21 enero 2019

Las diez personas sin hogar que accedieron a una vivienda municipal mejoran notablemente su calidad de vida

La tasa de retención de alojamiento del proyecto Housing First (Primero la vivienda) es del 100%, pues todas las personas que recibieron alojamiento continúan viviendo en él.

Su participación en este programa piloto ha supuesto una mejora sustancial sobre su percepción respecto a la victimización y discriminación que sufrían cuando vivían en la calle además de haber ayudado a la recuperación en las relaciones familiares y disminuido su sensación de soledad.

La implantación de este programa forma parte del primer Plan de Atención para personas sin hogar del Ayuntamiento de Zaragoza, iniciativa que se está llevando a cabo al mismo tiempo que la reforma del Albergue.

La consejera de Derechos Sociales, Luisa Broto ha presentado hoy junto a la jefa de servicios sociales especializados, Yolanda Mañas, al director del programa Hábitat, Roberto Bernad, y a la directora de evaluación de RAIS, Vanesa Cenjor- los datos de la primera evaluación del proyecto piloto llevado a cabo en Zaragoza mediante el cual 10 personas sin hogar accedieron a una vivienda propiedad del Ayuntamiento. Para llevar a cabo esta iniciativa se ha utilizado la metodología Housing First (Primero la vivienda) que tiene como premisa facilitar una casa y acompañamiento social a personas que viven en la calle de forma crónica.

Mediante la Unidad de Alojamiento Temporal de Servicios Sociales Especializados y la Coordinadora para personas sin hogar de Zaragoza, el Consistorio derivó a los usuarios que están formando parte del proyecto. Para ello, se seleccionó a una treintena de candidatos y se hizo una asignación aleatoria. Las cinco primeras personas llegaron a las viviendas en noviembre de 2016 y las cinco restantes en junio de 2017.

Según ha destacado la consejera de Derechos Sociales, la evaluación es positiva, el 100% de estas personas continúa en las viviendas, lo que nos hace pensar que este tipo de metodologías son una salida a un fenómeno -el sinhogarismo- que, aunque esté disminuyendo en Zaragoza sigue necesitando de la intervención de las administraciones y entidades para lograr que ninguna persona duerma en la calle.

La implantación de este programa forma parte del primer Plan de Atención para personas sin hogar del Consistorio de la capital aragonesa, que fue aprobado el pasado verano, y que está compuesto por 69 medidas que tratan de asegurar el derecho de todas las personas a una alternativa habitacional. Este plan buscaba cambiar el paradigma en el trabajo realizado hasta ahora para frenar el sinhogarismo mediante estrategias centradas en las personas.

Asimismo, Broto también ha recordado que ya está licitada la reforma del Albergue y ha anunciado que este centro va a pasar a llamarse Centro de acogida e inserción para personas sin hogar. También ha informado de que en el próximo mes comenzará a andar el Foro Municipal para las personas sin hogar, un órgano de participación cuya función será el seguimiento del trabajo con personas sin hogar y el cumplimiento de las medidas propuestas en el Plan.

Evaluación del primer año del programa

Para conocer el grado de éxito de este programa pionero en Zaragoza se ha llevado a cabo una evaluación externa del primer año con el objeto de proveer evidencias que evalúen en qué medida Housing First supone una alternativa más efectiva y eficiente a las soluciones tradicionales para las personas sin hogar en situación de mayor vulnerabilidad y deterioro.

Por este motivo se ha entrevistado tanto a los participantes del programa como a un grupo de control compuesto por personas del mismo perfil que no fueron asignadas a vivienda. La edad media de las personas que han accedido a las viviendas es de 52 años, todos ellos con problemas de adiciones y la mayoría sin enfermedades mentales. De los diez participantes ocho eran hombres, dos mujeres y siete de ellos tenía nacionalidad española. El perfil del grupo de control externo era también similar al de estas personas.

Una de las herramientas que se ha utilizado para la evaluación ha sido el indicador sintético de calidad de vida Qoli3, que expresa numéricamente la percepción de bienestar entre diferentes dimensiones (alojamiento, actividades de la vida diaria, relaciones familiares, relaciones sociales, situación económica, empleo, seguridad y salud), así como en el tiempo y entre los distintos grupos. Como base para el cálculo de este indicador se emplean un conjunto de preguntas incorporadas en el cuestionario basadas en un instrumento contrastado: el Quality of Life Interview de Lehman.

El índice de calidad de vida de las personas sin hogar toma un valor comprendido entre 0 y 100, los valores cercanos a 0 indican bienestar nulo y los cercanos a 100 el máximo. Gracias a este indicador se observa cómo las diferencias entre las personas que accedieron a una vivienda y grupo de control en el momento inicial son prácticamente inapreciables, 47,7 frente a 47,6. Esto cambia radicalmente a los 12 meses, pues el índice se mantiene casi igual en el caso de las personas del grupo de control, pero aumenta significativamente en las personas que formaron parte del programa (pasando de 47,7 a 68,1).

Si nos fijamos en las dimensiones de bienestar analizadas se observa que las personas usuarias de Hábitat han mejorado su bienestar más que las del grupo de control en todas las dimensiones. Esta mejora es más acusada en la dimensión de alojamiento, aumentando 42,6 puntos frente al inapreciable 0,9 del grupo de control. Hay que destacar también la mejora del bienestar de las personas usuarias de Hábitat en la dimensión de seguridad y relaciones familiares con respecto a la evolución en el grupo de control.

Asimismo, también se ha producido una drástica reducción en las agresiones y los delitos sufridos según las entrevistas realizadas. Mientras que antes de recibir la vivienda cinco de las diez personas entrevistadas habían sido víctimas, pasado un año sólo dos de diez declararon haber sufrido alguna agresión o delito. También es muy significativa la clara mejora en la percepción de discriminación, ya que ninguna de las diez personas afirma sentirse discriminada constantemente.

El cuidado de la salud también sale reforzado, se reduce el uso del transporte sanitario y el uso de tratamientos psicológicos, aspectos todos ellos que pueden deberse al proceso de normalización.

Housing First, una solución eficaz para las personas sin hogar.

El programa Hábitat es la primera iniciativa puesta en marcha en España siguiendo el modelo Housing First (la vivienda primero). Hábitat ofrece a personas sin hogar que actualmente están viviendo en la calle, una vivienda individual propia y con carácter de continuidad. Un equipo de profesionales presta a cada persona un apoyo no condicionado a la consecución de objetivos ni a otras exigencias habituales en los procesos de intervención social (seguimiento de tratamientos médicos o mentales, abstinencia).

En 2014, RAIS puso en marcha el programa Hábitat, como primera experiencia española de implantación del modelo Housing First. La iniciativa está dirigida a aquellas personas que, por la complejidad de su proceso de exclusión, suelen quedar fuera de los sistemas tradicionales de atención, viven de modo estable en las calles y sufren problemas de salud mental, discapacidad y adicciones.

De los resultados destaca extraordinariamente la estabilidad en el alojamiento. El perfil de personas participantes tiene enormes dificultades para acceder o mantener las plazas en los recursos de alojamiento tradicionales para personas sin hogar, por lo que acaban durmiendo de manera continuada en las calles. El 100% de las personas participantes en Hábitat han pasado de vivir establemente en la calle a permanecer, un año después de su entrada, en la vivienda que les facilita el programa.