La magia del condón


Hay gran diversidad de sistemas de anticoncepción porque no hay ninguno ideal. Y es que, realmente, no hay métodos anticonceptivos, hay personas que eligen métodos, en base a sus peculiaridades y singularidades de pareja. En esta ocasión, vamos a entretenernos en exponer el método más conocido y del que parece no hay secretos: el preservativo, en su vertiente masculina.
 
Última revisión: octubre de 2021

La historia del condón es controvertida y sitúa su origen en la época de los romanos. En el siglo XVI fue el anatomista italiano Gabriel Falopio el que diseñó el primer condón medicado. Más tarde, al inicio del siglo XVII, el Marqués de Sade lo reinventó y finalmente fuel el higienista inglés Dr. Condom quién diseñó los condones con material de intestino animal y a quien debe su nombre nuestro conocido amigo. Los condones de intestino fueron sustituidos por los de látex en 1834 cuando Charles Goodyear inventó la vulcanización.

El término preservativo viene del latín y hace referencia a preservar, defender, resguardar, en definitiva proteger. El preservativo, tanto masculino como femenino, es en la actualidad uno de los métodos más extendidos de control de la natalidad, así como el mejor método para evitar el contagio del virus del SIDA y otras enfermedades genitales de transmisión sexual (ETS).

Creemos en la magia del amor, en la magia del encuentro, en la magia del juego erótico, y esta magia pasa por cuidar nuestra salud y evitar la responsabilidad temprana de tener un bebé; por ello creemos en la magia del preservativo.

Preservativo masculino o condón

El preservativo es una funda de látex o poliuretano, muy fina, elástica y resistente que se coloca en el pene cuando está en erección y que, al desenrollarlo, lo cubre en su totalidad. Constituye el anticonceptivo más utilizado entre el sector del mundo de los jóvenes, porque son de fácil adquisición, uso y manejo. El porcentaje de fallos teóricos no pasa del 2%. Los condones de látex son los más efectivos, duraderos y comunes. No obstante, hay casos de alergia al látex que se traducen en molestias en la piel y mucosas del pene o sensación de quemazón en las paredes de la vagina. En este caso habrá que optar por los de poliuretano. Apuntaremos claves conocidas y las casi conocidas:

  • Es un método de alta eficacia, que no requiere controles y que protege de las E.T.S.
  • Tenerlos siempre a mano puede significar la diferencia entre un momento de placer sin consecuencias y el adquirir una responsabilidad no oportuna o una enfermedad. Y si no los tenéis a mano recurrid a vuestros juegos eróticos no coitales.
  • Guardar los preservativos en un lugar seco y fresco. Es aconsejable no guardarlos en la cartera del pantalón ni en la guantera del coche en épocas de calor. 
  • Nunca usar condones cuyo empaquetado esté dañado, roto o aviejado.
  • No son reciclables ni reversibles. Son de un solo uso.
  • Todos los preservativos deben tener impreso en su estuchado la fecha de caducidad.
  • Un material como el látex se altera mucho si está expuesto al calor o a la compresión. Recomendamos comprarlos en farmacias o establecimientos garantizados.
  • Recuerda usar el condón en caso de juegos eróticos orales o anales. Y cambia de condón si practicas juegos anales/vaginales.
  • Las posibilidades de que el preservativo se rompa son mayores si la vagina no está lubricada.
  • No incluir vaselina cuando se usa el preservativo porque dañaría el látex. En todo caso si la utilizáis que sean lubricantes basados en agua y no en aceite.
  • Si se rompe o desenrolla, hay que conseguir cuanto antes medicación de emergencia, aun cuando no se haya eyaculado totalmente.
  • Si el preservativo comprime de modo excesivo el pene buscad otro de mayor tamaño. Los condones de tamaño mayor suelen ser de poliuretano. Lo importante no es ser un simple usuario sino un buen usuario que ve en el preservativo no sólo un elemento de prevención sino también un elemento del juego erótico.
  • Todas estas claves son aplicables también a las relaciones homosexuales y lésbicas, aunque en éstas últimas se utilizarán toallitas de látex.
  • No tirar el preservativo al WC porque hemos de cuidar el medio ambiente.

Manual de instrucciones:

  1. Abrir el paquetito con mimo, con los dedos y no con tijeras ni con los dientes para evitar romperlos.
  2. Para sacarlo se presiona desde abajo como si fuera un tubo de crema dental y no se introducen los dedos en el paquete porque puedes romperlos sin querer al extraerlos.
  3. Colocar suavemente sobre el pene en erección. Si al desenrollarlo no baja es porque está al revés y debe voltearse. Es más fácil si te lo coloca tu pareja.
  4. El preservativo sin estirar se coloca sobre la cabeza del pene (glande), luego se sostiene con los dedos la punta del condón para que cuando se deslice hacia abajo se adhiera bien, no queden burbujas de ire que faciliten su rotura y quede un espacio en el cual se deposite el semen. Hay condones que ya tienen un depósito en la punta para contener el semen y no requieren que la punta se apriete sino que solo debe sostenerse. Desenrollarlo hasta la base del pene.
  5. Si el pene no está circuncidado (operado de fimosis), retraer el prepucio (piel que recubre la cabeza del pene) y colocar el condón.
  6. Colocar el preservativo en el pene desde el inicio de la erección y antes de cualquier acercamiento genital.
  7. Durante el juego erótico cuida que la joyería del cuerpo no rasgue el preservativo (piercing, anillos, pulseras).
  8. Verifica el condón durante la actividad sexual y comprueba que no se desenrolle.
  9. No utilicéis a la vez el condón femenino y masculino porque parecerá "una fábrica de plástico" y la fricción puede deteriorarlos.
  10. Cuando el chico empieza a perder la erección es recomendable que se sostenga el condón en la base del pene para evitar que el semen se salga o rebase.
  11. Tras la eyaculación retirar el pene de la vagina cuando está todavía en erección, manteniendo el borde del preservativo bien sujeto para evitar la salida del esperma o que el preservativo se pierda en la vagina. Desecharlo y no reutilizarlo.

Y todo ello para hacer de las relaciones eróticas no algo aburrido o mecánico, sino para hacerlas seguras, poder disfrutarlas y envolverlas de amor.

Texto elaborado por Santiago Frago y Silberio Sáez. Asesores del CIPAJ.

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