¿Qué son los contaminantes hormonales?

En las últimas décadas se ha incrementado, sobre todo en los países más industrializados, la incidencia de enfermedades del sistema reproductor (infertilidad, malformaciones, pubertad precoz, etc.), de cáncer (ovarios, mama, testículos, tiroides...) y de enfermedades neurológicas, inmunológicas y metabólicas (síndrome metabólico, obesidad, diabetes...). También se ha observado el declive de la capacidad reproductiva de las poblaciones de numerosas especies de animales silvestres, incluyendo invertebrados, anfibios, aves, peces y mamíferos.
Estas enfermedades pueden estar relacionadas con la exposición, en particular durante el desarrollo uterino, a contaminantes ambientales que tienen la capacidad de alterar el sistema hormonal, los llamados contaminantes hormonales o disruptores endocrinos. También se les conoce por sus siglas en inglés: EDC (Endocrine Disrupting Chemicals).
Los contaminantes hormonales son sustancias sintéticas que alteran el funcionamiento del sistema hormonal ocasionando daños en la salud de un organismo o su descendencia. Una de sus formas de actuar consiste en imitar a las hormonas naturales. Nuestro organismo se confunde y activa o bloquea las funciones que llevan a a cabo las hormonas. Al igual que las hormonas, actúan a concentraciones muy bajas.
Se han identificado más de 1500 sustancias capaces de alterar el sistema endocrino. Se pueden encontrar en alimentos, en productos y artículos de consumo habitual, en los entornos laborales o como contaminantes ambientales y, dado que actúan a concentraciones extremadamente bajas, no existe un umbral de exposición seguro. El coste sanitario en la Unión Europea de solo algunas de las enfermedades relacionadas con estas sustancias se estima en más de 150.000 millones de euros anuales.