23 febrero 2015

Grabados, maquetas, fotografías y fototipias recuerdan la Torre Nueva de Zaragoza

El Palacio de Montemuzo acoge desde el miércoles “Estampas de la Torre Nueva”, una exposición basada en una selección de obras del coleccionista, arquitecto y académico de la Real Academia de San Luis, Alejandro Rincón y González de Agüero

El Palacio de Montemuzo acogerá desde el próximo miércoles 25 de febrero la exposición "Estampas de la Torre Nueva", que a través de grabados, fotografías, fototipias y maquetas recuerdan la desaparecida torre zaragozana.

La exposición se basa en una selección de obras del coleccionista, arquitecto y académico de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis, Alejandro Rincón y González de Agüero.

La Torre Nueva, ha. 1890

Fotografía al gelatinobromuro (copia moderna), 400 x 501 mm

COYNE. (Firmada en sello)

La muestra está formada principalmente por una selección de más de 40 grabados y algunas fotografías y fototipias, además de tres maquetas, pertenecientes a una notable colección privada, formada a lo largo de varias décadas.

La torre Penchèe de Saragosse ¿ Desin de Blanchard, 1838

Xilografía coloreada a mano, 187 x 201 mm

Como señala el propio Alejandro Rincón:

"La Torre Nueva era uno de los monumentos de visita obligada en la ciudad ya que se conocía por estar difundido en todo tipo de publicaciones, quizá incluso antes que El Pilar o La Seo. Se trataba de un edificio exento ubicado en la plazuela de San Felipe, de planta estrellada en los cuerpos inferiores y octogonal en los superiores, llevado a cabo en 1504, como fecha comúnmente admitida si bien del análisis de su morfología surgen dudas al respecto. Erigido enteramente en ladrillo dentro de la tradición mudéjar, con una altura cercana a los 81 m, incluido el chapitel de 1749, unía la belleza de su construcción, al hecho, y de ahí su particularidad, de haber basculado fuertemente hacia el sur con un desplome de 2,37 m. Sus campanas y reloj, el último instalado en 1827, marcaban la vida de la ciudad con sus singulares toques en relación a los sucesos que se daban en la misma. Lo habitual era contemplar la Torre Nueva en su totalidad desde la propia plaza de San Felipe o aledaños, como desde allí la encuadran la mayoría de las estampas de época como las conocidas de H. Locker, J. F. Lewis, E. George, P. Blanchard, F. J. Parcerisa, etc., o fotógrafos como J. Laurent y más tarde el zaragozano Coyne que repiten tomas realizadas unos años antes por Ch. Clifford."