Patrimonio cultural

Albert Einstein (14 de marzo de 1879-18 de abril de 1955) fue un físico alemán conocido principalmente por el desarrollo de la teoría de la relatividad (especial y general) y la explicación teórica del movimiento browniano y el efecto fotoeléctrico.

Nació en la ciudad alemana de Ulm, pero al año de vida su familia se mudó a Munich, donde vivió hasta la edad de 15 años. Con 17 ingresó en la Escuela Politécnica Federal de Zurich para estudiar matemáticas y física. Cinco años más tarde, ya graduado, consiguió la nacionalidad suiza y en 1902 comenzó a trabajar en la Oficina Federal de la Propiedad Intelectual de Suiza, empleo que compaginó con sus investigaciones científicas hasta la edad de 30 años.

1905 fue su año más fructífero, resultado de la publicación de cuatro artículos científicos sobre el efecto fotoeléctrico, el movimiento browniano, la teoría de la relatividad especial y la equivalencia masa-energía (E = mc²). El primero le valdría el Premio Nobel de Física del año 1921, el segundo el grado de doctor y los dos últimos le consagrarían, con el tiempo, como el mayor científico del siglo XX.

En 1908 comenzó a ejercer como profesor de física en la Universidad de Berna, ocupación que continuó en años posteriores en Praga y finalmente en Berlín. En 1919 una expedición británica a África demostró que su  teoría de la relatividad era cierta y en 1921 ganó el Premio Nobel de Física, lo que le otorgó fama mundial. Vivió en Berlín hasta que el ascenso del nazismo le hizo abandonar Alemania y mudarse a los Estados Unidos de América en 1932. Allí impartió docencia en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, se nacionalizó estadounidense (obteniendo la doble nacionalidad suizo-estadounidense) y pasó el resto de su vida intentando integrar las leyes físicas de la gravitación y el electromagnetismo, así como divulgando valores pacifistas, socialistas y sionistas hasta su fallecimiento por una hemorragia interna el 18 de abril de 1955 a la edad de 76 años.

El célebre físico alemán Albert Einstein visitó España entre febrero y marzo de 1923 e impartió conferencias en las ciudades de Barcelona, Zaragoza y Madrid. Llegó en tren a Zaragoza, procedente de Madrid, el lunes 12 de marzo de 1923, con el fin de impartir dos conferencias en la Universidad de Zaragoza, concretamente en el aula magna de la Facultad de Medicina y Ciencias (actual edificio Paraninfo), los días 13 y 14 de marzo. La visita, que duró poco más de 48 horas, fue todo un acontecimiento que revolucionó la ciudad. A su llegada le fueron a recibir el profesor Antonio de Gregorio y Rocasolano, por cuyas investigaciones bioquímicas se interesó Einstein, el cónsul de Alemania en la ciudad y reputado fotógrafo, Gustavo Freudenthal, estudiantes, súbditos alemanes y algunas autoridades. Aunque pocas personas entendían muy bien lo que había descubierto, Einstein era una celebridad y todo el mundo lo reconocía por la calle. Durante su estancia zaragozana, el miércoles 14 de marzo de 1923, en un salón del Hotel Universo y de las Cuatro Naciones, en la calle Don Jaime I 32, donde estaba alojado con su mujer Elsa, Einstein fue agasajado con una sencilla fiesta de despedida que sirvió para celebrar su 44 cumpleaños, que era ese día. La misma estuvo amenizada por una rondalla jotera que le dejó muy impresionado y en compañía de la cual se llegó a fotografiar.

Con motivo del primer centenario de esta visita de Albert Einstein a la ciudad, varias entidades locales aunadas bajo la iniciativa del activo ingeniero de caminos y especialista en arte público Juan Antonio Ros Lasierra, decidieron impulsar a su costa la creación de un monumento conmemorativo que la recordara, lo que fue muy bien acogido por el ayuntamiento. Así, el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Aragón, el Grupo Hierros Alfonso y la Fundación Ibercaja, participaron de manera desinteresada en la financiación del memorial con donaciones de un 85% de su coste, mientras que el 15% restante fue aportado por el presupuesto municipal. El coste total del conjunto rondó los 60.000 euros.

El memorial, diseñado por el propio Juan Antonio Ros con la colaboración de su hijo Teo Ros y contando con la inestimable participación del escultor Jesús Gazol en la ejecución de la realista estatua de bronce a tamaño real de Albert Einstein, fue realizado entre 2022 y los primeros meses de 2023. Se compone de varias piezas que recuerdan el legado del físico alemán y sus mayores logros, especialmente la Teoría Especial y General de la Relatividad.

La inauguración oficial del monumento tuvo lugar el 14 de marzo de 2023, coincidiendo con el primer centenario de la visita de Albert Einstein a Zaragoza y de la celebración de su 44 cumpleaños en la ciudad. Contó con la presencia del alcalde, Jorge Azcón, que presidió el acto, del director general de la Fundación Ibercaja, José Luis Rodrigo, del presidente de la Fundación Ibercaja, Honorio Romero, y de dos de los autores de la obra, Juan Antonio Ros y Teo Ros, que también estuvieron acompañados por representantes del Colegio de Ingenieros, Caminos, Canales y Puertos de Aragón y del Grupo Hierros Alfonso.

El conjunto escultórico, concebido para conmemorar el centenario de la vista de Albert Einstein a Zaragoza y ubicado junto al icónico Pabellón Puente de la arquitecta iraquí Zaha Hadid, incluye la figura de bronce a tamaño real del físico alemán, notable pieza realista de Jesús Gazol, además de dos grandes relojes solares de acero inoxidable concebidos por Juan Antonio Ros, gran especialista en relojes solares monumentales, y su hijo Teo Ros, los cuales, además de evocar con su forma el signo de la interrogación, en su parte trasera, muestran la ecuación que es el símbolo de la Teoría de la Relatividad (E = mc²) y, en su parte frontal, integrada en el suelo, la frase “The important thing is not to stop questioning” (“Lo importante es no dejar de preguntarse”), célebre máxima del científico. A la derecha de la obra, a cierta distancia, se dispone un gran panel vertical de cuidado diseño, con una efectista representación gráfica de la Teoría de la Relatividad, en el que se incluye una exhaustiva explicación del funcionamiento de los dos relojes solares, que permiten consultar la hora mientras se recuerda la visita del científico, principal motivo de la creación de la obra.

En cualquier caso, como es habitual en las obras de arte público de Juan Antonio Ros, muy abundantes en Zaragoza, la función principal de este conjunto artístico, que también puede ser considerado en su totalidad una auténtica escultura dado su diseño basado en la estilización, esencialización y depuración de las formas, es la de marcar la hora, algo que hace con gran precisión. Sus dos relojes solares representan el constante cuestionamiento de la realidad de las cosas que caracterizaba a Einstein, en los términos del sentido crítico, el esfuerzo, el conocimiento, el arte y la ciencia. Además, hacen un homenaje alegórico a la luz y el tiempo, en alusión a los descubrimientos sobre la relatividad que hizo el científico cuando tenía 26 años, pues representan la unión de la luz, que tiene una velocidad constante y un valor determinado, con el tiempo, de valor alternativo. Mediante la luz, los relojes incorporan el tiempo en su geometría.

Los relojes indican la hora solar, siendo uno de mañana y el otro de tarde. Para obtener la hora civil con la que nos manejamos a nivel cotidiano se deben seguir tres pasos: 1) leer lo que marca el lado recto de la sombra en el día;  2) añadir una/dos horas si estamos en horario artificial de invierno/verano; 3) sumar o restar los minutos y segundos que indica la tabla del panel explicativo del conjunto escultórico, lo que se debe a que la Tierra tarda cada día un tiempo diferente en completar la rotación.

En cuanto a la escultura de bronce de tamaño natural de Albert Einstein realizada por Jesús Gazol, que muestra al científico de mediana edad, vestido con traje y corbata, y con su característico pelo largo encrespado, cabe señalar que en ella se aprecia un gran realismo en el rostro y en las formas, siendo además de una excelente factura. Las medidas que se usó el escultor para la ejecución de la efigie fueron las reales del científico, lo que otorga a la pieza un gran verismo y se convierte en un elemento de atracción para el público que se fotografía a su lado.