1. Plaza del Portillo

Nuestro itinerario comienza en la plaza del Portillo. Este lugar emblemático que hoy se encuentra en pleno centro de la ciudad, en 1808 conformaba uno de sus límites. La plaza del Portillo se convirtió en uno de los primeros focos de resistencia; y es que su posición hizo que fuese objeto de los ataques más tempranos. La batería que defendía la Puerta del mismo nombre tenía aquí su emplazamiento y pasaría a la historia gracias a la heroica gesta de Agustina de Aragón.

En el centro de la plaza se alza el monumento a Agustina de Aragón y las heroínas de los Sitios. El 29 de octubre de 1908, con la presencia de los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia, se inauguraba la obra del escultor valenciano Mariano Benlliure. La idea de erigir un monumento a la heroína más conocida de la resistencia zaragozana surgió en los primeros años del siglo XX, y en 1907 se aprobaba su erección. El lugar fue el escenario donde protagonizó Agustina Zaragoza Domenech (Agustina de Aragón) la acción por todos recordada, cuando, tratando de evitar la entrada de los franceses por este flanco de la ciudad, se hizo cargo de una batería artillera a cuyo alrededor yacían, heridos o muertos los defensores. Además, a escasos metros del monumento, bajo los soportales de la Plaza de Toros de la Misericordia las "bravas mujeres zaragozanas" abortaron la incursión de un grupo de lanceros polacos.

De espaldas a la iglesia de Nuestra Señora del Portillo, donde reposan sus restos desde 1908, la figura de Agustina preside en lo alto el conjunto monumental, vistiendo uniforme de Sargento de Artillería y en actitud desafiante. A sus pies, la figura de un baturro le ofrece una corona de laurel. De manera distinta se representa en uno de los relieves que completan el conjunto, en el que viste como una mujer del pueblo mientras prende la mecha del cañón.