PROPUESTA CIUDADANA Movilidad

Eliminación de la rigola de todos los carriles bici en los que está presente

Realizada por Arturo el lunes 26 febrero 20:08 h.

Apoyos Recibidos: 98 Apoyos Recibidos

Propuesta para Ciudad


Descripción

La rigola es la franja, generalmente de cemento, que se encuentra en la calzada en la parte más próxima al bordillo de la acera. Su función es la de conducir las aguas de lluvia para su evacuación. La construcción de carriles bici en calzada ha supuesto que este espacio exclusivo de uso para las bicicletas integre dentro de su anchura la rigola, dándose el caso, en la mayoría de las ocasiones, que la parte de la rigola es muchas veces tan ancha como la parte de asfalto del carril bici. En un espacio ya de por sí no muy ancho, como es el caso de la mayoría de carriles bici de nuestra ciudad, la existencia de la rigola hace que la circulación de las bicicletas se vea muy reducida en cuanto el espacio a ocupar, ya que normalmente la separación entre el cemento (rigola) y el asfalto (carril bici/calzada) cae en mitad del carril bici. Esto hace que las bicicletas evitemos la línea que separa el asfalto del cemento ante posibles desequilibrios o caídas (más probables cuanto más finas son las ruedas de las bicicletas), así como también se hace muy difícil, debido a la anchura, ocupar la parte del asfalto ante posibles golpes del pedal con el bordillo. Un ejemplo muy evidente de la problemática que supone la separación entre rigola y asfalto se puede ver actualmente en un tramo del carril bici bidireccional del Coso, donde se ha reasfaltado la calzada dejando un pequeño escaloncillo en la separación entre calzada y rígola. Así pues, la circulación de la mayoría de las bicicletas acaba siendo por la parte de asfalto del carril bici, lo que supone ocupar solamente la mitad del espacio por el que debería poder circular. Al haber muchos carriles bici bidireccionales la existencia de la rigola hace que en numerosas ocasiones las bicicletas que circulan por el carril más próximo a la acera lo hagan muy pegadas o, incluso, llegando a ocupar una parte del carril de dirección contraria, lo que supone un peligro cuando se cruzan dos bicicletas en direcciones opuestas o cuando una bicicleta quiere adelantar a otra que va más lenta en su misma dirección. Existen ya tramos de carril bici en calzada en los que se ha eliminado la rigola o se ha dejado con una anchura mínima, como son los de la calle Corona de Aragón (bidireccional) o el de Paseo Constitución (unidireccional), por poner algunos ejemplos. Algo lógico, por otra parte, no sólo para favorecer la circulación de las bicicletas en toda la anchura del carril bici, sino también porque resulta paradójica la existencia de una solución constructiva destinada a la lluvia en una ciudad en la que llueve poco o muy poco. Al menos con tanta importancia espacial frente al espacio reservado a la infraestructura para la bicicleta.

Objetivos

El objetivo principal es el de poder aprovechar toda la anchura de la que constan los carriles bici en calzada de la ciudad, evitando las situaciones de riesgo que actualmente se pueden dar e, incluso, posibles accidentes debido a la existencia de la rigola. Un objetivo más general pasa por aportar a la reflexión de la necesidad de pensar en las personas usuarias que van a utilizar las distintas infraestructuras cuando se diseñan y construyen. En este caso pensar en la circulación de las bicicletas.

Beneficiarios/as

Todas las personas que se desplazan en bici utilizando carriles bici.



ESTADO de la PROPUESTA

Trazabilidad de la propuesta


  • 09 marzo 2018 00:00 Modificado estado: En debate por Pasa a apoyos y priorización
  • 26 febrero 2018 22:54 Modificado título: Eliminación de la rígola de todos los carriles bici en los que está presente por Eliminación de la rigola de todos los carriles bici en los que está presente
  • 26 febrero 2018 22:54 Modificada descripción. Anterior:
    La rígola es la franja, generalmente de cemento, que se encuentra en la calzada en la parte más próxima al bordillo de la acera. Su función es la de conducir las aguas de lluvia para su evacuación.
    La construcción de carriles bici en calzada ha supuesto que este espacio exclusivo de uso para las bicicletas integre dentro de su anchura la rígola, dándose el caso, en la mayoría de las ocasiones, que la parte de la rígola es muchas veces tan ancha como la parte de asfalto del carril bici. 
    En un espacio ya de por sí no muy ancho, como es el caso de la mayoría de carriles bici de nuestra ciudad, la existencia de la rígola hace que la circulación de las bicicletas se vea muy reducida en cuanto el espacio a ocupar, ya que normalmente la separación entre el cemento (rígola) y el asfalto (carril bici/calzada) cae en mitad del carril bici. Esto hace que las bicicletas evitemos la línea que separa el asfalto del cemento ante posibles desequilibrios o caídas (más probables cuanto más finas son las ruedas de las bicicletas), así como también se hace muy difícil, debido a la anchura, ocupar la parte del asfalto ante posibles golpes del pedal con el bordillo. Un ejemplo muy evidente de la problemática que supone la separación entre rígola y asfalto se puede ver actualmente en un tramo del carril bici bidireccional del Coso, donde se ha reasfaltado la calzada dejando un pequeño escaloncillo en la separación entre calzada y rígola.
    Así pues, la circulación de la mayoría de las bicicletas acaba siendo por la parte de asfalto del carril bici, lo que supone ocupar solamente la mitad del espacio por el que debería poder circular. Al haber muchos carriles bici bidireccionales la existencia de la rígola hace que en numerosas ocasiones las bicicletas que circulan por el carril más próximo a la acera lo hagan muy pegadas o, incluso, llegando a ocupar una parte del carril de dirección contraria, lo que supone un peligro cuando se cruzan dos bicicletas en direcciones opuestas o cuando una bicicleta quiere adelantar a otra que va más lenta en su misma dirección. 
    Existen ya tramos de carril bici en calzada en los que se ha eliminado la rígola o se ha dejado con una anchura mínima, como son los de la calle Corona de Aragón (bidireccional) o el de Paseo Constitución (unidireccional), por poner algunos ejemplos. Algo lógico, por otra parte, no sólo para favorecer la circulación de las bicicletas en toda la anchura del carril bici, sino también porque resulta paradójica la existencia de una solución constructiva destinada a la lluvia en una ciudad en la que llueve poco o muy poco. Al  menos con tanta importancia espacial frente al espacio reservado a la infraestructura para la bicicleta. 
  • 26 febrero 2018 22:54 Modificados objetivos. Anterior:
    El objetivo principal es el de poder aprovechar toda la anchura de la que constan los carriles bici en calzada de la ciudad, evitando las situaciones de riesgo que actualmente se pueden dar e, incluso, posibles accidentes debido a la existencia de la rígola. 
    Un objetivo más general pasa por aportar a la reflexión de la necesidad de pensar en las personas usuarias que van a utilizar las distintas infraestructuras cuando se diseñan y construyen. En este caso pensar en la circulación de las bicicletas. 
  • 26 febrero 2018 20:08 Creación de la propuesta

Últimas APORTACIONES REALIZADAS

Número de comentarios: 1
  • Héctor Ochoa, el 26-02-2018, 20:15, hizo la siguiente aportación:
    Muy buena propuesta, muy necesaria. Hay tramos por ejemplo en Anselmo Clavé donde resulta bastante difícil circular por precisamente esto. Igualmente, independientemente de si sale o no, el ayuntamiento debería tomar nota y eliminar la rígola en los futuros carriles bici de la ciudad (y si se pone bordillo montable, ya de 10), tal y como se ha hecho en algunos como Alcalde Caballero.