Cómo hacer frente al cambio


Una pareja, un trabajo, unos estudios, una amistad… Muchas veces pensamos que algo es para siempre, incluso cuando tiene una fecha de caducidad. Por eso, cuando se acaba nos queda esa sensación de vacío y de miedo ante un futuro diferente al que esperábamos. ¿Y si cambiásemos el chip?

Salud - Salud emocional

Sabemos que, nos guste o no, todo acaba. Ni lo bueno ni, por suerte, lo malo es infinito. Tenerlo claro te permitirá angustiarte menos ante las cosas que te provocan ansiedad en el presente o sufrir tanto cuando algo bueno se acabe. Cuando experimentas una pérdida (la muerte de un ser querido, una ruptura sentimental, alejarte de un/a amigo/a…), es normal tener un periodo de duelo, pero ser consciente de que todo pasa, ayuda a superarlo. Y saber que, como dice el refrán, "no hay mal que cien años dure", también hará que sufras menos.

Ilustración: Almudena Domínguez

 

Seguro que has oído hablar del mindfulness. De forma muy resumida, son una serie de prácticas relacionadas con la compasión (ponerte en lugar de los demás) y la aceptación (saber que algo es de una manera, pero que eres tú quien decide que hacer con ella). La parte más conocida es la meditación, pero incluso aunque no te apetezca hacerlo, hay algunas ideas del mindfulness que pueden ayudarte en tu vida diaria. Si te interesa saber más sobre esta práctica, aquí te dejamos un artículo que encontrarás en nuestra página web.

En mindfulness, a la idea de que nada es para siempre se le llama impermanencia. Consiste en ser conscientes de que todo en esta vida cambia y que es inevitable que por mucho que luches contra ello, las cosas tengan un final. Así dicho, puede parecer triste o pesimista estar haciendo algo que te gusta pensando en que se va a acabar. Sin embargo, no aferrarte demasiado te permite estresarte menos ante lo malo y disfrutar más intensamente de lo bueno.

Lo puedes aplicar, por ejemplo, a pasar tiempo con tus mejores amigos/as. No se trata de que te amargues pensando que un día os enfadaréis y dejaréis de serlo, sino de disfrutar cada momento con ellos/as como si fuera el último. Si llega el día de la separación, el tiempo que habéis pasado juntos/as habrá sido mucho más intenso que si pensases que siempre ibais a estarlo y si no llega y os hacéis viejos/as juntos/as, ¿no sigue siendo buena idea disfrutar siempre lo máximo posible? Esto no quiere decir que cada vez que quedéis tengáis que hacer algo excepcional, sino que valores también los pequeños momentos: los descansos entre sesión y sesión de estudio en la biblioteca, ir a dar una vuelta, ayudar con un recado...

Lo mismo ocurre con los malos. Ponte en situación: estás superagobiado/a porque hay una asignatura que se te hace bola. ¿Qué tal si dedicas un momento a pensar en que dentro de unos meses el curso habrá acabado y que dentro de unos años casi ni te acordarás de ella? Estos pensamientos te permitirán relativizar tu angustia. ¿Merece la pena pasarlo tan mal por algo así? No significa que dejes de estudiar porque total, para qué, sino que seas consciente de que tu malestar terminará tarde o temprano. En muchas ocasiones, los pensamientos negativos ("no me entero de nada", "voy a suspender"…) nos paralizan y se convierten en profecías autocumplidas: te sientes tan mal que no puedes concentrarte en estudiar y, efectivamente, suspendes. Ser consciente de que esa sensación no va a durar siempre, te ayudará a serenarte y a pasar este mal rato lo mejor posible.

Incluso, a veces, nos angustiamos por la propia idea de cambio. A muchas personas no les gusta la incertidumbre, no saber qué va a ser de ellos/as en el futuro. Viven esta experiencia con mucho temor, lo que les impide disfrutar del presente. Un momento en el que esto suele suceder es cuando vas a terminar tus estudios. Hay personas que están deseando que llegue, pero otras sienten ese vértigo del "¿y ahora, qué?". Quizá todavía estás en los últimos meses, pero ya empiezas a darle vueltas a qué vas a hacer cuando acabes, si podrás trabajar de lo que te gusta, etc. Durante casi toda tu vida has tenido un camino más o menos trazado: el colegio, luego el instituto… Pero de repente, se acabó. En este caso, aceptar que tu vida va a ser muy diferente a lo que la conocías y aprovecharlo como un momento de aprendizaje, hará que cambie tu perspectiva.

Info Joven con la colaboración de la Asesoría Psicológica de Zaragoza Joven

Más información


Casa de los Morlanes. Plaza San Carlos 4, Zaragoza, 50001

Tel: 976 72 18 18
Whatsapp: 608 748 112
Correo: infojoven@zaragoza.es
Cómo llegar en transporte público

Horario:

  • Lunes, Martes, Jueves y Viernes, de 10 a 14 horas;
  • Miércoles, de 11 a 18 h.

Verano:

  • Lunes a Jueves, de 10 a 14 h;
  • viernes de 10 a 13 h.