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Juventud / CIPAJ

¿Por qué reacciono con violencia con las personas que quiero?

Tema: Salud

Tenemos la idea preestablecida que cuando surge un conflicto para poder ganar nuestra batalla, la otra parte inevitablemente tiene que perder. Estamos partiendo de una idea errónea.

En algunos casos, si para conseguir lo que deseamos es necesario enfrentarnos a través de violencia, pues lo hacemos. En ocasiones es inevitable reaccionar así. Nuestros sentimientos, sin que nosotros podamos evitarlo, generan tal ira incontrolable que no podemos manejar la situación en la que nos encontramos. En cambio, sabemos que sería mucho más beneficioso para ambas partes intentar llegar a un acuerdo, aunque para ello debamos ceder un poco cada uno.

En el día a día pueden surgirnos algunos problemillas con nuestro padre, madre, amigos/as, hermanos/as, profesores/as, o cualquier persona que forme parte de nuestro entorno. Si en nuestra manera de actuar ante dichos problemas aparece la violencia en forma de agresiones verbales o físicas o aparecen sentimientos de ira o rabia, puede que todo ello sea la expresión de una necesidad (un objetivo) no cubierta y la falta de habilidades para cubrirla.

Cuando agredimos verbalmente o físicamente a otro, lo hacemos con la intención de causarle un daño, cuando esto sucede con nuestro padre o madre, con un hermano/a o un amigo/a ¿realmente queremos hacerles ese daño? O puede que simplemente queramos obtener un beneficio y pensamos que si nos ponemos en ese plan lo conseguimos más fácilmente. Pero realmente ¿es más fácil que nuestro entorno ceda ante nuestra violencia?

Sentimientos de ira

La ira es una emoción que generalmente aparece en situaciones en las que algo o alguien interfiere en nuestros objetivos. Tiene la función de preparar a nuestro cuerpo para el esfuerzo necesario para superar el obstáculo que se nos ha presentado. Pero no siempre aparece en los momentos apropiados. La ira o la conducta violenta puede ser un medio para conseguir unos objetivos cuando no somos capaces de conseguirlos por otros medios.

No creas que la ira es algo positivo para ti porque sientes que te ayuda a sacar el dolor o quizás pienses que es necesaria esa agresividad porque la otra parte ha cometido una injusticia y cres que ha de pagar por ello (por ejemplo: tus padres no te han dejado ir al concierto que tanto habías esperado). Nosotros somos los responsables de nuestros sentimientos, no le echemos la culpa al de enfrente, tenemos la responsabilidad de buscar la solución al problema que ha surgido o pedir ayuda si no tenemos las habilidades necesarias para ello. Pero la ira y la agresividad tanto verbal como física, no nos van a llevar a encontrar esa solución para ambas partes, que sería la opción más beneficiosa. Si estas situaciones se dan con asiduidad la relación de amistad o amor se debilita y finalmente se rompe, ya que la ira y la agresión en pocas ocasiones nos facilitarán conseguir que nuestro padre o madre nos escuche, que nuestros/as amigos/as nos valoren o nos hagan un favor. La solución ante estos conflictos es negociar y llegar a un consenso y si existe un déficit de habilidades para ello, podemos intentar adquirirlas y mejorar la situación

Razones para intentar cambiar

  • La ira mantenida causa daño a nuestra salud, ya que el cuerpo se prepara para la emergencia y la lucha y agota a nuestro organismo.
  • La ira deteriora las relaciones
  • Nuestros familiares y amistades finalmente se van a cansar de nuestras malas contestaciones y agresiones, alejándose y perdiendo tantas cosas buenas que nos aporta esa relación. Finalmente puede romperse definitivamente la relación por el deterioro de esta
  • La ira y la agresión no es una buena elección de estrategia para conseguir algo de los demás, ya que puede funcionarnos durante un tiempo pero después las personas a las que agredimos se van a dar cuenta de que no vamos a cambiar y genere más conflictos.
  • Podemos entrar en una espiral de violencia (puede ser verbal o física) con aquellos a los que queremos y nos quieren, y seguramente que eso no es lo que deseamos.

Si piensas que?

Son tus amigos/as, padre, madre, conocidos/as los que hacen con sus actitudes que tú te enfades

Por culpa de tu entorno no se cumplen tus ilusiones o peticiones ya que actúan de mala fe.

Tú siempre tienes razón, tus opiniones siempre son justas y no entiendes como ellos y ellas no lo ven así.

Los/as demás suelen provocarte daño y debes estar siempre alerta, defendiéndote. Tu eres una víctima

El enfrentamiento agresivo es muchas veces necesario para poder conseguir lo que deseas.

Deberías plantearte lo siguiente:

Ponerte en el lugar de los y las demás, padres, amistades, etc., ya que ellos al igual que tú también tienen necesidades, deseos y sentimientos.

Tú y solamente tú haces que sientas ese enfado tan tremendo. Respira hondo, intenta relajarte y plantéate buscar soluciones al conflicto que ha generado que te encuentres en este estado.

Es normal que se den problemas y conflictos entre padres/madres e hijos/as o entre amigos/as, ya que todos somos diferentes y tenemos diferentes inquietudes y opiniones, y estas no son ni mejores ni peores porque no se parezcan a la tuya.

Debemos pensar en lo que sentimos y cuales son nuestras necesidades e intentaremos expresarlo adecuadamente y así tendremos más probabilidades de conseguir aquello que deseamos y solucionar el conflicto.

No podemos denegar la libertad de la otra parte de satisfacer o no aquello que le hemos pedido.

Intenta poner en práctica todo esto y si no puedes controlar la situación y necesitas ayuda, no dudes en pedirla, díselo a tus padres, ellos van a comprender que intentas hacer bien las cosas pero no sabes como y te sientes incapaz de controlar la situación. También puedes acudir a nuestra Asesoría Psicológica.

Alicia Hijazo
Asesora psicológica del CIPAJ y de la Universidad de Zaragoza

DONDE ACUDIR

CIPAJ, Centro de Informaci�n Juvenil.. Casa de los Morlanes. Plaza San Carlos, 4. 50001 Zaragoza. Tel. 976 721 818. cipaj@zaragoza.es