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REHABILITACIÓN ANTIGUO CONVENTO DE MÍNIMOS DE LA VICTORIA FUTURA SEDE DEL MUSEO DEL FUEGO Y LOS BOMBEROS

Los trabajos se reanudaron en 2004 tras la aprobación del proyecto reformado de este importante equipamiento que forma  parte del programa de actuaciones del Plan Integral del Casco Histórico y supone una importante contribución a la rehabilitación del entorno urbano en el que se enmarca .

El edificio del antiguo convento de Franciscanos Mínimos de la Victoria data del siglo XVI. La inversión global para su adecuación como futura sede del Museo del Fuego y de los Bomberos asciende a 7,1 millones de euros y está financiada al 50% por el Ayuntamiento de Zaragoza y el Ministerio de Fomento (Dirección General de Urbanismo y Arquitectura).

Contratista: FCC CONSTRUCCIÓN,S.A.
Arquitecto Director: José Javier Gallardo Ortega

DATOS DEL PROYECTO


INFORME HISTÓRICO ARTÍSTICO SOBRE EL CONVENTO DE LOS MÍNIMOS DE LA VICTORIA DE ZARAGOZA.

El Convento de los Mínimos de la Victoria, de la Orden de San Francisco de Paula, de Zaragoza, fue fundado el 27 de enero de 1576. Según P. Murillo contó con la colaboración y apoyo del Conde de Aranda, Don Juan de Urrea, el Justicia de Aragón, D. Juan de Lanuza, Don Antonio Hijar, Don Martín de Bolea y Jorge del Frago. Este último hizo donación de las casas donde se instaló la incipiente comunidad.
La edificación de las nuevas instalaciones conventuales debió hacerse en varias etapas constructivas a lo largo de las últimas décadas del siglo XVI y las primeras del XVII. Al parecer la iglesia, y probablemente todo el Convento, fue construido por el "maestro de obras" Clemente Ruiz, autor también de buena parte del convento de las Carmelitas Descalzas llamadas Fecetas. La construcción del Convento propiamente dicho -lo único que hoy se conserva- se hizo gracias a la donación del Juan del Cornal, Jurado de la Ciudad, y debió terminarse antes de 1.615. Cornal, que costearía también la Capilla del Cristo es considerado por estas donaciones -que debieron ser cuantiosas- como el fundador del Convento.
A comienzos del siglo XVII la iglesia estaba sin terminar y se contrataba en 1600 y 1603 al arquitecto Gaspar de Villaverde para que hiciera las capillas de la Virgen de la Soledad y la capilla mayor, respectivamente; Villaverde, con abundante obra documentada en Calatayud y Zaragoza, está considerado como el mejor arquitecto aragonés de la época.
Varios años después, otro prestigioso "maestro de obras" o arquitecto Domingo Zapata, con obra documentada en la Casa Consistorial de Huesca, Convento de San Ildelonso de Zaragoza, etc.,contrataba la realización de la escalera del claustro, cubierta con cúpula decorada con yeserías a base de lazo de tradición mudéjar.
En el año 1835, con la Desamortización de Mendizabal y la exclaustración, el convento era suprimido. Después, como otros conventos desamortizados, fue convertido en cuartel. La iglesia debió derruirse a fines deL siglo XIX o comienzo del XX y se conserva la construcción conventual, hoy propiedad del municipio, en la que están instalados el Parque de Bomberos y el Parque de Tracción en la planta baja.

EL EDIFICIO CONSERVADO.

En la actualidad el edificio monástico se encuentra bastante transformado por las sucesivas utilizaciones a que se ha destinado en estos dos últimos siglos. No obstante conserva el núcleo de la edificación más importante, el patio claustral alrededor del cual se disponen las estancias destinadas a servicios públicos (bomberos y talleres). El acceso es a través de un amplio zaguán abierto en uno de los lados de la galería claustral con entrada por la calle Pignatelli, cubierto por un forjado o techumbre de vigas estriadas apoyadas en zapatas de volutas y bovedillas.
La galería del piso bajo se cubre con bóvedas de arista, seis tramos, separadas por arcos perpendiculares al muro, que en algunos de los lados se
han caído quedando visible el forjado de vigas. Abre el patio por una arquería
compuesta de seis grandes arcos de medio punto, doblados y separados por pilastras dóricas, ahora cerrados con puertas.
El piso superior ofrece también la misma disposición de seis arcos separados por pilastras, en este caso arcos rebajados que presentan un sistema decorativo habitual en las galerías de arquillos de la arquitectura civil del siglo XVI, lo que se conoce como doble línea de impostas del arco a base de una hilada de ladrillos en saledizo, y en las jambas del arco se traza por el mismo procedimiento la segunda línea de impostas, que no es tal en estricto, y que corre paralela a la primera. Este segundo piso abre al patio mediante una serie de vanos de pequeño tamaño, ampliados o cerrados en la actualidad, dispuesto en cada uno de los lados del patio con la siguiente cadencia; óculo, ventana, óculo, óculo, ventana, óculo.
Se corona el patio con un sencillo rafe o saledizo de transmudejar a base de esquinillas.
El conjunto de gran monumentalidad ofrece una interesantísima muestra de la arquitectura monástica de transición del siglo XVI y XVII, muy clasicista y de gran elegancia y armonía en la disposición de sus elementos formales. Su estudio y por tanto su conservación es fundamental ya que se trata de la única construcción conventual conservada de las numerosas fundaciones que se hicieron al filo del siglo XVII y que han desaparecido por diversos avatares históricos.

Una vista del museo del fuego
Otra vista del museo del fuego
Vista interior del museo

ENTORNO HISTÓRICO Y URBANÍSTICO DEL CONVENTO.

Los Mínimos de la Victoria estaban situados en lo que en la época de la fundación se llamó el Campo del Hospital y Campo del Toro, denominaciones
que perduraron hasta ya entrado el siglo XIX, una zona en la que alternaba lo
urbano y lo rural agrícola, como aún se aprecia en el siglo XVIII, situado en la
zona S.W. de la ciudad, entre la Morería y el segundo recinto amurallado o muro de réjola y perteneciente a la parroquia y barrio de San Pablo la zona era de carácter agrícola y artesanal; recuérdese que en la iglesia del convento estaban las capillas de los gremios o cofradías de los "pelaires" o cardadores de paño y de los rejeros.
Casi contiguo al convento estaba el que fue Hospital de Nuestra Señora de la Piedad de Pobres Convalecientes, fundado por D. Diego Castrillo en el siglo  

XVII, hoy Hospital de Nuestra Señora de Gracia; y al otro lado de la calle de los Ciegos, hoy Ramón y Cajal, se fundaba a comienzo del siglo XVII el convento de los Predicadores de San Ildefonso.
La zona conserva en buena parte la trama general urbana e incluso algunas de las calles conservan también parte de sus antiguas edificaciones, aunque no en tan buen estado como sería de desear.
En resumen, consideramos que todo lo expuesto justifica y avala el enorme interés que ofrece esta construcción, en la actualidad bastante enmascarada al exterior, dentro del panorama histórico y artístico del patrimonio zaragozano y aragonés en general.

PROGRAMA DE NECESIDADES.

El Programa de Necesidades del Museo del Fuego y de los Bomberos fue alcanzando un alto grado de perfeccionamiento durante varios meses de trabajos, partiendo de un análisis muy detallado, elaborado por el Servicio de Cultura y el arquitecto Jefe del Servicio de Extinción de Incendios, D. Augusto García Hegardt. A partir del mismo fue posible plantear un proyecto básico arquitectónico que permitiera una enorme flexibilidad a los espacios útiles del edificio, así como la adecuada implantación de recorridos que desarrollen el proyecto museográfico.

MODELO DE LA ACTUACIÓN.

El Proyecto contempla la adecuación de la totalidad del inmueble a los siguientes usos:
a) Parque de Bomberos, modernizado y reagrupado en sus dependencias, que comprende básicamente el actual garaje o nave de vehículos y las zonas en planta 1ª y 2ª superpuestas sobre esta nave.
b) Museo del Fuego y los Bomberos, que comprende el recinto del claustro: fachadas interiores, patio y dos alas del mismo (sur y oeste).
Se incluyen el conjunto de edificios tal como se hallaban en la época posterior a la desamortización de Mendizabal, planos de estado actual indicando el estado constructivo de la zona destinada a Museo del Fuego.
Es de notar que los dos usos antedichos (a y b) se integran en una única secuencia, a través del tiempo y del espacio físico, con grandes posibilidades plásticas y conceptuales.

ACTUACIÓN ARQUITECTÓNICA.

La idea reflejada consiste en mantener en lo posible la imagen de las distintas actuaciones históricas en la vertiente interventora del proyecto y al mismo tiempo restaurar y rehabilitar el edificio con las dotaciones necesarias para los usos propuestos:

  • Recuperación del tipo y arquitecturas existentes del templo.
  • Restauración de la fachada racionalista en Plaza de la Victoria
  • Remodelación interior, construyendo una planta al doble espacio que surge del volumen del templo, integrando nuevas necesidades en las tres plantas resultantes.
  • Demolición y reconstrucción de los forjados y cubiertas en estado de ruina.
  • Restauración de forjados de madera.
  • Restauración de escalera y cúpula barroca artística.
  • Restauración y cubrimiento del patio porticado.
  • Recuperación de las fachadas primitivas.


JUSTIFICACIÓN DE LA PROPUESTA.

La implantación del Museo del Fuego y los Bomberos en el antiguo Convento de Franciscanos Mínimos, supone las siguientes consideraciones:

  • Se crea un Museo de características singulares: no sólo atrayente para niños y adultos sino también muy formativo a todos los niveles y de interés para estudiosos.
  • Es un Museo único en España y comparativamente al nivel de los mejores europeos y americanos por la variedad y calidad de sus fondos.
  • Se recupera un edificio artístico muy importante y el conjunto, unido al Parque histórico y el Parque actual, resulta ser un complejo de alto valor urbano y cultural.
  • La situación en el centro urbano y en zona actualmente degradada facilita la recuperación socioeconómica y es elementofoco de actuación a niveles amplios y numerosos.
  • La explotación económica no debe resultar gravosa debido a la previsible buena acogida en ambientes de bomberos, empresas del sector, aseguradoras y otro tipo de Instituciones de la Administración y de la Cultural del ámbito público y del privado.

La intervención arquitectónica se desarrolla en lo que fue antiguo Convento de los Mínimos de la Victoria, ya que en el volumen de la antigua iglesia se ha situado el Parque de Bomberos nº 2.
El conjunto museístico se desarrolla en planta sótano, planta baja y dos alzadas conformando una "U" que sitúa el volumen del nuevo parque de  bomberos en su lado abierto.
Así mismo, se conserva y recupera el sótano abovedado de fábrica de ladrillo visto, con el objeto de su utilización como sala de exposiciones temporales.
Una vez ejecutados los trabajos de conservación de bóvedas y forjados de madera del claustro y espacios interiores, se define la disposición de las dependencias administrativas y expositivas del museo.
El acceso al mismo se establecerá a través de la Plaza de la Victoria, por la fachada conservada de Ricardo Magdalena. De esta manera definimos un primer cuerpo que limita con la calle de la obra, donde se enmarcan: en planta baja, la zona de recepción de visitantes, tienda y salón de actos; y en plantas alzadas, los usos administrativos, almacenes, aularios interactivos y biblioteca.
Así mismo, la biblioteca se resuelve como cuerpo independiente que arranca en planta primera y se desarrolla en tres niveles, situando su cota por encima de la del resto del conjunto, tal y como aparece documentado en los planos históricos del año 1.867.
La "L" que define el resto del conjunto museístico está destinada, casi en su totalidad, a salas exposición permanente-interactivas; excepción hecha de la zona recayente a C/Pignatelli que en planta baja sitúa la cafetería, el taller de restauración de vehículos antiguos y el espacio para aseos destinados a público que se repite en planta primera.
Los espacios expositivos que conforman la "L" en planta primera, son volúmenes únicos desarrollados en dos niveles, con el fin de arriostrar horizontalmente muros de carga de gran altura. al mismo tiempo, esta articulación resuelve el proyecto museográfico y dota el espacio arquitectónico de una escala más humana. La iluminación natural de este cuerpo es indirecta a través de un lucernario longitudinal en cubierta que marca claramente la "L" expositiva.
Entre el volumen longitudinal que limita con la calle de la obra y el conjunto expositivo en "L" emerge, como nexo de unión y articulación entre los dos espacios, el cuerpo donde se contiene la escalera y cúpula barroca que, una vez recuperadas, resolverán el punto de comunicación vertical "noble" del edificio.