El “Milagro de Calanda” difundió la devoción a la Virgen del Pilar.

La fama de este milagro dio la vuelta al mundo y pocos años después se publicaron relatos del mismo en diversos países.


El milagro ocurrió la noche del 29 de marzo de 1640 en la villa de en Calanda. Allí por intercesión de la Virgen del Pilar, le fue restituida milagrosamente la pierna derecha a Miguel Juan Pellicer. Pierna que le habían amputado en el Hospital de Nuestra Señora de Gracia, por haberle pasado por encima un carro de trigo.

El notario de Mazaleón, Miguel Andreu, levantó acta notarial de "tan impresionante hecho". El suceso que se extendió rápidamente, contribuyó a difundir y exaltar la devoción a la Virgen del Pilar.

El municipio zaragozano acordó como festivo el 12 de octubre y proclamó patrona de la ciudad a la Virgen del Pilar. Una calle de la ciudad, entre el Ayuntamiento y el templo del Pilar, lleva este nombre.