Patrimonio cultural

El nuevo barrio de viviendas protegidas de Valdespartera, construido durante la primera década del siglo XXI, fue impulsado por el Ayuntamiento de Zaragoza a través de la Sociedad Municipal Ecociudad Valdespartera. Se concibió como un enclave urbano sostenible en el que se debían aplicar las más modernas medidas de aprovechamiento y ahorro energético doméstico, de tal manera que se convirtiera en un auténtico campo de ensayo sobre arquitectura bioclimática. Dentro de este planteamiento general, se decidió establecer un sistema de monitorización para obtener y estudiar los datos de las distintas medidas de eficiencia energética aplicadas en las viviendas, para lo cual debía construirse un edificio específico, el Centro de Urbanismo Sostenible (CUS), que no sólo sirviera para dicha función, sino también como centro expositivo y de interpretación a través del cual dar a conocer al gran público las medidas de ahorro energético aplicadas en Valdespartera y los principios del urbanismo y la arquitectura sostenible mediante una exposición permanente y la realización periódica de charlas, cursos...

El edificio del CUS, diseñado por José Javier Gallardo Ortega, Arquitecto Jefe de la Unidad de Proyectos I de Gerencia de Urbanismo, se concibió con un amplio jardín circundante, el Jardín de las Energías. Precisamente, para la zona delantera de dicho jardín, presidiendo la entrada al recinto, la Sociedad Municipal Ecociudad Valdespartera decidió encargar al ingeniero de caminos Juan Antonio Ros, experto en el diseño de "esculturas con función solar", un monumental reloj de sol con carácter escultórico que debía servir como complemento educativo a la exposición del interior del edificio reflejando la importancia del sol como fuente de energía. Tras su diseño por parte de Ros, la pieza, que debía hacerse en acero inoxidable, fue elaborada a nivel material por la empresa especializada Tamoser de Sabiñánigo, colaboradora habitual de Ros, en los primeros meses de 2010, inaugurándose en su ubicación definitiva el 3 de junio de 2010, a la vez que el propio edificio del CUS, durante un acto al que asistieron, entre otros, el alcalde Juan Alberto Belloch y el vicealcalde Fernando Gimeno, y que se complementó con una jornadas informativas y de debate, así como con una conferencia de Federico Mayor Zaragoza, exdirector de la Unesco, titulada "Educar para el desarrollo sostenible".

El Reloj Solar del Centro de Urbanismo Sostenible fue la cuarta "escultura con función solar" creada por Juan Antonio Ros para la ciudad de Zaragoza, tras el Reloj Solar de la Noria (Parque del Agua), Helios y Selene (Actur) y el Reloj Solar Multicaja-Zaragoza (Vadorrey). De todas ellas, la del CUS puede considerarse la menos innovadora por su carácter figurativo y por estar basada fielmente en el símbolo oficial que representa a la ciudad de Zaragoza y su Ayuntamiento (inspirado en su escudo de armas simplificado), pero también la más efectista por los recursos estéticos empleados (juego entre macizo y hueco...). La pieza, realizada en acero inoxidable en su mayor parte, está formada por un basamento circular de escasa altura compuesto por dos anillos superpuestos de hormigón con canto de acero de 4,5 y 3,5 metros de diámetro respectivamente, que sirven como base al gnomon de acero, que es triangular y presenta una gran hueco circular en su zona central con los símbolos del zodiaco para poder calcular la época del año. Sin embargo, cuando se mira la obra frontalmente, dicho gnomon pasa desapercibido al servir de sostén a la monumental figura que preside el conjunto, un león rampante de la ciudad de 1,75 metros de altura realizado también en acero siguiendo un sencillo diseño planista de gran efectismo, que parece flotar recortándose sobre el horizonte con sus rotundos y geométricos perfiles al no percibirse apenas el gnomon que le sirve de apoyo. El león queda enmarcado por una sencilla orla de acero que también parece flotar dado su escueto punto de apoyo, la cual evoca el marco perimetral del escudo de la ciudad y sirve a la vez como dial horario del reloj por su cara trasera. Dicha combinación de león y marco, que no se tocan entre sí, genera un juego muy logrado entre macizo y hueco, permitiendo la incorporación visual del paisaje circundante al interior de la propia escultura.

Tal y como lo expresó el autor en un panel explicativo adjunto a la obra, ésta "nos invita a meditar la importancia de respetar a nuestro planeta, su relación con el Universo y sus equilibrios naturales, y el papel clave que tienen las energías renovables, entre ellas la solar", de hecho, en esta escultura "subyace el mensaje del decidido apoyo de Zaragoza a un futuro sostenible". En cuanto a su función como reloj, la pieza señala durante el día la hora solar de invierno mediante la posición de la sombra sobre las marcas del dial horario. A su vez, en torno al mediodía también se puede averiguar en que época del año nos encontramos, ya que el reloj señala el zodíaco mediante la línea de luz que una ranura deja pasar dentro del hueco circular que tiene el gnomon triangular en su zona central. Además, la líneas que separan entre sí los símbolos del zodíaco existentes en el gnomon indican los equinoccios y solsticios, "fechas significadas y de cambios de estaciones que marcan la relación Tierra-Sol".