Estampas de la Torre Nueva, es una exposición que se puede visitar desde el 25 de febrero en el Palacio de Montemuzo.
El 22 de agosto de 1504, los jurados acordaron erigir una torre-reloj que sirviese para medir el tiempo en la ciudad. El rey Fernando el Católico aceptó el proyecto y la obra se encargó al arquitecto Gabriel Gonvao.
Su base era octogonal y tenía 45 pies de diámetro. La altura total de la torre era de 312 pies. La torre permanecía vertical hasta diez pies del suelo, pero a partir de esa cota comenzaba a inclinarse hasta la altura de 210 pies, recuperando, a partir de ahí la verticalidad.
Durante los Sitios sirvió de atalaya para controlar el movimiento de las tropas francesas. Los viajeros románticos escribieron sobre ella y se publicaron multitud de grabados.
En 1846, la torre quedó maltrecha y hubo peticiones de derribo, continuadas años más tarde. Los hermanos Gascón de Gotor organizaron una movilización de prensa y de intelectuales para evitar su demolición. El AMZ conserva esta documentación que fue donada por la familia. Tristemente, el 12 de febrero de 1892, el Ayuntamiento acordó su derribo.