4. Del Puente de Piedra al Mercado Central


Leones. Escultor: Francisco Rallo Lahoz.

Una jota muy popular recordaba los cuatro leones que tenía el Puente de Piedra, y en honor a ella se quiso culminar su restauración en 1990 añadiendo la nueva decoración escultórica con ese tema, aunque en lugar de estatuas pétreas de leones dormidos se optó por el bronce, que permitió mayor dinamismo anatómico, o al menos una posición de enhiesta vigilancia, como si los felinos estuvieran oteando el horizonte sobre altos pedestales. Leones es en realidad una sola estatua, obra maestra de Francisco Rallo, repetida cuatro veces, y aún se hicieron en 2006 veinticinco copias más que, intervenidas por otros tantos artistas, están distribuidas por diversos equipamientos de la ciudad.

A un tiro de piedra, en la Avda Cataluña, Carlos Ochoa acertó a dejarnos también una estatua animalista muy popular: Dragón emergente, asomando su cuerpo en la cisterna de una fuente, parece inspirado en el folklore y las leyendas aragonesas, a las que también alude El dragón del Ebro de Andrés Álvarez Gracia, aunque ese otro no obtuvo finalmente localización cercana al río. Pero regresando de nuevo a la ribera sur, junto a la Lonja, nos topamos con otro homenaje a la cultura y costumbres de nuestro pueblo. Caballito (monumento al fotógrafo Ángel Cordero Gracia) recuerda la entrañable montura de cartón que usaba un histórico retratista callejero para las fotos de niños, como los que ahora siguen montándose sobre el animalito de bronce, realizado por Francisco Rallo. Obra suya también, y no menos predilecta del público infantil, es la fuente duplicada de la Plaza del Pilar, que igualmente merece aquí ser citada por su iconografía animalista: Niños con peces. Si no fueran tan regordetas esas figuras, se las podría asociar por su temática con otras como Niños con pescado o El vuelo, que José Lamiel realizó, con su moderna estética naif, para decorar una urbanización de la Avda Clavé. Pero esa misma mezcla de modernidad e inocencia infantil está aquí presente, junto a la oficina municipal de Turismo, en la Pajarita de metal que sirve de de mojón-anuncio para la Escuela-Museo Origami de Zaragoza y homenaje a Ramón Acín. Otro gran artista aragonés de las vanguardias del siglo XX fue Pablo Gargallo, y ante su museo hay cuatro esculturas monumentales suyas en bronce, cuyos temas están relacionados con este itinerario: El Pastor del Águila, Vendimiadora con uvas, y Jinetes: Atleta clásico y moderno.

Desde allí podemos desviarnos hasta el Coso, para admirar los caballos y caballeros del elegante cortejo triunfal renacentista del relieve esculpido en el friso central de la Portada del Palacio de los Condes de Morata; tras lo cual nos pararemos ante las excelentes tallas de animales y plantas comestibles de la Ornamentación del Mercado Central.