En algunos momentos de la vida tendemos a entristecernos, a sentirnos desanimados, desbordados por las circunstancias o las expectativas incumplidas. Presentar reacciones depresivas leves está dentro de lo normal. El estrés y los acontecimientos cotidianos incide en nuestro estado de ánimo desequilibrándolo en ocasiones hacia la tristeza. Pero no es lo mismo tristeza que depresión.
Las personas desarrollan defensas para afrontar y superar las depresiones leves que se originan por las frustraciones cotidianas. Estas son las depresiones más frecuentes, aunque no las más graves. Muchas veces están relacionadas con:
Son las cosas que nos hacen sentirnos "Depres". No alteran todos los aspectos de nuestra vida, seguimos saliendo, yendo a clase, pero la autoestima se resiente y aparecen ciertos signos de irritabilidad, cansancio y tristeza. En ocasiones podemos afrontarlas solos y en otras no.
En estas situaciones es cuando el apoyo de los tuyos ayuda. Los amigos y la familia te hacen sentir que no estás solo y eso facilita la recuperación del estado de ánimo deprimido.
También es muy beneficiosa la intervención de un profesional que te ayude a ordenar y entender la realidad y te facilite recursos para solucionar esos problemas.
El paso del tiempo facilita tomar distancia de la situación, pero no es suficiente: hablar de lo que pasa beneficia y hace que te puedas encontrar mejor.
Sin embargo, si durante al menos dos semanas experimentas estos síntomas:
Acompañados de algunos de estos otros casi a diario:
Si todo esto hace que se deterioren tus relaciones sociales o afecta a tu rendimiento escolar o laboral, y los síntomas persisten durante más de dos meses necesitas recurrir a un especialista.
Los síntomas de una depresión no suelen aparecer bruscamente, sino a lo largo de un proceso que lleva días o semanas, en ocasiones precedido durante semanas o meses de síntomas de ansiedad.
Es difícil aceptar que se está ante una depresión. Muchas veces preferimos pensar que algo no funciona bien en nuestro cuerpo porque no dormimos o no comemos y tenemos un cansancio desmesurado. Existe la confianza en que el tiempo pase, las cosas mejoren solas. O se tiene la idea de que uno puede solucionarlo solo y que no necesita pedir ayuda.
Estos pensamientos hacen que se tarde en reconocer y tratar los estados depresivos. Pero, como en cualquier otro problema físico o emocional, detectarlo y tratarlo cuanto antes facilita la recuperación.
ANTE CUALQUIER SOSPECHA de que puedas tener una depresión o si ves que una persona cercana presenta esos síntomas, NO LO DUDES, CONSÚLTALO.
Información Elaborada por:
Elisa Múgica y Rosana Bellosta, asesoras psicológicas del CIPAJ y de la Universidad de Zaragoza hasta febrero de 2009.
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