Pantallas espectrales


Autor/es
(Escultor)
Fernando Sinaga (Zaragoza, 1951) es profesor de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Salamanca, muy presente en la escena artística desde finales de los años setenta con importantes muestras nacionales e internacionales, pero especialmente a partir de la segunda mitad de los años ochenta. En 1989 participó en la XX Bienal Internacional de Sao Paulo, Brasil; en 1992 en la V Triennale Felbach, de Alemania. En 2000 expone en el Pabellón de España de la Exposición Universal de Hannover. Su obra se encuentra representada, entre otras, en la colección del Museo de Arte Reina Sofía, Patio Herreriano, ARTIUM, en el Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo (Badajoz), Banco de España, Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), etc. También está muy difundida su obra a través de proyectos de arte público, casi siempre en colaboración con arquitectos, como el de la Ciudad de las Artes y de las Ciencias de Valencia, con Santiago Calatrava, o el del Parque de los Pericones en Gijón.
Emplazamiento
En la orilla derecha del río Ebro, entre el Pabellón-Puente de Zaha Hadid y la Pasarela del Voluntariado de Manterola, justo frente al Pabellón de España.
Periodo
[2001-] Siglo XXI
Materiales
Tres pórticos de acero pintados en rojo y pantallas con espejos desenfocados de vidrio dicroico tratado para darle opacidad en su parte posterior, de tal manera que estos cristales funcionen como espejos.
Dimensiones
Tres pórticos formados por soportales de acero de 24 x 26 cm que alcanzan 3 m. de altura, sobre los que se superponen dinteles de 2,75 m de altura y 7 m. de longitud, formados por el mismo tipo de vigas de acero que sostienen en su interior seis placas de vidrio dicroico
Cronología
2008
Promotor
Obra encargada por Expoagua Zaragoza 2008 con la colaboración y financiación del Ministerio de Fomento y Ministerio de Cultura, a través de los Planes y Programas de fomento a la creatividad artística con cargo al 1% cultural
Propietario
Ayuntamiento de Zaragoza
Cada pantalla está compuesta por seis vidrios dicroicos en cada lado, para poder reflejar el paisaje por ambas caras y lograr modificarlo en color y formalmente ofrecerlo desde múltiples visiones y percepciones. Los espejos que pueden cambiar de color según la perspectiva, el punto de visión o la incidencia de la luz. A veces predominan los tonos fucsias, amarillos, azules, verdes... pero siempre llenos de destellos y creando superficies inquietantes y magnéticas.
Las pantallas están enmarcadas por una estructura arquitrabada de acero rojo, cuya parte más visible es el dintel que corona los espejos. Se distribuyen en dos partes, apareciendo dos de las puertas-pantallas juntas y convergentes. El paisaje circundante, el césped y los propios colores seleccionados por el artista para estas esculturas-arquitectura, añadidos al festival cromático de los espejos, transforman el espacio en un ambiente mágico y lleno de sentido. La gama cromática alcanzada por los espejos según los reflejos de la luz o las posiciones adoptadas por el espectador crea una riqueza visual espectacular a la vez que un tanto fantasmagórica. La realidad reflejada se deforma a través del color pero también por la peculiaridad de las superficies distorsionadas de los espejos. Son imágenes espectrales, realidades imaginadas e imaginarias.
Como en todo proyecto público, el lugar elegido ha de ser un factor determinante en la conceptualización y formalización de la obra; así lo anota Sinaga: el lugar de la escultura debe organizarse según el paisaje al que mira y desde el que es mirado. Ambas perspectivas son imprescindibles para elegir la topografía circundante y para definir la escala del proyecto estructural, así como la definición conceptual y material.

Durante varios meses y a lo largo de numerosas visitas, Sinaga acudió al lugar en el que habría de intervenir. La proximidad del río situó los límites inciertos y fugaces de un paisaje cambiante que Sinaga se propuso fijar en su inestabilidad: propósito central de este proyecto que consiste en tres grandes pórticos de acero pintado en rojo de tres metros de alto, sobre los que se sitúan unas pantallas en dintel de siete metros y medio de longitud, construidas con vidrio dicroico cuyo reverso se opacó para transformarlas en espejos. Estos espejos cromáticos, cuyos efectos tonales se multiplican por la incidencia de la luz, tienen la capacidad de reflejar la imagen desenfocada de la realidad abriéndola al imaginario; actúan en este sentido, como aceleradores de la visión y modificadores perceptivos que nos invitan a mirar la realidad de un modo más intenso y profundo.

Las Pantallas espectrales sobre el Ebro son ya una de las obras más significativas del patrimonio artístico de Zaragoza, en cuya valoración ha sido fundamental la iniciativa de la Universidad de Zaragoza a través de la organización del proyecto expositivo sobre el proceso formal y conceptual de la intervención pública (Edificio Paraninfo, 11 junio-26 julio, 2009) y la edición de su correspondiente publicación. Al Ayuntamiento de Zaragoza corresponde la responsabilidad de mantenerla en las condiciones adecuadas.
Clave Iconografía Clave Materiales Clave Temática
Formas
Metal Pinturas
Autor de la Ficha
Ana María REVILLA y Javier GALÁN (ficha técnica), y Chus TUDELILLA (comentario)
Bibliografía
  • PELLICER, Francisco & GALÁN, Francisco Javier & REVILLA, Ana et al.: Intervenciones artísticas Exposición Internacional Zaragoza 2008. Zaragoza, Sociedad Estatal Expoagua Zaragoza 2008 S.A., 2008, pp. 174-189.
  • SINAGA, Fernando: "Pantallas espectrales sobre el Ebro", Pasajes de arquitectura y crítica, nº. 99, 2008 , p. 94.
  • TUDELILLA, Chus (comisaria): Fernando Sinaga. Pantallas espectrales sobre el Ebro, Zaragoza, Universidad de Zaragoza, 2009 (cat. exp.).