En Zaragoza había una torre, que como la italiana de Pisa, estaba inclinada

Los zaragozanos la llamaron “Torre Nueva” y era visible desde cualquier punto de la ciudad.

En 1504, los jurados acordaron erigir una torre-reloj que sirviese para medir el tiempo en la ciudad.

La esbelta torre mudéjar, tenía una altura total de 312 pies. Permanecía vertical hasta diez pies del suelo, pero a partir de esa cota comenzaba a inclinarse hasta la altura de 210 pies, recuperando, a partir de ahí la verticalidad.

Por su altura, durante "los Sitios" sirvió de atalaya para controlar el movimiento de las tropas francesas.

Muchos viajeros románticos escribieron sobre ella y se publicaron multitud de grabados.

En 1846, la torre quedó maltrecha y hubo peticiones de derribo que continuaron años más tarde.

Los hermanos Gascón de Gotor organizaron una movilización para evitar su demolición. El AMZ conserva esta documentación, que fue donada por la familia.

Tristemente, el 12 de febrero de 1892, el Ayuntamiento acordó su derribo. En la plaza de San Felipe, la escultura de un niño que mira a lo alto, nos recuerda el lugar donde estaba situada.