer la ciudad en todo el mundo como símbolo de heroísmo.

La memoria colectiva puede ser un recurso fundamental para que los ciudadanos se sientan vinculados a un lugar, y sin duda la memoria artística contribuye firmemente a ello. El arte se convierte en medio de expresión de los sentimientos de orgullo, gratitud, tristeza, y en definitiva recuerdo. Los Sitios de Zaragoza han buscado en el arte un medio para el recuerdo que, sobre todo coincidiendo con la celebración de importantes aniversarios, ha recuperado una parte muy importante de la historia de la ciudad. La Exposición Hispano-Francesa de 1908, con motivo del Centenario de los Sitios, supuso un punto de inflexión. Monumentos, lápidas, decoración arquitectónica, escritos...Zaragoza comenzaba a recuperar su pasado, como posteriormente ocurriría en el 150 aniversario del primer Sitio, cuando en pleno franquismo se buscaba ensalzar las "virtudes heroicas de nuestra raza", o en 2008, año en el que además de monumentos conmemorativos, la ciudad volvió a dirigirse orgullosa al mundo con la celebración de la Exposición Internacional del Agua, coincidiendo con el Bicentenario de los Sitios.

El itinerario por los Monumentos a los Sitios pretende acercarnos a través de un agradable paseo por la ciudad a los monumentos que recuerdan en sus calles aquella lucha zaragozana. Vamos a recorrer las calles de la capital aragonesa a través de algunos de los hitos monumentales que recuerdan la gesta de tantos zaragozanos hace más de doscientos años.

Recorrido

  1. Plaza del Portillo.
  2. Plaza José María Forqué.
  3. Puerta del Carmen.
  4. Glorieta de Sasera.
  5. Plaza de los Sitios.
  6. Paseo Indipendencia.
  7. Plaza de España.
  8. Puente de Piedra.

Presentación

En todas las sociedades humanas la música, el canto y la danza tienen gran protagonismo en el espacio público. Zaragoza no es una excepción, sobre todo los días de determinadas celebraciones que se viven en las calles al ritmo de jota, con estruendos de tambores, cánticos devotos o jocosos u otras manifestaciones de la cultura popular. También hay abundantes artistas profesionales que protagonizan conciertos, bailes y demás eventos organizados gratuitamente al aire libre. Nada tiene de extraño pues que el arte público en esta ciudad ofrezca tantos ejemplos interesantes referidos a estas artes. Marcadamente en barrios nuevos o repoblados por gentes venidas de orígenes diversos, que ha encontrado en canciones, ritmos y danzas un referente común.


"Sin título", de Zësar, Alfalfa, Fitz y Noe

A continuación proponemos un itinerario selectivo, que recorre el casco urbano de norte a sur, destacando algunos monumentos e intervenciones en donde las artes visuales se relacionan con las sonoras a través de su temática e iconografía. Otros planteamientos más ambiciosos de entrelazar ambas prácticas de forma interactiva han tenido por ahora resultados frustrantes: el vandalismo y/o la falta de mantenimiento han dejado sin sonido tanto la instalación Sonic Forest de Christopher Janney en el recinto Expo como la Oreja Parlante de Eva Lootz junto al Azud, que quedan por tanto fuera del itinerario. Pero no podíamos eludir su mención, ya desde estas líneas introductorias, lo mismo que se intercalarán alusiones a otras piezas fuera del recorrido, para que el público interesado en estos temas las tenga presentes y quizá se plantee completar nuestro periplo por otros derroteros. Porque hay muchas otras obras que aquí no han tenido cabida pero tienen relación con estas temáticas. Un caso destacado sería la Bailarina de Honorio García Condoy ante el Centro Cívico de Torrero. Otro el busto del rockero Mauricio Aznar en su barrio de Casablanca. Sin título, mural pintado en la calle Antonio Maura por Alfalfa, Fitz, Noé y Zésar, donde este último representó una animada actuación musical, sería otro estupendo ejemplo. ¡Y hay muchos más!

Recorrido

  1. Entorno del Campus Río Ebro.
  2. Avenidas de María Zambrano y Gertrudis Gómez de Avellaneda
  3. Parque del Tío Jorge.
  4. Paseo Echegaray y Caballero.
  5. Calle Las Armas.
  6. De la Plaza del Portillo al IAACC.
  7. De la Plaza de Aragón a la Gran Vía.
  8. Plaza San Francisco.
  9. Parque José Antonio Labordeta.

Presentación


Alma del Ebro, Jaume Plensa.

Zaragoza está muy vinculada al mundo de las Letras. Ya hay abundantes estudios históricos y filológicos sobre textos dedicados a la capital aragonesa en tratados y literatura de todo tipo, pues a lo largo de los siglos ha inspirado a infinidad de autores, aunque Cervantes no quiso que pasase por aquí su famoso caballero andante, porque lo había hecho el Quijote apócrifo de Avellaneda.

Por otro lado, como se verá en este itinerario, son muchos los monumentos zaragozanos a las letras y los escritores. Bastantes de esos ejemplos son recientes, pero estas tipologías estatuarias tuvieron su época dorada en el siglo XIX y principios del XX, cuando en toda ciudad europea proliferaron monumentos de cuerpo entero a los genios literarios nacionales y locales sentados ante las bibliotecas, teatros, academias o universidades; si bien también se les reservó otro tipo de emplazamiento urbano preferente más tranquilo: amenos parques y glorietas plantados de árboles donde se les homenajeaba con retratos de busto, por considerar la cabeza el elemento iconográfico más destacado en quienes habían alcanzado la fama por su intelecto.

En Zaragoza esta doble tradición estatuaria ha tenido largo predicamento; aunque luego otra poética menos realista se ha ido abriendo camino por otras vías, hasta llegar en el siglo XXI a conjugar las Artes y las Letras en una síntesis de arte conceptual y monumento clásico lograda por Jaume Plensa en Alma del Ebro.

Recorrido

  1. Un punto de partida con muchos simbolismos
  2. Santos y santones que, además, escribieron mucho
  3. Enclaves marcados por la cultura clásica.
  4. Omphalos de nuestro recorrido.
  5. Intervalo académico.
  6. Apoteosis culminante.
  7. Varios finales posibles.

Presentación


Monumento al Rey Alfonso I el Batallador. Escultor: José Bueno Gimeno.

Los seres humanos no somos los únicos habitantes de la ciudad. Viven también en Zaragoza cuantiosos especímenes del reino animal y vegetal; aunque muchos son ya mascotas o ejemplares adaptados al ecosistema urbano, que poco tiene que ver con el hábitat de los espacios naturales. También hay en nuestras calles, plazas y parques una creciente presencia visual de animales o plantas, a través del arte público, tanto en la estatuaria como en los murales cerámicos o pintados. Curiosamente, en los tiempos en que era habitual encontrar en Zaragoza caballerías, ganado, u otros animales de carne y hueso propios de una sociedad más rural, su presencia monumental en los espacios públicos fue casi nula, mientras que ahora en nuestro imaginario colectivo de modernos urbanitas va cobrando más peso la añoranza del campo, también manifiesta en nuestro entusiasmo por los árboles, parques y huertos urbanos.

Tradicionalmente, los animales y plantas tenían escaso protagonismo en el arte público, pues eran complemento iconográfico secundario a las estatuas erigidas en honor de santos, estadistas, ciudadanos ilustres o figuras alegóricas. Uno de los mejores ejemplos es el Monumento a Manuel Rodríguez Ayuso, ingeniero agrónomo cuyo busto va acompañado de cabezas de carnero remedando los bucéfalos romanos y una diversa gama de frutos, además de la gavilla de cereales que lleva la diosa Deméter. Y además de esta presencia estatuaria de animales y plantas como mero ornato simbólico, a veces se les ha dado también vistoso protagonismo, en Zaragoza muy especialmente al león, por ser su símbolo heráldico, representado en posición rampante, aunque en el Monumento a la Exposición Hispano-Francesa de 1908 parece avanzar tranquilo, conducido por el Comercio y las Artes, mientras que esta fiera emblemática de Zaragoza nos vigila en actitud defensiva al pie del Monumento a Alfonso I el Batallador. Otro tanto ocurre con animales y plantas dotados de otros simbolismos, como la paloma de la Paz, evocada mediante silueta figurativa en el monumento A la Paz en Miralbueno y con otra más abstracta en el Monumento a la Paz del barrio homónimo; como también son pura abstracción Esparto y cierzo en Valdespartera, distrito donde hay muchas esculturas de animales que, más bien, homenajean iconos del cine: Birds, El gran mundo del circo, Moby Dick…

Recorrido

  1. De Torrero a San José
  2. De San José a Las Fuentes
  3. De la Magdalena al Tubo
  4. Del Puente de Piedra al Mercado Central
  5. Del Gancho a la Pasarela de Manterola
  6. De la Expo al Parque del Agua