Fachadas de la iglesia parroquial de San Pablo

Religiones y Mitos
Autor/es
(Escultor)
Escultor del siglo XVI, activo en la fachada de la iglesia parroquial de San Pablo.
(Escultor)
Escultor del siglo XVI, activo en la fachada de la iglesia parroquial de San Pablo.
(escultor)
Antonio Palao Marco (Yecla [Murcia], 1824-Zaragoza, 1886). Se formó en la Escuela de la Academia de B.A. de Valencia y, desde 1847, en la de San Fernando de Madrid. Fue colaborador del escultor José Piquer. En 1851 fue nombrado mediante oposición, profesor de Escultura de la Escuela de B.A. de Zaragoza. Una buena parte de su obra es de contenido religioso, destacando importantes encargos para las capillas del templo del Pilar, como el relieve en madera policromada de San Pedro Arbués, las tallas de Santa Ana y la Virgen niña y de Santiago. Realizó para la parroquial de Benasque el retablo de la Trinidad (destruído por un incendio en 1927), así como la estatua de San Pablo para la fachada principal de esta iglesia de Zaragoza. Muy destacados son los encargos de estatuas para monumenos públicos, como el de Juan Sebastián el Cano, para Guetaria (1860) o el de las Grandezas de Avila (1882), por encargo de la Diputación avulense.
Emplazamiento
Calles de San Pablo, San Blas y Plaza de San Pablo
Periodo
[-1808] Antes de la Guerra de Independencia
Materiales
Piedra
Dimensiones
entre 1,25, 1,30 las figuras generales de las distintas puertas, y 2m la figura de San Pablo.
Cronología
Siglos XV-XIX
Promotor
El promotor de todas las puertas fue la propia parroquia, a excepción, de la hoy puerta principal, cuya restauración corrió a cargo del matrimonio formado por Miguel de Losillas y Rosa Tenías (1795).
Propietario
Parroquia de San Pablo.
San Pablo, nació en la localidad costera de Tarso, en la actual Turquía, ciudad sometida a Roma, donde se cultivaba la cultura griega; su familia judía, de la tribu de Benjamín, pertenecía a los fariseos de la lengua aramea. El niño fue circuncidado con el nombre de Saúl, y según las costumbres judías, desde los cinco años, tuvo que aprender a leer los textos sagrados. Saulo fue uno de los más fervientes adversarios de reciente cristianismo. Tras su conversión a la doctrina de Jesús yendo camino de Damasco, Pablo se dedicó por entero al mensaje de Cristo, recorriendo incansablemente grandes territorios mediterráneos. Según una antigua tradición, San Pedro y San Pablo fueron martirizados hacia el año 65 el mismo día. Pedro sufrió crucifixión en tanto que Pablo, por ser ciudadano romano, fue decapitado. Ambas sentencias fueron dictadas por el emperador Nerón, implacable y feroz perseguidor de los cristianos.
San Blas fue médico y obispo de Sebaste, Armenia. Hizo vida eremítica en una cueva del Monte Argeus. San Blas, conocido por su don de curación milagrosa, salvó la vida de un niño que se ahogaba al trabársele en la garganta una espina de pescado. Este es el origen de la costumbre de bendecir las gargantas el día de su fiesta. Según una leyenda, se le acercaban también animales enfermos para que les curase, pero no le molestaban en su tiempo de oración. Con la persecución de Agrícola, gobernador de Cappadocia, contra los cristianos llegó a Sebaste, sus cazadores fueron a buscar animales para los juegos de la arena en el bosque de Argeus y encontraron muchos de ellos esperando fuera de la cueva de San Blas. Allí encontraron a San Blas en oración y lo arrestaron. Agrícola trató sin éxito de hacerle apostatar. En la prisión, San Blas sanó a algunos prisioneros. Finalmente fue echado a un lago. San Blas, parado en la superficie, invitaba a sus perseguidores a caminar sobre las aguas y así demostrar el poder de sus dioses, pero se ahogaron. Cuando volvió a tierra fue torturado y decapitado.
Este edificio mudéjar fue construido para sustituir a la antigua ermita románica de San Blas, que desde 1266, llevaría el título de San Pablo. La constitución de parroquia, en 1259, supuso el reconocimiento que venía teniendo aquella iglesia quedando incorporada al Arcedianato de la Catedral de la Seo, a modo de delegación de la misma, gozando de privilegios eclesiásticos y litúrgicos. Tanto por los mencionados privilegios así cómo su monumentalidad y riqueza artística, San Pablo fue considerada cómo "la tercera catedral de Zaragoza", denominación que aún hoy en día está muy en uso entre los zaragozanos. Dos hechos abonan esta denominación: San Pablo es la única iglesia que ostenta el cargo de "insigne", siendo además la de mayor rango después de La Seo del Salvador. En cuanto al exterior de la iglesia, entre 1587 y 1594, se reforman o construyen las cuatro puertas que hoy en día tiene esta iglesia, San Blas, Tramontana, del fosal o los ahorcados y San Pablo. Al frente de todas las reformas o creaciones, se encuentra el Maese Pedro Justes. Tan sólo en la puerta llamada de Tramontana, cuyo alero en madera, del más genuino estilo plateresco, sería realizado por el Maese Pedro de Antón, siendo estos los únicos datos que hemos podido aportar de los autores. La conocida cómo puerta de San Pablo, o principal, se adorna con una escultura del santo titular que le fue encargada en 1858 al escultor Antonio Palao (Yecla, (Murcia) 19 de febrero de 1824- Zaragoza, 15 de octubre de 1886).
Puerta de San Blas: De trazo muy sencillo y estilo gótico-mudéjar, esta puerta de servicio, aparece con una hornacina con la imagen de San Blas.
Puerta de Tramontana: De estilo gótico, sin abocinamiento, se abre mediante arco rebajado, deprimido rectilíneo en cuyas jambas presenta las imágenes de San Pedro y San Pablo. En el tímpano, las imágenes de Cristo sedente, entre la Virgen, San Juan, San Blas y otro santo. Todo ello cubierto con un alero del más genuino estilo plateresco.
Puerta del Fosal o de los ahorcados: Esta puerta, habitualmente cerrada, fue construida en el siglo XVI.
Puerta de San Pablo: La actual puerta principal, es hoy el resultado de tres etapas constructivas. La más antigua, de estilo herreriano, realizada en el siglo XVII, a la que pertenecía el arco de medio punto del ingreso, con rosca resaltada con recuadros, así cómo la hornacina superior. La segunda etapa constructiva, se realizaría en 1795, gracias al mecenazgo de la familia Losilla-Tenías, bajo la supervisión del maestro Joaquín Insausti. La portada, ligeramente abocinada mediante gran arco de medio punto, enmarcado por pilastras de orden toscano, con fuste estriados, que recogían entablamento y frontón, se revistió lateralmente de piedra, igualando el muro con pilastras del mismo tipo, que sostenían cornisas superiores. La última renovación se produjo en el año 1858, por entonces el arquitecto don Pedro Martínez Sangrós, que era arquitecto de la Diputación Provincial, fue el encargado de reconstruir la fachada de la calle San Pablo, de su iglesia parroquial. Se cambió el frontón, del que había arrancado las esculturas que lo coronaban, colocando tan sólo la de San Pablo, obra de Palao y eliminando también los jarrones del cornisario de los paramento laterales. Las nuevas obras de restauración llevadas a cabo en los últimos años han transformado nuevamente esta portada de la calle San Pablo alterando su antigua disposición. Cambiada la estructura superior de la portada, la imagen se levanta hoy sobre un pequeño plinto, prismático, nuevo. Muestra la imagen del santo titular como un hombre anciano, vestido de amplia túnica y cubierto con manto que recae en amplios pliegues sobretodo por el costado izquierdo. Su rostro se eleva al cielo y lleva largas barbas. Lleva en su mano izquierda un libro y la mano derecha porta la espada, su atributo más personal. Iconográficamente la punta de la espada suele mirar hacia abajo, y el santo la porta por la empuñadura. En este caso la espada mira hacia arriba y sobresale su punta por encima del hombro derecho del santo. Sigue la tradición barroca desarrollada en Murcia, de la que va a surgir la vocación artística de Palao.
Clave Iconografía Clave Materiales Clave Temática
Objetos Mujeres Hombres
Piedra
Religiones y Mitos
Autor de la Ficha
José Antonio VAL LISA
Bibliografía
-ÁLVARO ZAMORA, María Isabel & BORRÁS GUALIS, Gonzalo: "La ciudad gótico-mudéjar". San Pablo Apóstol. En Guía Histórico-Artística de Zaragoza. Ayuntamiento de Zaragoza, Instituto Fernando El Católico. Zaragoza. 2008. p. 169.
-RINCÓN, Wifredo. Un siglo de escultura en Zaragoza (1808-1908). Caja de Ahorros de Zaragoza, Aragón y Rioja. Zaragoza, 1984. pp 88, 108.
-www.sanpablozaragoza.org