Figuras de agua


Autor/es
(Pintor y escultor)
Santiago Arranz París (Sabiñánigo ¿Huesca¿, 1959) se licenció en Historia del Arte por la Universidad de Barcelona al tiempo que iniciaba su carrera como artista autodidacta. Desde 1986 a 1994 reside en París, diplomándose en técnicas de la pintura al fresco por el CIAM de Saint Savin sur Gartempe (Francia). El conjunto de su obra creativa viene fundamentándose, casi desde el comienzo de su carrera (que le ha llevado a exponer individual y colectivamente en España, Italia, Francia, Portugal, Holanda, Bélgica, Grecia, Austria, Alemania, Turquía, Chequia, Eslovaquia, Chile, Uruguay, Brasil, Argentina, Venezuela, Colombia, Méjico, Estados Unidos), en la constante búsqueda de un código visual de validez universal que permita establecer la necesaria comunicación ideológica y sentimental entre los relatos plásticos del artífice y la cotidiana experiencia vital de quienes contemplan y asumen los frutos de su tenaz pasión expresiva. Dicho código es trasunto esencial de un extenso pero perfectamente delimitado repertorio de imágenes de significado filosófico y emotivo común para la mayoría de las culturas históricas que han sido y siguen siendo el sustrato fundamental de nuestra identidad colectiva y de los valores ¿artísticos, pero sobre todo morales¿ que la sustentan, de modo que, a través del riguroso proceso de simplificación argumental, depuración formal y esquematización gráfica desarrollado por el artista, tales imágenes devinieron primero en ideogramas, de los que pronto derivarían curiosos alfabetos naturalistas y de tendencias antropomórficas, que luego dieron paso a verdaderos iconos de extraordinario sintetismo, para terminar alcanzando la superior categoría de esos signos de expresión que representan la quintaesencia sublimada de todas aquellas primigenias imágenes universales de cuya comunión se nutre la eficacia metafísica del vocabulario visual finalmente construido por Santiago Arranz a través de un apasionado viaje por territorios plásticos limítrofes con la abstracción, cuyo destino inmediato sigue siendo alcanzar las expresiones últimas y esenciales de una lengua artística que sea tan auténtica como universal. Las principales etapas y los grandes hallazgos de ese largo y fructífero viaje se han producido en la trayectoria vital y creativa de Santiago durante periodos o momentos profundamente vinculados con sus intervenciones en grandes proyectos arquitectónicos, entre los que cabe destacar El Cubo en Zaragoza, Capuchinas en Huesca, Morlanes, Biblioteca María Moliner y Centro de Historia en Zaragoza, Puerta del arpa en Castejón de Sos (Huesca) y Bussines Center en Zaragoza, y sobre todo en los lapsos intermedios, seguramente debido a la creciente necesidad de sintetizar cada vez más un ilimitado acúmulo de relatos e imágenes, necesidad de la que han derivado diversas series de obras muebles o de caballete (pinturas, pero también collages, relieves y otras esculturas, llegando pronto a las de naturaleza y dimensiones monumentales) en cuya resolución continúan perfeccionándose o se amplían y diversifi-can los procedimientos de abstracción y síntesis ensayados e incorporados anteriormen-te sobre los edificios, logrando así sucesivos avances que se aplicarán luego en las subsiguientes intervenciones en otros proyectos arquitectónicos, desarrollando un bucle continuo de interrelaciones e influencias entre unas y otras obras, cuyas motivaciones ideológicas y fundamentos conceptuales son naturalmente los mismos.
Colaboradores
Talleres Armisén, Sobradiel (Zaragoza)
Emplazamiento
calle Rosalía de Castro, esquina con calle Gertrudis Gómez de Avellaneda. Acceso al edificio Torre del Agua.
Periodo
[2001-] Siglo XXI
Materiales
Plancha de acero corten soldada
Dimensiones
Tres figuras de 6,00 x 1,10 x 1,00 m cada una
Cronología
2008. Instaladas el 28 de marzo de 2008
Promotor
Ebrosa
Propietario
Colección Ebrosa
Inscripciones

Sobre tres chapas de acero inoxidable, de 12 x 15 cm cada una, instaladas en el suelo, frente a cada figura:

Santiago Arranz / Figuras de agua -Música- 2008 / Acero corten, 600 x 110 x 100 cm / Colección Ebrosa

Santiago Arranz / Figuras de agua -Danza- 2008 / Acero corten, 600 x 110 x 100 cm /Colección Ebrosa

Santiago Arranz / Figuras de agua -Cine- 2008 / Acero corten, 600 x 110 x 100 cm /Colección Ebrosa

La empresa Ebrosa promovió la construcción de un edificio de viviendas, con amplios espacios libres de carácter comunitario ante las fachadas anterior y posterior (en este caso, formando parte de un patio interior con piscina y otros servicios comunes para los propietarios), en la calle Rosalía de Castro, esquina con la calle Gertrudis Gómez de Avellaneda, al que denominó Torre del Agua (muy probablemente por influencia del tema que identificaba la Exposición Internacional de Zaragoza celebrada en el verano de 2008, donde se ubica también un edificio muy singular con idéntica denominación) y ante cuya zona de acceso decidió instalar unas obras escultóricas con la evidente intención de singularizar y dotar de personalidad distintiva a una construcción que ya resulta interesante por sus características arquitectónicas generales.

Las intervenciones artísticas llevadas a cabo anteriormente por Santiago Arranz en importantes proyectos arquitectónicos, tanto en edificios históricos (Capuchinas en Huesca; Morlanes, Biblioteca María Moliner y Centro de Historia en Zaragoza) como en edificios modernos (El Cubo y Bussines Center en Zaragoza), así como sus muy notables antecedentes en el ámbito de la escultura monumental (El milagro de la vida en Senegüé -Huesca-, Tierra, aire, agua, fuego en Zaragoza, Libros de hierro en el Santuario de Guayente -Huesca-) debieron ser determinantes para que los directivos de Ebrosa solicitasen al artista unas propuestas destinadas al edificio Torre del Agua, propuestas que fueron aceptadas sin discusión y que su autor ejecutó en dimensiones monumentales con absoluta fidelidad a las maquetas iniciales.

Se trata de un conjunto escultórico formado por tres figuras cuyas características formales y volumétricas resultan absolutamente coherentes en cada individualidad y también respecto a la identificación plástica y espacial del conjunto, pero sobre todo responden al acusado constructivismo geométrico, esencial y sintético y esquematizado en sus claras intenciones simbólicas, que define la escultura de Santiago Arranz, tendente a la materialización de un rico repertorio icónico cuya implantación en el espacio es tan rotunda (sean cuales sean las dimensiones de las obras) como silencioso y decididamente ascético es su desarrollo material, apasionado en su frugalidad exquisita y desasida. Vistas desde la calle y comenzando por la izquierda, la primera figura está dedicada a la música y conforma, como las otras dos, una suerte de tótem secular y telúrico que se construye por superposición complementaria y sucesiva de una lira, una trompeta, un tamborilero y un trombón, es decir, por los signos quintaesenciados que representan o evocan a tales elementos. La figura central, con similares planteamientos formales y simbólicos, rememora o reinventa las dulces o sincopadas evoluciones de una bailarina de ballet, una bailarina de tendencias expresionistas, un bailarín de ballet y una representación casi jeroglífica de la danza como recurso o manifestación del ritmo cinético. Y la figura de la derecha, la menos sinuosa o fluyente (a diferencia de las anteriores, que también parecen configurarse siguiendo la naturaleza fluida del elemento que las motivó y las denomina), nos acerca con los volúmenes primarios de una bobina, una rejilla de iluminación, el haz de una proyección y un fragmento dentado de película -de nitrato o celuloide- al vasto y universal mundo del cinematógrafo, cerrando este ciclo de gozosa celebración de tres artes caudales y decisivas en la cultura contemporánea.
Clave Iconografía Clave Materiales Clave Temática
Alegoría Formas
Metal
Autor de la Ficha
Rafael ORDÓÑEZ FERNÁNDEZ