Sabina de Calanda

Memoria, Leyendas y Tradiciones Arte del Paisaje
Autor/es
(Escultor y profesor)
Javier Sauras Viñuales (Huesca, 1944) se formó como escultor en la Escuela Superior de Bellas Artes de ¿Sant Jordi¿ de Barcelona, donde recibió una sólida formación académica y comenzó también su andadura paralela en el ensayo y la crítica de arte. Posteriormente tuvo una larga trayectoria como profesor universitario, desempeñando la Cátedra de Escultura (Talla Escultórica) en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco, de 1971 a 1978, centro del que llegó a ser Decano y, años después, de 1995 a 1997, impartió clases en el Departamento de Escultura de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid. Durante algunos años realizó la crítica de escultura en el periódico Diario 16 de Madrid. Tras residir en Barcelona, Bilbao, Huesca y Madrid, ha fijado su domicilio en Zaragoza, donde trabaja actualmente como Coordinador del Instituto Aragonés de Enseñanzas Artísticas Superiores en la Comunidad Autónoma de Aragón. Es Catedrático Numerario de Bachillerato e Inspector de Educación, y Académico de Número de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de ¿San Luis¿ de Zaragoza.
Emplazamiento
Z-40, en un lateral de la isleta elíptica que hay a la salida del falso túnel de Santa Isabel.
Periodo
[2001-] Siglo XXI
Materiales
acero cortén
Dimensiones
7,5 m. de altura x 4,5 m de anchura x 2 m de profundidad
Cronología
2008
Promotor
Ministerio de Fomento
Propietario
Ministerio de Fomento

Javier Sauras recibió el encargo de estas dos esculturas a principios de 2008 por parte de la empresa constructora OHL, que estaba dentro de la UTE que realizó el tramo de la Ronda Este del Cuarto Cinturón de Zaragoza para el Ministerio de Fomento. Antes de inaugurarse la Expo ya estaban instaladas a ambos lados de la isleta, cuando el 5 de junio de 2008 inauguraron dicha circunvalación la Ministra Magdalena Álvarez el presidente de Aragón Marcelino Iglesias y el alcalde Juan Alberto Belloch.

Sabina de Calanda consta de un alto plinto que sirve de contrapeso a un mástil o tronco sobre el que se entrecruzan listeles, recordando un poco los antiguos postes que antaño avisaban, a ambos lados de la vía férrea, de un paso a nivel sin barreras.

Tanto la escultura titulada Sabina de Calanda como la denominada Roble de Ibirque son más una construcción mental geométrica que una abstracción a partir de elementos reales, a pesar de lo que pueda parecer por sus poéticos títulos arbóreo-aragoneses, que son licencias poéticas típicas de Sauras, a las que él recurre habitualmente desde hace muchos años. Ambas están muy en la linea formalista - constructivista de Sauras, como un homenaje a las vanguardias rusas, aunque algunos críticos (para contrariedad del artista) han encontrado relaciones con la escultura vasca. Son muy rotundas de concepto, no tienen la más mínima concesión a "lo bonito", pues apuestan por un máximo rigor geométrico, sin carecer de expresividad. El efecto monumental que producen está bastante logrado, lo que no debió de resultar fácil en un espacio como ese. Son sencillas, aparentemente, pudiendo ser percibidas visualmente de un golpe, de manera instantánea, tal como las ven los viajeros desde los automóviles en movimiento; pero también se prestan a un examen más detenido por parte de los caminantes desde el paseo superior.
Clave Iconografía Clave Materiales Clave Temática
Formas
Metal
Memoria, Leyendas y Tradiciones Arte del Paisaje
Autor de la Ficha
Fernando ALVIRA BANZO