La igualdad: una asignatura diaria


Voluntariado y cooperación
Laura Latorre Molins. Escritora y periodista

¿Cuántas veces escuchamos la palabra "igualdad" en el día a día? Pero ¿sabemos cómo ponerla en práctica en nuestra vida cotidiana?

La igualdad es fundamental para construir una sociedad plural, democrática y justa y, aunque tiene que haber leyes que la fomenten, no podemos dejar toda la responsabilidad en las más altas esferas: es también nuestro deber como ciudadanos/as ponerla en práctica la igualdad a través de pequeñas acciones que tienen un impacto e inspiran a otros. Ejemplos hay miles pero en estas líneas vamos a repasar algunos que podemos implementar en nuestras vidas desde ya y que ayudarán a crear entornos más amables, seguros, igualitarios e inclusivos.

Practica el respeto y la empatía

Para lograr la igualdad es fundamental la apertura de mente, el respeto y la empatía para imponer menos y comprender más. La sociedad es diversa, y respetar y abrazar esa diversidad en lugar de negarla o discriminarla, nos ayudará a crear un entorno más igualitario donde todo el mundo encuentre su sitio sin miedo.

Pon en marcha tu pensamiento crítico frente a los bulos

Los bulos y el odio se propagan rápidamente. Por eso, antes de repetir y de compartir ciertas informaciones, pon en marcha tu pensamiento crítico y pregúntate: ¿De dónde viene esta información? ¿Qué intereses hay detrás? ¿Dónde lo puedo contrastar? Esto que voy a compartir en mis redes, ¿fomenta el odio hacia algún colectivo?

Existen proyectos periodísticos que trabajan para desmontar los bulos que se hacen rápidamente virales: newtral.es o maldita.es, que cuenta con diversos apartados. ¡Úsalos para contrastar!

Cuida el lenguaje: El lenguaje es un arma poderosa que ayuda a construir realidades y a configurar nuestra manera de pensar. Insultar o utilizar palabras denigrantes para referirnos a personas extranjeras, mujeres o personas LGTBI nos alejan de un escenario de igualdad real.

Por otro lado, practicar el lenguaje inclusivo no es complejo y pasa por hacer pequeños cambios que benefician a todos. Por ejemplo, en lugar de decir "los interesados" podemos decir "las personas interesadas" o también se pueden sustituir sintagmas como "los alumnos" por "el alumnado".

¿Quién se encarga de los cuidados?

Cuidar no es cosa de mujeres. El patriarcado se ha encargado durante siglos de que así lo fuera pero los avances feministas de las últimas décadas han logrado poco a poco darle a los cuidados el valor que tienen y que la sociedad comprenda que son tarea de todos y todas. Involúcrate: ayuda a personas de tu entorno, cuida a familiares mayores, asume labores domésticas etc.

Denuncia el sexismo, el racismo y cualquier tipo de discriminación

Hay situaciones en las que el punto medio y la equidistancia no existen. Cuando se trata de posicionarse contra las injusticias no caben matices: o estás en contra o eres cómplice.

Ana Gaspar, directora del servicio de Igualdad del Ayuntamiento de Zaragoza, señala que "siguen existiendo brechas de género" en diversos campos y también recalca que "hay igualdad legislativa pero no real". Alcanzarla requiere educación, "fomentar la presencia y modelos de mujeres en áreas donde hay brechas, y romper en las familias la reproducción de estereotipos y géneros".

Para trabajar la igualdad de género en nuestro día a día, Gaspar propone "empezar identificando todas aquellas situaciones en las que hay una desigualdad real porque, a veces, el principal problema es que negamos la desigualdad. Para ello, hay mirar de otra forma: analizar nuestro entorno más próximo y ver en qué aspectos hay desigualdad. Por ejemplo hacerse la pregunta ¿cuántas horas dedica mi padre a tareas de cuidado del hogar y cuántas horas dedica mi madre? ¿Y cuántas horas dedican a su ocio y tiempo libre? Desde ahí vamos a observar desigualdad en la ocupación de tiempos y espacios".

Por otro lado, y centrándonos en la violencia de género, Gaspar plantea que seamos conscientes de las relaciones incipientes en nuestro entorno "donde pueden aparecer los primeros comportamientos de violencia de género" como celos, control, control a través de redes o la presencia del mito del amor romántico.

Respecto a la violencia de género, Gaspar cree que es "importante que las campañas de sensibilización y prevención de la violencia fomenten que es responsabilidad de todos y todas, que los chicos jóvenes sean aliados contra la violencia de género y que no la vean como algo ajeno. Que las mujeres no justifiquemos que por amor todo vale.".

No solo el machismo y la misoginia amenazan a nuestra sociedad, también lo hace el racismo. Federico Abizanda, miembro de la Fundación Seminario de Investigación para la Paz (SIP), asegura que, para combatirlo, "lo primero que debemos hacer es escuchar más y hacer el esfuerzo por conocer al otro, el desconocimiento es la principal fuente de prejuicios y conflictos sociales".

Propone también un cambio de enfoque: "Aunque siempre ponemos la carga de la integración sobre las personas que vienen (que se integren ellos", "que se adapten a nuestra cultura", etc.) lo cierto es que la igualdad y la integración son un proceso bidireccional, es una adaptación mutua. Se trata de que todos nos adaptemos a la nueva sociedad que surge de la mezcla entre culturas y de que todos aprendamos a convivir pacíficamente teniendo siempre presente que igualdad significa igualdad de derechos, igualdad de deberes e igualdad de oportunidades".

Abizanda cree que "lo más irritante para una persona de origen extranjero es probablemente que le pregunten constantemente <"¿oye, tú, de dónde eres?", porque, aunque se haga esa pregunta sin mala intención, te están recordando (sutilmente pero sistemáticamente) que tú "no eres de aquí", que "no eres de los nuestros". Aunque más que lo que se dice o pregunta, en ocasiones es más bien el tono con el que se hace, bien sea agresivo o paternalista".

Preguntado por cómo podemos practicar la igualdad con el colectivo LGTB en el día a día, Alejandro Sierra, miembro de la Asociación SOMOS LGTB+ de Aragón, señala que ellos intentan "potenciar la empatía. La visibilidad de las diferentes identidades es también otra forma de habituar a las personas a la presencia de diferentes realidades que en su conjunto hacen una sociedad diversa". Sierra nos da un truco sencillo y efectivo para evitar hacer preguntas inapropiadas: "No preguntes a una persona LGTBI lo que no le preguntarías a cualquier otra persona, es aplicar el sentido común".


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