Ciberacoso, stalking, grooming ¿de qué estamos hablando?
El uso de las redes sociales y la tecnología están completamente integradas en nuestro día a día y nos facilitan muchos aspectos de nuestra vida pero. Por desgracia, el ciberacoso y el mal uso que algunas personas le dan a las redes sociales están a la orden del día pero, ¿sabemos qué son y qué protege la ley? En la Asesoría Jurídica del CIPAJ hablamos de ello.
Fecha de publicación: febrero de 2022
SUMARIO
- ¿Qué es el ciberacoso?
- ¿Qué derechos tengo?
- ¿Qué podemos hacer si somos vícticas o testigos del ciberacoso?
- ¿Qué opinan los más jóvenes?
¿Qué es el ciberacoso?
Las formas de acoso, al igual que el resto de conductas humanas, van evolucionando y adaptándose a los tiempos pero existe algo que siempre tienen en común: las conductas ofensivas, perturbadoras y de persecución. El ciberacoso es un delito recogido en el Código Penal y consiste en el ataque reiterado y repetitivo de una o varias personas hacia otra con el objetivo de hacerle daño, chantajearle/a… utilizando medios electrónicos (Whatsapp, Instagram, correo electrónico…). Todas estas conductas atentan directamente contra la intimidad, la libertad y la tranquilidad de las personas que lo sufren. Dentro del ciberacoso algunas conductas como la suplantación de identidad, el ciberacoso sexual, el stalking o el grooming suelen ser habituales y si no sabemos qué son puede llegar a ser difícil detectarlas y denunciarlas. El ciberacoso sexual o sextorsión: chantajear a una persona por medio de contenido sexualizado de sí misma y que ha compartido de forma consentida con alguien o que el acosador ha obtenido sin permiso. La víctima es amenazada y/o coaccionada para tener relaciones sexuales, enviar más imágenes, vídeos… Stalking: conductas constitutivas de acoso como vigilar, perseguir o intentar contactar con la persona acosada de forma reiterada y repetitiva a través de cualquier medio de comunicación produciéndole una grave alteración de su vida cotidiana. Grooming: acciones de una persona adulta hacia un/a menor encaminadas a establecer determinados lazos con el objetivo de obtener fotos y videos, normalmente de contenido sexual, y a partir de ahí, chantajear para obtener algo mayor.
¿Qué derechos tengo?
La ley protege, entre otros, nuestro derecho a la intimidad y a la propia imagen, lo que significa que ninguna persona puede utilizar, datos, información o documentos gráficos personales (sean o no de contenido sexual) que puedan tener una difusión pública sin nuestro consentimiento. La ley prohíbe que terceras personas no autorizadas puedan reproducir, publicar o ceder, sea cual sea la finalidad, imágenes o datos relacionados con nuestra vida privada. Aunque en un momento dado hayas consentido que una determinada persona vea una imagen íntima tuya, esa persona no puede cederla, utilizarla ni reenviarla.
¿Qué podemos hacer ante estos casos si somos víctimas o testigos del ciberacoso?
Las herramientas son muchas y nos las pueden dar las propias redes sociales. Existe la posibilidad de denunciar perfiles y comentarios, restringir quién puede ver nuestra información y quién no, revisar nuestra privacidad o bloquear a todas aquellas personas que no conocemos o que pensamos que nos pueden estar haciendo daño. Habitualmente las víctimas de estos delitos sienten culpabilidad, ansiedad y vergüenza pero es importante buscar ayuda y apoyos externos, ya sea en algún profesor/a, compañeros/as, amigos/as… que ayuden a dar una respuesta colectiva a estos acosos y si fuese necesario poner una denuncia. Aunque tendemos a borrar ciertas conversaciones y comentarios hirientes es importante guardarlos o hacer una captura si más adelante decidimos denunciar la situación. Si estamos ejerciendo alguna de estas conductas es importante saber que podemos estar cometiendo un delito y que el respeto a la privacidad de otras personas es fundamental a la hora de mantener relaciones sanas.
¿Qué opinan los/as más jóvenes?
Hemos tenido la oportunidad de hablar con el grupo de las Antenas del Cipaj, jóvenes de entre 16 y 22 años que reclaman que se les dé más espacios en colegios e institutos para poder expresarse, una mayor educación sexual y asignaturas más prácticas en las que se les den herramientas para enfrentarse a determinadas situaciones. Aunque existen talleres y charlas, suelen ser poco frecuentes y por lo tanto insuficientes a la hora de abordar y entender ciertos problemas y mecanismos relacionados con el ciberacoso.
Elena Gimeno, Asesora Jurídica del CIPAJ. Centro de información y asesoramiento juvenil. Casa de los Morlanes. Plaza San Carlos, 4. 50001 Zaragoza. Tel. 976 721 818. cipaj@zaragoza.es