Correr delante de los “Gigantes y Cabezudos” es algo que los zaragozanos han hecho desde hace muchos años.

El origen de la comparsa hunde sus raíces en la Edad Media, cuando cuatro figuras, que representaban a las cuatro partes del mundo conocido, acompañaban las procesiones ciudadanas.

Su presencia anima las calles y produce alegría y jolgorio popular. Los cabezudos se dedican a perseguir a los chavales que les incitan con coplillas populares; los gigantes desfilan ceremoniosos desde la excepcional posición que les da su altura.

En la actualidad, la comparsa tiene tres citas anuales: San Valero, el Carnaval infantil y las Fiestas del Pilar

 

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