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El Ayuntamiento de Zaragoza se sumará, una edición más, a la convocatoria de la Hora del Planeta, una campaña mundial, promovida por WWF para sensibilizar a la población del planeta en favor de comportamientos sostenibles.

Zaragoza es una ciudad que siempre ha mostrado sensibilidad con estos llamamientos, ¿porque ya tiene un largo recorrido en políticas de sostenibilidad y de respeto por los recursos. La convocatoria es un gesto simbólico, pero nos hace reflexionar y, a veces, incluso modificar nuestros comportamientos¿, señaló la Concejala de Infraestructuras, Lola Campos, que coordina la iniciativa en el consistorio de la capital aragonesa.

Así, entre las 20.30 y las 21.30 horas de mañana,  sábado, 28 de marzo, se ensombrecerán la fachada principal del Ayuntamiento de Zaragoza en la plaza del Pilar y el edificio Seminario, en Vía Hispanidad, 20. También hará lo propio el palacio de La Lonja, el Auditorio, el Centro de Documentación del Agua y los centros cívicos de la ciudad, en todas las instalaciones que tengan actividades a esa hora y permitan secundar la convocatoria.

Además de los edificios municipales, se sumarán al ¿apagón global¿ los edificios de Capitanía General, Correos ( Paseo de la Independencia), Diputación Provincial de Zaragoza, Audiencia Territorial, Basílica del Pilar y Catedral de La Seo.

Muchas veces la desconexión eléctrica de los edificios que se suman a la Hora del Planeta se restringe únicamente a la iluminación ornamental de los edificios por razones de seguridad o porque el corte del fluido podría afectar a los sistemas de datos, pero lo importante es ¿la intención y la repercusión de pensar nuestras acciones y tratar de adoptar tanto soluciones globales como aportaciones personales¿, recalcó Lola Campos.

La campaña de la Hora del Planeta siempre ha encontrado en Zaragoza una buena acogida, ya que la capital aragonesa tiene una larga trayectoria de trabajo en materia de sostenibilidad, que responde a políticas de vanguardia, a campañas de sensibilización, y al comportamiento ejemplar de una ciudadanía que considera primordiales y razonables determinados comportamientos de moderación en el terreno medioambiental. De hecho Zaragoza destaca en el ámbito nacional e internacional por sus políticas ahorradoras de agua, pero también por sus esfuerzos para reducir el CO2, su lucha contra los gases de efecto invernadero y por la aplicación y estudio de cuantos avances y tecnologías permitan lograr una mayor sostenibilidad y una menor huella ecológica.