Patrimonio cultural

Surgió la idea de esta intervención tras la realización de un encargo para un taller intergeneracional en este edificio  y la propia artista propuso incorporar la realización de la intervención en los cristales.

En este caso encontramos tres ventanas. La que esta más a la derecha muestra a un mujer de pie en solitario. La central tiene  un protagonismo iconográfico importante debido que aparecen hasta seis figuras. La primera desde la parte inferior es la de un niño sentado, a su lado izquierdo aparecen un brazo estirado y una pierna flexionada. Encima de esta un hombre que parece suspendido. En la parte central el cuerpo de una mujer sin cabeza con una postura muy similar a la figura de la ventana anteriormente descrita. Al lado derecho de esta aparece un hombre igualmente suspendido pero con los brazos hacia atrás, y por último una mujer sentada de espaldas con los brazos apoyados y una de las piernas estiradas. Por último la ventada más a la izquierda con un hombre suspendido igualmente con los brazos hacia atrás y muy parecida a la figura de la ventana central, y junto a él una mujer también suspendida con una pose similar a la de una gimnasta con una de las piernas rozando su cabeza.

A través de la ciudad podemos encontrar intervenciones de la artista en edificios públicos y privados, que son fácilmente reconocibles por sus trazos continuos blancos y por su temática ya que parece la representación de los mismos hombres y mujeres en distintas posiciones. Su contemplación tiene la dificultad de que según incide la luz se generan muchos reflejos; pero también en ello está la gracia, el juego visual, que las hace más divertidas.