Iglesia de San Pablo

La iglesia de San Pablo se levantó para sustituir la antigua ermita románica de San Blas, que se había quedado pequeña ante el crecimiento del barrio. El templo actual es el resultado de una serie de añadidos que fueron ampliando el núcleo original del siglo XIV, el testimonio más valioso del estilo mudéjar en Zaragoza. 
Su tipología sigue los modelos tradicionales de las iglesias mudéjares: nave única, capillas entre los contrafuertes y cabecera poligonal de cinco lados; el interior se cubre con bóvedas de crucería y cañón apuntado. En el siglo XV se añadieron dos naves laterales de anchura desigual que rodean completamente la construcción anterior. Las capillas que se abren en estas naves son adiciones de los siglos XVI, XVII y XVIII.

La torre, situada originalmente a los pies del templo, queda ahora inmersa en la construcción. Presenta planta octogonal y estructura de alminar almohade, con una torre exterior que envuelve a otra interior; entre ambas se sitúa la caja de escaleras. La decoración exterior se centra en los pisos superiores, para poder ser vista desde cualquier punto de la ciudad. La pobreza y monotonía del muro de ladrillo se enriquece con los paños de cruces de múltiples brazos y los frisos de arcos entrecruzados. El cuerpo superior decorado con cerámica y el chapitel son añadidos del siglo XVII.

La portada norte, conocida como la Puerta de Tramontana o el Santo Cristo, se abre mediante arco rebajado deprimido. En las jambas aparecen las figuras de San Pedro y San Pablo y en el tímpano superior, Cristo sedente, la Virgen, San Juan, San Blas y otro santo sin identificar. La portada sur presenta la imagen de Nuestra Señora del Pópulo y es fruto de diversas intervenciones en los siglos XVII y XVIII. 

El Retablo Mayor fue encargado a Damián Forment en 1515 y muestra una clara relación con otras obras del autor, como los retablos del Pilar de Zaragoza y el de la Catedral de Huesca. Realizado en madera dorada y policromada, tiene como titular a San Pablo, cuya imagen se encuentra en la hornacina central flanqueada por escenas de la vida del santo. En el centro del banco aparece una pintura de Jerónimo Cosida -mediados del siglo XVI, estilo manierista- con el tema de la Inmaculada rodeada de los Patriarcas del Antiguo Testamento y Doctores de la Iglesia.

A ambos lados del retablo se encuentran las puertas que permitían cerrarlo en determinadas liturgias. Formadas por grandes lienzos en color y grisalla, fueron realizadas en 1596 por Antonio Galcerán y Jerónimo de Mora y constituyen un elemento patrimonial único en Zaragoza al ser las únicas que se conservan en la ciudad.

Localización

C/ San Pablo, 42

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