Mujeres del periodismo
Periodistas, articulistas, cronistas, editoras, divulgadoras, comunicadoras.
'Considero que el periodista es el último humanista de nuestro
tiempo. Todavía nosotros estamos interesados por todo, en
una época en la que sólo triunfan los grandes especialistas
de las particularidades muy limitadas. Pienso también que
el periodismo es la última aportación seria a los géneros
literarios. Si las literaturas alborean con la lírica y la épica, viven
después sus siglos de oro del teatro, descubren luego sus
grandes capítulos de la novela o del ensayo, es indudable que
la última gran novedad literaria, como género, ha sido esta del
periodismo'
Pilar Narvión, 2008
Corredora de fondo.
'Pilar Narvión. Andanzas de una periodista perezosa'
Presentación
Incluye los legados de mujeres cuya actividad dominante se dirigió a la comunicación como precursoras y accediendo a su profesionalización en la segunda mitad del siglo XX. La eclosión de la mujer en los campos de la expresión escrita ha sido bidireccional, abarcando por un lado la necesidad de manifestarse desde su ser interior hacia el exterior y por otro, la ambición de servir de enlace para la comunicación entre mundos influyendo en la sociedad con la herramienta periodística.
Conscientes de la gran herramienta en sus manos, las mujeres periodistas imprimieron valores sociales al periodismo entendiendo la necesidad de reflejar la realidad de ambientes y expe riencias humanas que habían de transmitir al público, usando su inquietud intelectual para promover cambios ideológicos esperanzados, intentando influir en la realidad para mejorarla. Y por supuesto para apoyar la incorporación de las mujeres a los ámbitos profesionales y culturales del momento. Algunas pioneras inolvidables marcan el camino. Es ya muy entrado el s.XX cuando las mujeres, ya tituladas, empiezan a realizar labores periodísticas profesionales en espacios públicos, hasta entonces de dominio masculino. Eran vistas sin embargo como una excepción o una rareza y tuvieron que afrontar una gran discriminación dentro de la misma profesión, teniendo restringido el acceso debido a la cultura del momento pero también porque una vez más, fueron truncados por la Guerra Civil el desarrollo intelectual y el progreso de las mujeres en este campo. En las revistas de los años 40 y 50 el mensaje de la prensa femenina había vuelto al ideal del siglo XIX: mujer como madre y esposa ejemplar que lleva el timón del hogar. (cit. Jessica Murillo) A las mujeres se les encargaban temas de moda, belleza, sociedad, corazón, educación y cultura, considerados como contenidos femeninos. La mayor parte de los medios estaban bajo el control del estado franquista de postguerra que promovía un tipo de mujer dedicada su familia y al hogar, aunque la prensa del Movimiento acogió a mujeres becarias y periodistas en prácticas, muchas de las cuales se retiraban una vez se casaban y dejaban de trabajar.
Es en los años 50 cuando las mujeres vuelven a empezar a reclamar y a ejercer como periodistas profesionales (fuera de lo que algunas tuvieron que trabajar en los medios de difusión de la Sección Femenina). Entre la adaptación a las posibilidades de la época y la expresión del propio talento las mujeres periodistas lucharon por el reconocimiento de su trabajo combinándolo con una obra creativa de gran calidad y sensibilidad, sobre el que primaban en muchas ocasiones su labor comunicadora decantándose hacia la proyección en medios periodísticos. El perio dismo profesional naciente se había convertido en un altavoz necesario para las reivindicaciones femeninas.