Amor por las letras


Estás trabajando o estudiando pero te desconcentras cada dos por tres pensando en él, en qué va a pasar cuando os reencontréis y sientes algo así como unas mariposas revoloteando en la boca del estómago. No ves el momento de llegar a casa y volver a verlo, a tenerlo entre tus manos y poder dedicarle, al fin, un buen rato. Porque no hay nada comparable a pasar una tarde leyendo ese libro que te ha atrapado. Si eres una persona muy lectora, sabrás perfectamente de lo que estoy hablando.

Laura Latorre Molins

Cuando zarpa el amor

Como toda historia de amor, los idilios con la lectura tienen un comienzo. Natalia López Cortés, Doctora en Lingüística Hispánica por la Universidad de Zaragoza y Profesora Ayudante Doctora del Departamento de Lingüística y Literaturas Hispánicas, cuenta que llegó a ella gracias a sus padres: "Me encanta que me recomienden libros y es un placer leer lo que a ellos les gusta: creo que nuestras lecturas dicen mucho de nosotros, así que leyendo también los puedo conocer de otra manera".

También gracias a su padre llegó a la lectura David Francisco, poeta y editor de Pregunta Ediciones: "Aprovechaba, y sigue aprovechando, cualquier rato libre para leer. Y como los niños suelen actuar por imitación, muy pronto cogí yo también el hábito de la lectura", explica. Quienes acostumbréis a comprar en Cálamo conoceréis a la librera Itziar Abril, siempre dispuesta a recomendar un libro con pasión. Ella nos relata: "Mi madre es una bibliófila en todas sus acepciones, así que la mayoría de mis recuerdos de infancia están relacionados de una forma u otra con los libros".

Pero no siempre se trata de una afición transmitida en la familia. Reyes Guillén, poeta y editora de Pregunta Ediciones, cuenta que su amor por los libros llegó gracias a su profesor de Literatura del instituto, Joaquín Sánchez Vallés, quien además es poeta: "Su sensibilidad, su amor por los libros y por la palabra se traslucía y transmitía cuando enseñaba en clase, especialmente poesía".

Augusto Bajo ahora está jubilado pero durante décadas fue profesor de Lengua y Literatura y transmitió a los alumnos del IES Pedro de Luna la pasión por la lectura. La culpable de que él cayera en un ya longevo romance con la literatura fue Agatha Christie, quien lo atrapó con sus trepidantes novelas. Más tarde, ya en la facultad, se hizo lector habitual gracias a Gabriel García Márquez y a otros escritores sudamericanos que triunfaban en ese momento en el mundo de las letras. La manera en la que llegamos a los primeros libros que nos fascinan es algo de lo que nunca nos olvidamos. Y cuando te enamoras de la lectura sabes que, aunque pueda haber altibajos, va a ser un amor para toda la vida.

Cuando las letras guían tu camino

Si nos preguntan, quizá no sepamos decir a ciencia cierta qué nos ha llevado a estudiar lo que estudiamos. ¿Habrá influido el amor por la lectura en esa decisión? Itziar Abril contesta un sí rotundo: "Elegí estudiar filosofía para entender mejor el mundo que me rodeaba e intervenir en él de algún modo. Recientemente, leyendo 'La traducción del mundo' de Juan Gabriel Vásquez, entendí que esas necesidades no eran si no empaparme de relatos para ser capaz, a la vez, de generar los míos propios. Pocas cosas intervienen más sobre la realidad que los relatos".

A Augusto Bajo le influyó mucho su devoción por los libros: "quise ser profesor de lengua y literatura desde el primer momento y nunca me arrepentí", asegura. Además añade que gracias a su labor docente ha podido descubrir a cientos de autores y autoras. "Combino la docencia con la creación literaria y ninguna de estas dos profesiones se entiende sin el amor por las historias", expone por su parte el escritor y profesor Sergio Royo.

Aunque en un principio quiso cursar medicina, la escritora y periodista Patricia de Blas terminó estudiando Periodismo y Comunicación Audiovisual: "El amor por la lectura es el amor por las buenas historias y, cuando alguien ha leído muchas, es lógico que quiera aprender a contarlas", expone.

Pero trabajar en algo íntimamente unido a lo que amas no es siempre un camino de rosas. Reyes Guillén asegura que trabajar en una editorial es "apasionante pero también muy exigente porque hay que compaginar las cuestiones literarias, que son más amables y disfrutables, con la parte económica, siempre tan frágil, incierta e inestable. Aun así, es tan enriquecedor a tantos niveles y nos permite conocer a gente tan interesante, que todos los sinsabores compensan".

El papel de la lectura en nuestra vida

Para los lectores, los libros no son un pasatiempo sino casi una necesidad. El poeta y dramaturgo Federico García Lorca lo definió bien cuando dijo: "Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro". Preguntamos a nuestros entrevistados qué significa para ellos la lectura y qué les aporta. La curiosidad, entendida como el deseo de saber, impulsa a muchas personas a querer leer. Así le sucede a Augusto Bajo, que asegura que "si no fuera curioso, no leería. Es esa 'curiositas' la que me lleva a leer". Para Natalia López, la lectura supone entretenimiento y compañía. "Además, los libros también me han ayudado a tender puentes hacia los demás, no solo porque nos permiten descubrir otras voces y otras formas de pensar y ver el mundo, sino también porque son una base estupenda desde la que crear relaciones con los demás", añade.

Opina Itziar Abril que la lectura es "la posibilidad de entrar en nuevos mundos". "Pienso que la relación entre lenguaje y existencia es muy potente: si la escritura tiene la capacidad de nombrar, de hacer presente (o existente) lo pensado y dar voz a lo silenciado, la lectura es la llave de acceso a todos esos existentes, potenciales o reales", añade.

"Hay novelas y ensayos que han influido casi tanto como mis propias experiencias en las ideas que tengo sobre el amor, la familia, la política o la religión, por ejemplo. Para mí, un libro es bueno cuando me plantea preguntas y reflexiones nuevas, cuando cambia de algún modo mi visión del mundo", expone Patricia de Blas. Sergio Royo ve la lectura como una "revelación": "Descubro reflexiones, citas, pensamientos que existían en mí y que ni siquiera me había parado a analizar. Es, por lo tanto, un ejercicio espiritual y un bálsamo".

Un amor único ¿Qué tiene el amor por la lectura que no tienen otros tipos de amores? Patricia de Blas lo tiene claro: "Que no importa si lo abandonas durante un tiempo. Siempre podrás regresar a él". Algo parecido considera Sergio Royo, quien asegura que "el amor por la lectura es fiel: puede apagarse y regresar, perderse momentáneamente y encontrar siempre el camino de vuelta".

"Además de proporcionar diversión, la literatura te ayuda a afinar la sensibilidad, a crecer en el terreno de las ideas, del intelecto, en tu formación como persona. Sin duda, te ayuda a que crezca tu mundo interior. Es la realidad hecha arte y también es un refugio", sostiene Augusto Bajo. Añade también que la literatura "te ayuda a entender mejor los sentimientos y a vivirlos de manera más profunda".

Para Itziar Abril, este no es muy diferente de otros tipos de amor: "Pienso que es desinteresado, loco y vertiginoso a veces, sosegado y tranquilo otras. Es capaz de llevarte muy lejos, de acogerte en tu vulnerabilidad, de llenarte de ilusión… También de desilusionarte, por supuesto". Natalia López también encuentra paralelismos con el amor romántico (aunque apunta que siempre y cuando sea sano): "Te hace crecer y examinarte a ti misma, a veces te dice lo que no quieres oír, pero no te juzga, siempre te hace sentir bienvenida, está ahí y te acompaña… Es un amor que te suma".

Reflexiona David Francisco sobre que "tal vez haya una extraña fidelidad en el hecho de que los libros no cambien mientras vamos cambiando nosotros. Saber que podemos volver a esa historia o a ese poema que nos conmovió, tener la seguridad de que sigue ahí para acogernos". Y Reyes Guillén agrega que "la lectura siempre tiene algo nuevo que ofrecerte, es una aventura constante".

Quizá te hayas identificado con algunas de estas experiencias, tan íntimas y tan universales a la vez, o quizá te haya picado la curiosidad por acercarte a la lectura. Por mi parte, voy a poner el punto final a este reportaje, porque me está esperando un libro que me tiene atrapada y es que, sencillamente, "no hay disfrute como la lectura". Ya lo dijo Jane Austen.


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