Van a ser muy significativos y permanentes los impactos espaciales, sociales y económicos, así como la percepción prospectiva de la población, sobre todo cuando sean más evidentes los efectos económicos de la pandemia y la necesidad de seguir manteniendo la prevención, las medidas de profilaxis y otras formas de relación social. Por ello, es importante saber cómo se adapta la población esta realidad.
Sobre todo, porque la población más vulnerable, con limitaciones económicas, que sufre hacinamiento, con peores condiciones residenciales y privadas de espacios abiertos tendrán secuelas que habrá que considerar y evaluar para el diseño de los servicios actuales y de las futuras políticas públicas.
Los ciudadanos de Zaragoza han tejido lazos de solidaridad y cooperación. Las familias vuelven a ser el bastión de resiliencia frente a estas situaciones imprevistas. Por primera vez se han seguido manteniendo los contactos, las actividades gracias a las redes digitales. Se ha acelerado de manera desigual la hibridación fidigital que ha mantenido muchas de las actividades, paliado el aislamiento y reforzado las relaciones personales.
Los zaragozanos demandan a las instituciones y, especialmente, a las administraciones locales que no sólo han de desarrollar políticas de atención social y asistencial, sino que, en un horizonte, a medio y largo plazo, tendrán que redefinir las estrategias de distanciamiento social, la gestión de los servicios asistenciales, sociales, participativos, culturales o educativos, los modos de relación y de movilidad, y las actividades económicas.
No hay que olvidar que es estamos todavía en un momento cuyas derivas acaban de comenzar y se ha de trabajar en conjunto para responder a los nuevos retos y desafíos en un momento de incertidumbre. Por lo tanto, hay un compromiso social por y para la ciudad en el que se manifiesta una implicación hacia los más próximos -familia, vecinos, etc.- que son los que han complementado la red de los servicios públicos.
La ciudadanía manifiesta incertidumbre, miedos e irritación, pero, como se manifiesta en las preguntas libres de la encuesta quiere ir más allá de la crispación y crear un cauce empático que ha permitido una respuesta sincera y abierta de los ciudadanos. Los resultados de la encuesta indican que quieren que desde la municipalidad se promuevan cuidados, acogida, vida saludable, sostenibilidad, convivencia, ayuda mutua, solidaridad, crecimiento socioeconómico, cultura, identidad o prospectiva. El camino que elijan las sociedades y los dirigentes y en el que un ayuntamiento ha de implicarse de manera activa, configurarán el modelo urbano de los próximos decenios.
A grandes rasgos se puede indicar que esta encuesta manifiesta
- El grado de madurez y libertad de la sociedad zaragozana que ha respondido sin trabas ni sensación de control social
- La necesidad de una reflexión para compatibilizar modelos físicos o presenciales con los digitales ya que se observa
- La brecha digital existente entre los barrios urbanos y los rurales.
- La escasa respuesta en los barrios más pujantes.
- La necesidad de incentivar la participación en los más desfavorecidos debido al desconocimiento de la existencia de la encuesta por el método utilizado, la falta de participación de grupos que hubiera facilitado la difusión de la misma y la brecha digital existente en estos barrios.
- La no participación de los colectivos más vulnerables y la necesidad de incentivarles en los modelos de gobernanza
- El núcleo familiar es de nuevo el pilar y sostén de los ciudadanos y de sus hogares, y complementa la red de cuidados y servicios públicos.
- En los momentos de alarma la mayoría de la población al no estar en situación crítica, enferma o perdida de seres queridos manifestaron un estado de ánimo bueno a pesar de las circunstancias. No obstante, cuando se desciende a los análisis particulares entre un 25-35% de la población indicaba problemas emocionales, salud, hábitos saludables o incertidumbre. Es seguro que esta situación se podría complicar de acuerdo a la evolución de la pandemia o la situación socioeconómica familiar.
- La incertidumbre laboral para más de un 41%
- Una situación crítica de la capacidad de ahorro para más del 25%
- La sensación de miedo, inseguridad, enfado en un 20%
- Los problemas de hacinamiento de algunos espacios residenciales en más de un 20%
- Una duplicidad entre el aumento de actividades positivas y hábitos menos saludables en torno al 20%
- Hay una apuesta clara por los servicios y atenciones sociales, sanitarias, asistenciales y educativas, que se consideran los pilares esenciales para el mantenimiento del modelo social
- El reconocimiento de los servicios esenciales y de sus trabajadores
- La necesidad de preparar a la población ante situaciones de disrupción o situaciones sobrevenidas
- La existencia declarada de casi un 2 % de infectados de covid, que cumplió estrictamente el confinamiento pero que tuvo momentos de angustia e incertidumbre