Monumento a los aragoneses en campos de concentración alemanes

Víctimas Política
Autor/es
(Arquitecto)
Fernando Fernández Lázaro (Bilbao 1956) estudió Arquitectura, y tras finalizar sus estudios dio comienzo su carrera profesional. Ha sido director de la Revista del Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón, labor que compatibilizó con su trabajo en el Ayuntamiento de Zaragoza tras su ingreso en 1981. Su primera labor fue como miembro del equipo redactor del Plan General de Ordenación Urbana de Zaragoza. Ya en la década de los 90 y hasta el nuevo milenio, fue miembro de la Comisión de Patrimonio Histórico Artístico del Ayuntamiento de Zaragoza, y coordinador del Plan Integral del Casco Histórico de Zaragoza y del Plan Integral del Barrio Oliver. En cuanto a su producción arquitectónica, tenemos que hablar de la fuerte influencia de la posmodernidad.Es autor de la Oficina Municipal de Turismo de la Plaza del Pilar (derribada),la remodelación de la Plaza del Rosario en el Arrabal, o la reforma y ampliación de las dependencias municipales de Gerencia de Urbanismo. También ha dirigido obras de restauración, como el caso de la Colegiata del Santo Sepulcro de Calatayud. Su trabajo dentro del ámbito de la escultura pública es menos profuso, ya que únicamente ha realizado el Monumento a los aragoneses en el Holocausto y el Monumento al "Tarazonica".
Emplazamiento
Parque José Antonio Labordeta (Cabezo de Buenavista)
Periodo
[1976-2000] Último cuarto del siglo XX
Materiales
Hormigón
Dimensiones

Medidas globales:

400 cm x 400 cm x 31 cm

Primera columna: 400 cm x 31 cm x 31 cm

Segunda columna: 380 cm x 31 cm x 31 cm

Tercera columna: 360 cm x 31 cm x 31 cm

Cuarta columna: 310 cm x 31 cm x 31 cm

Cuerpo decreciente:

250 cm (altura máxima) x 160 cm x 31 cm

175 cm (altura mínima) x 160 cm x 31 cm

Cronología
Inauguración el 22 de septiembre de 1985.
Promotor
Ayuntamiento de Zaragoza
Propietario
Ayuntamiento de Zaragoza
Inscripciones

El Ayuntamiento de Zaragoza en homenaje a los aragoneses confinados en campos de concentración alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Septiembre 1985.


En 1985 se cumplía el 40 aniversario de la liberación de los campos de concentración nazis. La Amical de Mathausen eligió Aragón como lugar en el que conmemorar la fecha, a consecuencia del alto número de aragoneses que sufrieron en el Holocausto. Durantela celebración se organizaron diversos actos como la muestra "Exilio y Deportación" en la sala de exposiciones de la Institución FernandoEl Católico, la Asamblea General de la Amical de Mathausen y la inauguración deun monumento a la memoria de los aragoneses que estuvieron en camposde concentración.

La idea de realizar este monumento no partió de la Amical, sino que fue Sainz de Varanda, el entonces alcalde,el promotor, encargando la obraal arquitecto Fernando Fernández Lázaro.

La Amical de Mathausenimpulsó la realización de un monumento con la misma temática en el Parque de la Ciudadela de Barcelona en 1987.

El concepto tradicional de monumento conmemorativo entró en crisis en la segunda mitad del siglo XX, a favor de unos nuevos planteamientos artísticos. Este giro implicó el cambio conceptual y formal del monumento, en lo que tuvo un gran peso las obras realizadas en recuerdo de la barbarie de la Segunda Guerra Mundial. El discurso historicista fue sustituido por fórmulas conceptuales y minimalistas, más adecuadas para transmitir los nuevos intereses del Hombre tras este gran desastre: el Hombre como ser sufriente, que sustituía al Hombre como ser poderoso que hasta entonces había protagonizado la casi totalidad de la escultura conmemorativa.

El caso que nos ocupa, dedicado a las víctimas de los campos de concentracíón nazis, sigue la línea iniciada por los grandes artistas conceptuales. Fernández Lázaro toma las barras de la bandera de Aragón como motivo de inspiración, realizando una lectura de las mismas en clave minimal y conceptual. Las barras aparecen fracturadas como reflejo del dolor causado por la dura experiencia, pero también podríamos entenderlas como símbolo de las rejas que encerraban y oprimían a los prisioneros. El autor había previsto la introducción de una celosía cubierta de parra virgen, para ser vista a través de las barras, como símbolo del paso del tiempo. Pero debido a la celeridad con la que se tuvo que hacer la obra no se pudo incluir para el día de la inauguración. Finalmente no se llegó a introducir, por lo que la obra que hoy contemplamos está incompleta.

Hay que señalar la incidencia del vandalismo en esta obra por parte de grupos de ideología neonazi, que sumió a la misma en un estado de deterioro importante. Parques y Jardines fue la encargada de su restauración. Se sustituyó la placa conmemorativa por una de bronce, ya que la original había sido destruida. El monumento fue pintado de blanco, ocultando la textura del hormigón y eliminando su poder de expresión.

Clave Iconografía Clave Materiales Clave Temática
Formas
Hormigón
Víctimas Política
Autor de la Ficha
Mª Luisa GRAU TELLO
Bibliografía
  • VALTECSA, Inventario de los monumentos en vía pública. Tomo 2, Zaragoza, Ayuntamiento de Zaragoza, 2000 (nº 126).