Planes pareja
Planes en pareja
¿Qué tiene Zaragoza que la hace perfecta para una escapada romántica? Una historia bimilenaria, coquetas plazas y rincones con encanto, una deliciosa gastronomía, mezcla de tradición y vanguardia, y mágicos atardeceres. ¿Os animáis a descubrirla?
Las calles del casco histórico, uno de los más extensos de España, esconden bellos rincones. En sus plazas encontraréis bonitas cafeterías y terrazas, perfectas para compartir un trozo de tarta y disfrutar del ambiente de la ciudad.
Un romántico paseo por la parte más antigua de Zaragoza os llevará a descubrir lugares pintorescos como el Arco del Deán, o el muro de la Parroquieta de la Seo, obra cumbre del arte Mudéjar aragonés, declarado Patrimonio de la Humanidad.
No os podéis perder los espacios expositivos de arquitectura renacentista, como la Lonja y su impresionante bóveda estrellada o el Palacio de los Condes de Argillo, en el que su tragaluz sobre las obras del escultor Pablo Gargallo recrea una atmosfera mágica y especial.
Una joya escondida es el Patio de la Infanta, que se creó por amor. Astrología, arte y esoterismo, política e historia, hacen de este patio, un lugar fascinante.
Otro de los monumentos que os cautivará es el Palacio de la Aljafería. Esta impresionante fortaleza de anchos muros y sólidos torreones, esconde una fantástica historia que os trasladará a las mil y una noches.
Las zonas verdes de Zaragoza también merecen un alto en el camino. Disfrutad de un paseo por la avenida de los Bearneses del Parque Grande José Antonio Labordeta donde encontraréis idílicos jardines casi ocultos en los que compartir secretos. Si buscáis una vista panorámica del parque, las escalinatas os llevarán hasta lo alto del Cabezo de Buenavista.
Descubrir el lado más dulce de la ciudad, ¡es un must! Las confiterías del siglo XIX y las numerosas chocolaterías dan/son buena muestra de la tradición chocolatera: cualquier momento es perfecto para un Chocolate con churros, Frutas de Aragón, bombones, guirlachicos y tabletas de un sinfín de sabores.
Después de un paseo por las riberas del Ebro es el momento perfecto para disfrutar del atardecer desde un lugar idílico, el Balcón de San Lázaro. Desde allí podréis captar una paleta de colores que van del amarillo al azul, pasando por naranjas, rojos y morados y llevaros la mejor instantánea como recuerdo de vuestro paso por la ciudad.
¡Disfrutar de nuestra gastronomía y de la cultura del tapeo puede ser un plan de lo más romántico!
Os invitamos a probar un sinfín de especialidades y productos típicos maridadas con vinos de 4 DO y vinos de la tierra o de una cerveza artesana.
No os vayáis sin admirar la ciudad desde las alturas… El mirador de la Torre de San Francisco de Borja en la Basílica del Pilar, ofrece una panorámica 360º con increíbles vistas.
La noche zaragozana ofrece muchas posibilidades para poner fin a una escapada perfecta e inolvidable, desde un paseo a la luz de la luna a disfrutar de un espectáculo en el Teatro Principal de Zaragoza.