Patrimonio cultural

Jesús Guallar Rodrigo, natural de la localidad de Blancas (Teruel), es un artista autodidacta especializado en la realización de piezas escultóricas a partir de hierros de desecho reutilizados, para lo cual emplea los conocimientos heredados y aprendidos de su familia de herreros. Precisamente, en junio de 2009 llevó a cabo en el Centro Cívico "Antonio Beltrán Martínez" del barrio rural de Garrapinillos una exposición individual de obras suyas realizadas a partir de hierros reciclados, que llevó por título "Hierros IX". En dicha muestra, las piezas de pequeño y mediano formato se colocaron en diversos espacios interiores del recinto (hall, escalera, salón de actos) de tal manera que las gentes del barrio pudieran interactuar con ellas al salirles al paso sin necesidad de buscarlas, dado que no se concentraron en una sala de exposiciones como tal sino en los espacios comunes del centro. Por su parte, las piezas de gran formato se colocaron en los exteriores del recinto, en la Plaza de José Ramón Arana, con el fin de que pudieran contemplarse en relación con el entorno circundante y con los propios jardines de la plaza, y de ellas destacaron dos, El Peregrino y Cigüeña, que gustaron especialmente, tanto por la acertada y vistosa ubicación elegida para cada una de ellas, como por su propio aspecto, temática y resolución. Por este motivo, la Junta Vecinal de Garrapinillos acordó que se compraran estas dos esculturas con el dinero de la herencia de un antiguo médico muy vinculado al lugar, Víctor Ruíz Meléndez, que había donado al barrio con el fin de que se dedicara a la realización de mejoras en el mismo. En vista de esto, la Alcaldía de Garrapinillos procedió a la compra de las dos esculturas, que no hubo que instalar como tal, ya que simplemente se dejaron en el mismo sitio donde se habían colocado para la exposición dado que no se habían llegado a retirar. De esta manera se contribuía a embellecer el barrio y a enriquecerlo desde un punto de vista artístico.

Con la escultura Cigüeña Jesús Guallar quiso evocar la bella estampa de las cigüeñas que habitan y alegran la vista de los tejados y torres de numerosos pueblos de nuestra geografía. Lo hizo de una manera muy original y lograda gracias al carácter muy sintético de la obra, realizada, al igual que El Peregrino, con distintos elementos de hierro reaprovechados, principalmente chapas recortadas y barras de encofrado, así como varillas y perfiles metálicos. En este caso, la resolución de la pieza es mucho más sencilla ya que se compone de pocos elementos y muy simples, aunque no obstante, gracias a su acertada combinación por parte del autor, resultan muy eficaces a nivel plástico y dotan a la escultura de una gran vivacidad y capacidad evocativa.

Concretamente, Jesús Guallar representó una cigüeña aposentada en un nido, cuyo cuerpo y cabeza está hecho mediante una simple chapa, solución que paradójicamente no resulta planista, ya que el artista envolvió dicha chapa por su parte inferior con otra dispuesta perpendicularmente y que sirve para sugerir el volumen de la panza o lomo del animal gracias a la incidencia de la luz que, por la disposición de la pieza en alto, suele deslumbrar ligeramente al espectador que la ve desde abajo, generando la percepción de que el cuerpo del ave tiene volumen real. Por su parte, las largas patas de la cigüeña están resueltas de manera muy lograda mediante barras de encofrado que, por su escaso diámetro y superficie rugosa, pero sobre todo por su disposición quebrada, como si estuvieran flexionadas (el artista sugirió la típica articulación de las rodillas propia de estas aves mediante puntos de soldadura), evocan de manera muy eficaz el aspecto de estas extremidades del animal. Dichas patas emergen del nido dispuesto debajo, que Guallar solucionó de manera muy efectista y lograda mediante un complejo entramado de barras de encofrado, varillas y perfiles metálicos.

Cabe destacar por último que la acertada ubicación de la pieza en alto, sobre una esquina del vallado de la escalera de emergencia que da servicio al centro cívico y a la alcaldía de Garrapinillos, aumenta la verosimilitud y capacidad evocativa de la misma, que resulta muy notable a pesar de la gran economía material y formal con que está resuelta.