24 febrero 2024

El Gobierno de Zaragoza aprueba el proyecto de 588.000 euros para la mejora de eficiencia energética para el Museo Pablo Gargallo

El Ayuntamiento de Zaragoza avanza hacia la neutralidad climática en los espacios municipales y de forma activa en el turismo
La nueva instalación, que no supondrá ninguna modificación arquitectónica, se ha diseñado para que tampoco conlleve un aumento del nivel sonoro de los equipos
El proyecto, recogido en el Plan de Zaragoza de Sostenibilidad Turística de Destinos, cuenta con una subvención de Fondos Europeos NextGeneration EU de 409.434,68 euros

El Ayuntamiento de Zaragoza avanza hacia la neutralidad climática en los espacios municipales y, de forma activa, en la sostenibilidad del sector turístico. Por ello, el Gobierno de Zaragoza ha aprobado el proyecto de obras de mejora eficiencia energética de la instalación de climatización del Museo Pablo Gargallo, que contará con una inversión de 587.203,27 euros (IVA incluido) y un plazo de ejecución de 5 meses. El proyecto cuenta con la autorización de la Comisión Provincial de Patrimonio Cultural de Zaragoza. Este proyecto forma parte del Plan de Zaragoza de Sostenibilidad Turística, subvencionado con un global de 2 millones de euros por parte de los Fondos Europeos NextGeneration EU, para el que se obtuvo un global de 2 millones de euros. Este proyecto en el Museo Pablo Gargallo recibirá una subvención total de 409.434,68 euros y, además, al contar con un carácter de eficiencia energética, contribuye al objetivo de Misión de Ciudades Climáticamente Neutras e Inteligentes.
Actualmente, la instalación térmica consta de unos equipos productores para las distintas estancias situados en una terraza técnica sita en la planta cuarta. Dichos equipos dan servicio a los distintos equipos emisores distribuidos por las estancias del museo, pero la instalación no dispone de un sistema de control centralizado y funciona cada equipo de forma independiente sin posibilidad de horario o regulación de ningún tipo.
Así pues, el proyecto contempla la retirada de los equipos actuales ubicados en la cubierta del edificio y la sustitución de la actual bomba de calor por otra de mayor eficiencia. También se instalarán fancolis (emisor usado para calentar o enfriar el ambiente en sistemas de climatización como aires acondicionados) en el interior de la zona del patio para reducir las pérdidas en esa zona y se pondrá el sistema de control BMS para todo el edificio.
Con el fin de garantizar calidad de los espacios museísticos actuales, en algunos espacios del equipamiento municipal se prevé la ejecución de un trasdosado autoportante de placas de yeso laminado que oculte los conductos y equipos de climatización. 
Todo ello supone que en ningún momento se modificarán las condiciones arquitectónicas existentes y, además, se ha tenido en cuenta que el nuevo equipo que se instala en sustitución al existente no representa un aumento del nivel sonoro.

HISTORIA
El que hoy conocemos como el Palacio de Argillo fue construido entre 1659 y 1661 para el que sería el primer Marqués de Villaverde, el Infanzón Francisco Sanz de Cortés, también Conde de Morata y Atarés. Su prosperidad económica y social le lleva a ampliar su casa, sita en la Plaza de San Felipe, para darle un aspecto nobiliar acorde con su nueva posición. Para ello, añadirá una nueva fachada, el patio, la escalera y el salón en la parte delantera de la planta noble.
Don Francisco es nombrado Marqués de Villaverde por Carlos II en 1670, título que heredarán su hijo y su nieto, quienes también acometerán una serie de reformas en el palacio. Cuando su nieto se traslada a Madrid, la casa se desvincula de la familia hasta 1837, año en el que la Condesa de Argillo la hereda, denominándose a partir de entonces Palacio de los Condes de Argillo.
En 1860 el edificio es transformado en el Colegio de San Felipe y su estructura interna se modificó sustancialmente para aprovechar al máximo el espacio que ofrecía. El salón de protocolo se dedicó a dormitorio, bajándose el techo, mientras que el espacio de la galería se compartimento y se cerraron las arquerías, produciendo destrozos en basas y capiteles.
Durante la Guerra Civil el edificio fue ocupado como residencia de un sector de Acción Ciudadana. El 27 de julio de 1943 se declara Monumento Nacional por Decreto del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes y tres años después albergará la sede administrativa y talleres de la ONCE. Esta, antes de abandonar el edificio derribará su parte trasera, espacio que aún conservaba la primitiva casa del infanzón Francisco San de Cortés y construye un patio de luces.
A partir de 1977, cuando el edificio es adquirido por el Ayuntamiento de Zaragoza, se empiezan a desarrollar las primeras obras orientadas a su recuperación. Tras varios usos, finalmente se destina al museístico, creando el Museo Pablo Gargallo. En 1980 el arquitecto Ángel Peropadre Muniesa concluyó las obras de restauración, aunque posteriormente, en 1983 se aprobó un proyecto de restauración total ya como proyecto de reconversión en museo. Las obras concluirían en mayo de 1985, abriendo el museo un mes después.
En la restauración se intentó respetar al máximo los espacios y materiales de la construcción original, al mismo tiempo que el nuevo uso del espacio exigía la creación y habilitación de nuevos espacios. Se añadieron nuevas plantas en altura, la primera situada entre la cubierta y el forjado superior de la galería principal formada por cuatro pequeñas estancias que se comunican mediante pasillos; la segunda, entre la cubierta y el forjado superior del salón principal, de superficie igual al piso de abajo. Además, se construye un cuerpo de comunicación vertical para una escalera y un ascensor, que conectan con todos los pisos. 
En 2007 se realizaron las obras de ampliación del museo, aumentando en un 40% el espacio útil expositivo. En octubre del año 2009, el museo abrió de nuevo sus puertas al público, tal y como hoy lo conocemos.