Patrimonio cultural

Se trata de dos murales cerámicos realizados por Ángel Grávalos en la empresa MURESA y fechados en 1973 (según referencia catastral de construcción de la finca). Los murales están situados a modo de frisos, en la parte externa de entrada a la finca, a una altura de 250 cm aproximadamente y tienen una parte frontal de menor tamaño en la fachada principal.

Ambos están realizados en una gama cromática gris, en diferentes intensidades, con ciertas tonalidades verdes y ocres que le confieren cierto dramatismo. Los murales destacan sobre un fondo creado con baldosas de cerámica creativa de un llamativo color verde, con formas geométricas circulares y ondas, posiblemente realizadas también por la empresa MURESA.

Los murales son de carácter geométrico con una estructura formal que sigue un patrón compositivo similar al de otros diseños del artista: una figura abstracta central sobre un fondo limpio. Están realizados a partir de baldosas rectangulares sobre las que se imprimen las formas. En el mural de la izquierda, la figura central tiene una disposición marcadamente horizontal y se pueden ver formas creadas a partir de la impresión de objetos sobre la superficie. El mural de la derecha, tiene una forma central de carácter vertical sobre la que orbita una forma espiral.

Estos dos murales, junto con los situados en las fincas contiguas (números 42 y 44 de la misma calle), forman un conjunto cerámico mayor diseñado bajo un mismo desarrollo conceptual.