La Expo y el Ebro


Con el tema principal de Agua como hilo conductor de la muestra, se destaca la relación de la Exposición con el eje principal de la ciudad anfitriona, el río Ebro. La Expo se organiza en un meandro natural, se relaciona con el río y fomenta la creación de múltiples obras que lo tienen como marco: el Pabellón Puente, el puente del Tercer Milenio, la Pasarela del Voluntariado, la recuperación de las riberas así como los diversos proyectos de intervenciones artísticas que fueron surgiendo desde 2006 con la pretensión de ornamentar y de dotar de valor paisajístico y cohesión al conjunto ciudad-arte-naturaleza.

De estas intervenciones artísticas destacamos el banco ecogeográfico con setecientos metros de recorrido serpenteante en el perímetro sur de la muestra, diseñado por Battle & Roig e Isidro Ferrer para que el visitante pudiera contemplar en una suerte de binomio complementado, el río y la exposición. En sí, constituye un elemento de fuerte valor escultórico y plástico.

Uno de los grandes espectáculos que se repetía cada noche a las diez y media durante la Expo desde su estreno el 21 de junio fue Iceberg, sinfonía poético visual, que se llevaba a cabo en una estructura creada ad hoc dentro del propio río. El espectáculo duraba 21 minutos y tuvo una gran acogida del público, se calcula que lo vieron más de 1.180.000 personas. La obra fue diseñada por la empresa Focus bajo la dirección artística de Calixto Bieito, para la banda sonora se optó por la 'Cantata para un iceberg' del zaragozano Jose Luis Romeo. Iceberg sobrecogía al espectador alertándole sobre su responsabilidad con el medio ambiente y con las consecuencias del cambio climático, la Humanidad era a la vez causante y víctima de las agresiones al planeta aunque también cabía la esperanza de que fuera capaz de restituir el equilibrio entre los seres vivos y su entorno.

Para que 25000 personas pudieran contemplar el Iceberg cada noche, se urbanizó el Frente Fluvial acondicionando en varias terrazas la orilla septeptrional del río entre la plaza temática Sed y el acceso llamado Puerta del Ebro. Justo en esa zona final, también se encontraba el embarcadero con dos pantalanes para recibir el transporte fluvial: los ebrobuses, que permitían la llegada a la expo de pasajeros desde los embarcaderos de Vadorrey y Club Náutico; el trayecto desde el azud duraba media hora y costaba 14 euros, ida y vuelta. Tan sólo se ha cifrado en un 0,1 el porcentaje de visitas y accesos que se realizaron por este tipo de transporte.

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