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Hazte una pregunta ¿Por qué? ... 

Estamos constantemente buscando agradar a las personas que nos rodean. Nos olvidamos de nuestros propios intereses porque nos reconforta recibir aprobación externa. No queremos que tenga una mala concepción de nosotros y tenemos pensamientos como: ¿soy mal amigo/a si no voy?, ¿qué pensara de mí?, ¿soy mala persona si no le ayudo?, ¿a ver qué excusa me invento? Así que normalmente optamos por ceder y complacer a los demás.

Requiere mucho esfuerzo tener a todo el mundo contento, de hecho, es prácticamente imposible. Toda la energía que dedicamos en satisfacer a todo el mundo, ¿nos hace realmente felices? La respuesta que des seguramente sea que no. ¡Recuerda! No podemos evitar siempre el conflicto o caerle bien a todo el mundo.

Si te siente identificado/a deberías empezar a...

Priorizarte, porque hasta ahora has vivido por y para los demás. Tenemos que tener en cuenta nuestros gustos, nuestras opiniones, lo que nos apetece hacer.

Cuando reprimimos todo esto, normalmente nos sentimos enfados/as, ansiosos/as y muchas veces no sabemos el motivo. Y es precisamente por no preocuparnos de nosotros/as ni de escucharnos y dejarnos llevar por la gente, lo que nos puede generar una gran frustración y que nuestra autoestima se vea mermada.

Tenemos y debemos decir que NO

A situaciones que no nos gustan, a comportamientos con los que no estamos de acuerdo, a planes que no queremos hacer.

Seguramente a algunas personas no les sentara bien que les digas que no en determinadas situaciones, pero es su responsabilidad saberlo gestionar, no tu problema. No lo olvides, ya que a todos/as nos cuesta renunciar a peticiones de otras personas, pero es muy importante saber poner límites. No te olvides de que eres dueño/a de tu propia vida y, siempre con asertividad, puedes expresarte con sinceridad y ser tú mismo/a.

¿Qué es la asertividad?

Es la técnica de comunicación más efectiva comunicar nuestros sentimientos y necesidades.

Según Walter Riso es ¿ser capaz de ejercer/defender los derechos personales: decir no, expresar desacuerdos, dar una opinión contraria y/o expresar sentimientos negativos sin dejarse manipular, como lo haría una persona sumisa, y sin violar los derechos de los demás, como lo haría una persona agresiva. Es el punto intermedio entre el que se arrodilla y el que aplasta al otro. Implica la defensa de los derechos sin lastimar al otro¿.

Por lo tanto, en la asertividad:

• No hay gritos -- Hay comprensión
• No hay acusaciones -- Hay acuerdos
• No se busca hacer daño -- Hay respeto
• No somos egoístas -- Hay empatía

Además, estos consejos también te pueden ayudar:

• Expresa opiniones y sentimientos en primera persona: "siento que...", "creo que...", "me gustaría que...", "prefiero que...", "entiendo que...", etc.
• Es importante acompañar nuestra comunicación verbal con la no verbal (tono de voz amable, postura erguida, mirar a los ojos)
• Practica en casa poniéndonos frente al espejo.
• Escribe situaciones que nos ocurran en nuestro día a día y si no hemos sabido ser asertivos, desde la tranquilidad reescribir como podría haber actuado.
• Tómate tu tiempo, debemos pensar antes de dar una respuesta.
• Pierde el miedo a las críticas: no todo el mundo va a estar de acuerdo con todo lo que hagas o digas y por esa insistencia de querer gustar a todo el mundo al final el que no te gustas eres tú.

Te pongo varios ejemplos:

 Caso 1

Salimos este fin de semana: va a venir muchos de clase, no te lo puedes perder. 

• Tengo que quedarme en casa a estudiar pero gracias por contar conmigo.
• No seas sosa, va a ser divertido.
• Estoy segura pero el examen es importante y tengo que estudiar, pero a la próxima me apunto.

Caso 2

Déjame el trabajo por favor, no me va a dar tiempo y estoy muy agobiada

• Creo que es mejor que no te lo deje porque nos puede pillar si lo copias.
• No me puedes hacer esto, con lo agobiada que estoy.
• Entiendo que estés agobiada pero si quieres te puedo ayudar hacerlo, que todavía queda tiempo. 

Y ahora toca poner todo esto en práctica. No es fácil, lo sé, como toda habilidad nueva requiere aprendizaje, pero cuanto antes empieces antes la adquirirás y, lo más importante, más libre te sentirás. No hay tiempo que perder: 3...2...1...¡Es tu momento!

Artículo publicado en: Sin problemas. Boletín del CIPAJ, mayo 2020
Laura Zapata Pello. Asesoría psicológica del Cipaj y de la Universidad de Zaragoza