Monumento a la Constitución de 1978

Derecho y Economía
Autor/es
(Escultor y grabador)
Florencio de Pedro Herrera (Hinojosa de Jarque, 1955), profesor técnico en el IES Corona de Aragón de Zaragoza, ha jalonado su carrera de escultor y grabador con innumerables exposiciones individuales o colectivas y certámenes en España o el extranjero: a destacar, por ejemplo, el 1er premio del II Simposio Internacional de Escultura al Aire Libre en O Grove (Pontevedra) en 1991, y en 1997 el 1er premio de Grabado Isabel de Portugal de la Diputación de Zaragoza. Algunas de sus más importantes esculturas monumentales en Zaragoza también son fruto de concursos ganados, como el Monumento a la Constitución o Puerta Mudéjar. En este campo del arte público, es además un destacado activista, fundador en 1997 del grupo de escultores ESKUL e impulsor de los cuatro Simposia internacionales que de 1996 a 1999 crearon en su pueblo natal, Hinojosa de Jarque, el parque escultórico ¿A la Memoria de los Pueblos¿.
Colaboradores
José Lanao García, arquitecto técnico, Sección de Proyectos y Diseño Urbano del Ayuntamiento.
Emplazamiento
Paseo de la Constitución
Periodo
[1976-2000] Último cuarto del siglo XX
Materiales
chapas de acero inoxidable bruñido reforzadas por dentro con madera, piedra y bola de bronce
Dimensiones
tres pirámides con una altura de 9m sobre base de 2 x 2 x 2 m. La esfera de bronce tiene 3 m de perímetro
Cronología
1989 (inaugurado el 6 de diciembre de 1989)
Promotor

Ayuntamiento de Zaragoza, por concurso público

Propietario
Ayuntamiento de Zaragoza
Inscripciones
En el mármol circular de la base: "A LA CONSTITUCION"

El Ayuntamiento convocó un concurso público en la primavera de 1989 que ganó el proyecto de Florencio de Pedro y ese mismo año quedó inaugurado este monumento el 6 de diciembre en el undécimo aniversario de la Constitución, donde antes estaba La Siesta de Enrique Galcerá. Con las prisas, el pulimentado del acero no se hizo al gusto del artista, quien en la memoria del proyecto premiado por el jurado del concurso, había insistido sobre la importancia del reflejo especular de cada una de estas esbeltas pirámides en que se deberían ver reflejados los ciudadanos; pero por escasez presupuestaria sólo se cambió una de ellas.

Con intención de expresar metafóricamente su ideal de la Constitución, el artista imaginó como superficies especulares, donde los ciudadanos pudieran verse reflejados, estas tres pirámides formadas con planchas de acero inoxidable, que son símbolos de los "tres poderes" señalados por Montesquieu -legislativo, ejecutivo y judicial-, y tienen la cara interior vertical para que de lejos su conjunto evoque una única pirámide. Esta unión que en el monumento sólo puede hacerse mentalmente, en la maqueta que conserva Florencio de Pedro en su taller puede realizarse empujando estos tres elementos, que son móviles y se pueden juntar de hecho. Aunque carente del reflejo especular y de movimiento, el carácter conceptual del conjunto escultórico en el Paseo de la Constitución no pasa desapercibido a nadie. Si la pirámide fue símbolo del poder supremo desde los egipcios, también son elementos de geometría pura, cargados de simbolismo e historia, el círculo de mármol que sirve de base a todo el monumento y la esfera -mitad pintada, mitad dorada-, pero ésta se alza sobre una roca de acabado rugoso, orgánico, simbolizando las bases humanas que soportan esa armonía.
Clave Iconografía Clave Materiales Clave Temática
Alegoría
Piedra Metal Madera
Derecho y Economía
Autor de la Ficha
Jesús-Pedro LORENTE
Bibliografía
  • ABAD ROMÉU, C. et al, Inventario de Bienes Histórico - Artísticos del Ayuntamiento, Zaragoza, 1995, p. 317.
  • ARTIAGA ROYO, Sergio: "La Posmodernidad en el arte público de Zaragoza", Boletín del Museo e Instituto Camón Aznar, nº 99 (2007), pp. 43-66.)