Destaca este singular panteón en forma de templete, proyectado en 1912 por Francisco Albiñana, por los grandes bajorrelieves en bronce que lo decoran. Obra del escultor Carlos Palao, en ellos se representa un programa iconográfico con escenas sobre el Santo Entierro y la Resurrección de Cristo, una de las obras más logradas de la estética modernista.