¿Y si suspendo?


Cuando hacemos un examen, una presentación oral, la selectividad u otras tareas, nos evalúan los conocimientos que tenemos sobre una determinada cuestión. Sin embargo, si eres estudiante, es probable que hayas podido sentir que se evalúa también tu valía o capacidad personal. Esta percepción lejos de ayudarnos, aumenta las sensaciones de fracaso y el miedo a suspender. El miedo a suspender en sí no es algo malo. Tiene la función de generar cierta alerta para motivarnos y ayudarnos a alcanzar nuestros objetivos. Pero… ¿qué pasa cuando ese miedo nos limita? A continuación veremos las respuestas que podemos tener frente al miedo al suspenso, sus consecuencias y también recursos para que no nos limite. Fecha de publicación: mayo de 2021

SUMARIO:

  1. Respuestas al miedo a suspender
  2. Consecuencias
  3. Consejos para que el miedo al suspenso no nos limite

 

Respuestas al miedo a suspender

  • Evitación: el miedo a suspender genera un malestar que nos hace evitar todo lo relacionado con el suspenso: ir a clase, atender, ponernos a estudiar, preparar la tarea, hacer un examen¿ La evitación, aunque es una respuesta lógica ya que sentimos alivio al evitar ese malestar, hará que sea más probable que suspendamos, aumentando el miedo y por lo tanto el sufrimiento.
  • Sobrecompensación: aunque estudiar más puede parecer la mejor medida para evitar suspender, el sobreesfuerzo que realizamos hace que estudiemos más horas de las que podemos concentrarnos y que dejemos de lado ámbitos de la vida muy necesarios como la vida social o la salud.

 

Consecuencias

Si percibimos el suspenso como una parte más del sistema educativo, que no nos valora a nosotros/as de forma global, sino solo lo que sabemos de una materia concreta, no lo viviremos con tanto malestar. De no ser así, estas pueden ser algunas de las consecuencias que nos genere:

  • Ansiedad: presión en el pecho, sensación de ahogo, taquicardía, pensamientos recurrentes sobre suspender, malestar, irritabilidad, etc.
  • Baja autoestima: sentir que no somos capaces, que no valemos, no tolerar nuestros fallos, frustración ante los errores
  • Quedarse en blanco: bloquearnos en un examen o ejercicio por el estrés y presión que nos genera no hacerlo bien
  • No conseguir nuestros objetivos

 

Consejos para que el miedo al suspenso no nos limite

  • Piensa qué ha podido fallar si suspendes: analiza la situación, tu forma de planificarte, las técnicas que utilizas a la hora de estudiar, cómo te sentías preparando el examen y haciéndolo. Y piensa, sin juzgarte, qué podrías hacer para mejorar tus resultados.
  • Ponte metas realistas: si nos ponemos metas casi imposibles de alcanzar, lo más probable es que nos frustremos, desesperemos y abandonemos. Ponte metas que sepas que vas a poder cumplir. Procura no fijarte en los demás, cada uno tenemos nuestras características y ritmo propios.
  • Evita la anticipación: aunque es algo difícil, sobre todo si has vivido la experiencia de hacer el examen con ansiedad, intenta no anticipar el resultado del examen.
  • No te identifiques con el suspenso: tus características personales, vivencias y todo lo que te hace ser como eres; no depende de una nota, ni te hace ser más o menos válido/a. La nota de un examen o una asignatura, solo evalúa tus conocimientos concretos sobre una materia.
  • Suspender ahora no significa suspender siempre: hay muchos factores que pueden influir en nuestro rendimiento. El contexto y las circunstancias, el estado de ánimo, la motivación, el estado de salud, que la materia nos guste más o menos o nos resulte más o menos sencilla¿ Por ello, sería un error generalizar algo que puede ser puntual.
  • Cambia los mensajes negativos por positivos: los mensajes que nos damos a nosotros mismos repercuten en nuestro estado de ánimo y en nuestra forma de afrontar las situaciones. Trátate a ti mismo con amabilidad y cambia los mensajes como "no puedo", "no soy capaz", "haga lo que haga voy a suspender" ...Por mensajes positivos: "me he esforzado", "soy capaz", "he trabajado bien y estoy orgulloso por ello"
  • Valora tu esfuerzo y cualquier tipo de mejora: aunque el resultado no sea el deseado, valórate y recompénsate a ti mismo por el esfuerzo y los cambios realizados. Cada cambio o cada mejora te acerca más a tu objetivo.

Dónde acudir: Si necesitas más información sobre el tema, pide CITA en la Asesoría de Estudios del CIPAJ.

Silvia Crespo Flores. Asesora de Estudios del CIPAJ. Centro de información y asesoramiento juvenil. Casa de los Morlanes. Plaza san Carlos 4, 50001 Zaragoza. Tel. 976 721 818 cipaj@zaragoza.es

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