La ciudad honra a sus funcionarios

Política Víctimas
Autor/es
(Escultor)
Poco se conoce de la trayectoria profesional del escultor Joaquín Tobajas. En Zaragoza colaboró con otros tallistas y artesanos en la sede del antiguo Banco de Aragón, hoy Caja Navarra, en el Coso núm. 42, proyectado en 1913 por el arquitecto gijonés Manuel del Busto e inaugurado en 1917. También intervino en la restauración de la portada de Santa María la Real de Sangüesa (Navarra).
(Arquitecto)
Miguel Ángel Navarro Pérez (1883 - 1956), hijo del también arquitecto Félix Navarro Pérez, sucesor de José de Yarza al ocupar el cargo municipal en 1911 tras su asesinato. Titulado en Barcelona en 1911, precisamente el cenotafio que realizó en Zaragoza a la memoria de Yarza y los demás funcionarios municipales asesinados en acto de servicio, es fiel reflejo del comienzo de su trayectoria profesional, como seguidor de una tendencia decorativista, iniciada en el modernismo con la casa del escultor Carlos Palao (1912) y los estilos historicistas, de tintes neogóticos y neomudéjares, pero todo sobre inspiradas en el neorrenacimiento, como el antiguo Mercado de Pescados (1928), y en un rotundo eclecticismo, destacando el Palacio de Correos de Valencia (1911) o el grupo escolar Joaquín Costa de la capital aragonesa (1929). Su preocupación social le llevó a concebir viviendas como las Casas Económicas de Miralbueno (1928), junto al parque inaugurado por el general Primo de Rivera, o la Ciudad Jardín (1934 - 1939). Al ocupar el cargo de arquitecto municipal de Zaragoza en un momento de gran expansión, será el autor de obras como las aperturas de las calles del Conde de Aranda (1928) o la de San Vicente de Paúl (1934). Todas ellas pinceladas de una trayectoria profesional definida por la calidad y la cantidad.
Emplazamiento
Paseo de la Constitución s/núm., en la glorieta situada en la confluencia con las calles de don Hernando de Aragón, Isaac Peral y San Ignacio de Loyola.
Periodo
[1875-1936] Restauración y II República
Materiales
Granito gris (basamento y obelisco) y bronce (esculturas y elementos ornamentales)
Cronología

Inauguración: 1924

Promotor
Ayuntamiento de Zaragoza
Propietario
Ayuntamiento de Zaragoza
Inscripciones
"LA CIUDAD / HONRA AQUI / A SUS / FUNCIONARIOS" [obelisco parte superior, lado suroeste] "D. JOSÉ DE YARZA / Y DE ECHENIQUE / ARQUITECTO" [cartela lado suroeste] "MUERTOS / EN LA VÍA PÚBLICA / EL XXIII DE AGOSTO DE / MCMXX / CUANDO CONSCIENTES / DEL PELIGRO EN QUE / PERECIERON EXCEDÍAN / VOLUNTARIOS EL DEBER / PROFESIONAL REPARANDO / CON SUS MANOS EL / ALUMBRADO DE LA URBE" [obelisco parte inferior lado suroeste] "D. CESAR BOENTE / Y ALVAREZ / INGENIERO" [cartela lado sureste] "D. JOAQUIN OCTAVIO / DE TOLEDO Y ERRAZU / EMPLEADO" [cartela lado norte] "¡PONGA DIOS PAZ EN LAS LUCHAS SOCIALES QUE LLEVAN A ESTOS HORRIBLES DESCAMINOS!" [parte superior del basamento]
Cenotafio dedicado a la memoria de tres funcionarios municipales asesinados el 23 de agosto de 1920: el arquitecto José de Yarza y de Echenique, el ingeniero César Boente y Álvarez y el escribiente Joaquín Octavio de Toledo y Errazu.Destaca, desde el punto de vista artístico, la figura del arquitecto José de Yarza y de Echenique (1876-1920), perteneciente a una saga de arquitectos zaragozanos que, oriundos del País Vasco, de manera interrumpida trabajan en Aragón desde el siglo XVI. Titulado en 1902, por la Escuela de Arquitectura de Barcelona, está considerado uno de los introductores del estilo modernista en la capital aragonesa por el diseño de algunas viviendas como la casa Mendigacha en la calle de Prudencio núm. 25 (1902), realizada en colaboración con su padre Fernando de Yarza y Fernández-Trevino, la casa Hernández Pardo en el núm. 100 de la avenida de César Augusto, junto al mercado Central (1905), y la casa Juncosa, realizada en colaboración con Ricardo Magdalena (1903-1906). En su obra confluyen otras tendencias historicistas, siguiendo los gustos de la época, especialmente el neogótico y el neorrenacimiento inspirado en el regeneracionismo aragonés. Ocupó los cargos de arquitecto diocesano y municipal de Zaragoza desde 1911 hasta su fallecimiento, destacando de su labor para el Consistorio la construcción del grupo escolar Gascón y Marín (1915-1917). Aunque lamentablemente su asesinato truncó su brillante carrera, al fallecer a los 44 años, en plena madurez profesional.
El asesinato de estos tres funcionarios municipales es uno de los hechos históricos que permiten reflejar, de manera tan dramática como precisa, el conflictivo periodo de crisis y agitación social vivido, por aquellas fechas, no sólo en Zaragoza sino también en el resto de España. El desgraciado acontecimiento, acaecido el 23 de agosto de 1920, constituyó el trágico desenlace de una huelga de electricistas, iniciada el día 17, secundada por el personal encargado de encender y apagar el alumbrado público de las calles. La negativa de los operarios de la empresa contratista provocó una situación difícilmente sostenible y de gran gravedad, dado que el frágil sistema eléctrico que alumbraba las ciudades no podía soportar la permanencia, día y noche, de las farolas encendidas. De hecho, desde la tarde del día 16 al domingo 23 de agosto, según nos relatan las crónicas periodísticas, ya se habían fundido un 40% de las bombillas y la red presentaba algunas averías motivadas por su prolongado encendido.Ante la negativa del cuerpo de bomberos de suplir este servicio municipal, en solidaridad con los huelguistas, y a pesar de que el alcalde incluso llego a pedir colaboración ciudadana sin obtener respuesta, las calles de la capital aragonesa iban sumiéndose por las noches en una penumbra que comenzaba a ser alarmante para la seguridad ciudadana. En estas circunstancias, una serie de funcionarios encabezados por el arquitecto municipal José de Yarza y el ingeniero César Boente, con sus respectivos escribientes, entre ellos Joaquín Octavio de Toledo, se encontraban en el paseo de la Independencia arreglando los desperfectos del alumbrado, junto a la escalera apoyada a una farola para sustituir las bombillas fundidas, cuando un hombre -identificado posteriormente como perteneciente al movimiento anarquista- lanzó tres disparos, quedando sin vida los cuerpos de los tres funcionarios. La capilla ardiente fue instalada en el Salón de Sesiones del Ayuntamiento y el entierro tuvo lugar el día 24 de agosto ante una imponente demostración de duelo ciudadano.Además de este cenotafio, una lápida conmemorativa en la fachada del edificio del paseo de la Independencia núm. 30, costeada con los donativos recaudados por la Sociedad Central de Arquitectos, con sede en Madrid, en la que participaron compañeros de José de Yarza de todas las regiones españolas, hoy recuerda el lugar donde se produjo este triste acontecimiento.
La nobleza de los materiales empleados, el granito como emblema pétreo de la inmortalidad y pervivencia junto al bronce fundido, se fusionan alegóricamente a las evocadoras formas de este cenotafio. Erigido en el año 1924 en el tramo final del paseo de la Independencia, en su confluencia con la plaza de Aragón, a la altura de las calles de Albareda y de Bruil, en 1961 debido a la reforma de la mencionada vía, al procederse a la eliminación de su boulevard central para su transformación al tráfico rodado, fue trasladado al paseo de la Constitución, tras la iglesia de Santa Engracia, donde se encuentra en la actualidad.

Sobre una base cilíndrica, rematada con una moldura de hojas de laurel talladas en el granito gris de la piedra a modo de corona, símbolo de inmortalidad, que cobija una inscripción alusiva a la convulsa situación social vivida por el país, descansa un obelisco monolítico del mismo material, terminado en un piramidión de tres lados y planta triangular, alterándose por tanto intencionadamente la forma geométrica tradicional -de cuatro caras y planta cuadra- con el propósito de dedicar cada uno de sus frentes a la memoria de los fallecidos de manera individualizada, como así recuerdan las cartelas donde figuran sus nombres, recorriendo su perímetro en ligero resalte. Un resalte acentuado al rematarse las esquinas, en su tercio inferior, con una entalladura cóncava recorrida por cardinas de diseño neogótico.

Se adorna con una serie de elementos en bronce de pátina verdosa que se repiten en cada frente: una esbelta hoja de palma, emblema cristiano del martirio y la victoria ante la muerte, bajo cuyo tallo se sitúa el relieve del escudo de la ciudad de Zaragoza, a media altura, con su león rampante, acompañado en cada una de sus tres esquinas de una pequeña escultura de un fantástico grifo avanzado en el espacio con fiero gesto, cabeza de aspecto felino con sus fauces abiertas y alas explayadas -probablemente inspirado en los dibujos realizados por el propio Yarza para los capiteles del grupo escolar Gascón y Marín-, manifestando su función de guardián de la justicia y vigilante en la tierra y en el cielo, cada uno de ellos portando una lámpara eléctrica suspendida de una de sus garras con cadenas, de estilo neomedievalizante y forma de corona votiva, cobijando 9 bombillas cada una, hoy a la intemperie pero que en origen estaban cubiertas por un plafón de vidrio, en alusión a la luz del recuerdo que nunca debiera apagarse.

Clave Iconografía Clave Materiales Clave Temática
Hombres
Metal Piedra
Política Víctimas
Autor de la Ficha
Pilar POBLADOR MUGA
Bibliografía
  • ABAD ROMÉU, C. et al, Inventario de Bienes Histórico-Artísticos, Zaragoza, Ayuntamiento de Zaragoza, 1995, p.531.
  • BLASCO IJAZO, José, "La ciudad que recuerda en sus monumentos. A Don Manuel Rodríguez Ayuso, a los Hermanos Argensola, y a los funcionarios municipales asesinados", en ¡Aquí...Zaragoza!, Treinta y seis reportajes, Tomo IV, Zaragoza, Caja de Ahorros de Zaragoza Aragón y Rioja, 1988.
  • POBLADOR MUGA, María Pilar, <>, en Artigrama, Zaragoza, Universidad, Departamento de Historia del Arte, 2000, núm. 15, pp. 371-390.
  • POBLADOR MUGA, María Pilar, La arquitectura modernista en Zaragoza: Revisión crítica, Zaragoza, Diputación General de Aragón, 1992, (Temas de Historia Aragonesa; 17).
  • POBLADOR MUGA, María Pilar, La arquitectura modernista en Zaragoza, Zaragoza, Universidad, Servicio de Publicaciones, Prensas Universitarias, CD-rom, 2003, [tesis doctoral]