Ayuntamiento de Zaragoza

Cementerio de Peñaflor

EL CEMENTERIO DEL BARRIO DE PEÑAFLOR> APUNTES PARA SU HISTORIA

Por Mª Isabel Oliván Jarque

Peñaflor de Gállego es un barrio rural de Zaragoza, que extiende su caserío entre Montañana y San Mateo, en la margen izquierda de ese río, a unos 15 km. del centro de la ciudad. Su fértil huerta se sitúa entre el río y la acequia Camarera, cuyas aguas derivan del Gállego a la altura de Zuera. En las cercanías de su casco histórico está el famoso pinar denominado "Vedado de Peñaflor", de gran interés ecológico, y un poco más alejado, en dirección a Zaragoza, hacia el Este, y a unos 10 km., sobre una "amena y pintoresca llanura" está el antiguo monasterio cartujo de Aula Dei que hoy acoge a la Fraternidad Ecuménica Internacional "Chemin Neuf", tras abandonar los cartujos el sitio en el 2011.

Desde antiguo se documenta como barrio dependiente del municipio de Zaragoza, aunque administrativamente ha cambiado a lo largo de los siglos. Fue villa de realengo en el siglo XVIII, en 1834 se convierte en ayuntamiento y hacia 1883-1897 pierde su autonomía político administrativa pasando a ser barrio de Zaragoza.

Las primeras noticias recogidas sobre el Cementerio de este barrio - entonces municipio independiente - se remontan a 1845 y1849, y las ofrecen Madoz y la Visita Pastoral realizada a la parroquia en ese segundo año. En sus Actas se dice que "el Cementerio está fuera de la población, cerca de la iglesia y ésta, está también fuera del pueblo", recordando así mismo "que ningún derecho hay (se percibe) por sepultura", localización que ya recogía Madoz en 1845 puntualizando que "el cementerio estaba situado junto a la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de los Ángeles".

 Cementerio de Peñaflor. Plano

Como en el caso de otros barrios de Zaragoza, la información más explícita acerca de su Cementerio, su situación, características y problemas, la proporciona la documentación municipal. En 1894 el barrio cuenta en este momento con dos camposantos. El antiguo, está ya sin uso y abandonado, y a pesar de que no han pasado muchos años, a juzgar por las fechas de las lápidas empotradas en la pared de la iglesia y en otra paralela al Camino vecinal, las dos tapias están completamente derruidas, pudiendo entrarse en su recinto a pie llano; hay incluso sepulturas removidas y huesos humanos esparcidos por el terreno.

Por eso, en diciembre de este mismo año se envía un oficio al alcalde del barrio – Francisco Yagez – para que informe a cerca de los últimos enterramientos realizados. A comienzos de 1895 el alcalde responde que el viejo Cementerio estaba en muy mal estado desde hacía años, y que el párroco ya había denunciado esta situación en varias ocasiones al Gobernador de la provincia, hasta que se obtuvo la autorización para construir uno nuevo que se llevó a cabo con los propios recursos vecinales y con la venta de la leña de los sotos, en un lugar alejado del núcleo de población como exigía la normativa higienico-sanitaria del momento.

El nuevo Cementerio del barrio fue bendecido solemnemente el 28 de mayo de 1883, momento a partir del cual dejo de inhumarse en el otro. El alcalde aprovechaba para transmitir su satisfacción si el Ayuntamiento de Zaragoza se encargaba de tapiar el cementerio viejo, dando así una muestra más de su interés por Peñaflor. Este cierre conllevaba la construcción de un osario en el nuevo camposanto para depositar allí todos los restos del viejo. El arquitecto municipal Ricardo Magdalena estudiaba el asunto calculando la necesidad de un pozo osario de 2,5 m de diámetro y 8 m de profundidad, con la suficiente capacidad para los restos del viejo y las nuevas exhumaciones. El coste ascendía a 1.230 ptas. (830 ptas. la obra y 400 ptas. las exhumaciones y traslados). El proceso incluía también el cierre del solar y su venta.

Sin embargo, aunque el problema era acuciante, una vez más, la falta de presupuesto dio al traste con las buenas intenciones municipales. Todo se aplazaba para cuando hubiera partida presupuestaria disponible, archivándose el expediente. Seguramente con el tiempo, estas obras, realmente imprescindibles, se llevarían a cabo, aunque en la documentación ya no se dice nada excepto las reparaciones de las cerradura y de las puertas en muy mal estado en 1989 y 1916, respectivamente, que se arreglan en 1918.

Pasados unos años, es la pensa local la que proporciona noticias del Cementerio de Peñaflor. Su mala situación provoca la visita del alcalde de Zaragoza, que acompañado por dos concejales, el aparejador municipal y representantes de la prensa se acerca al barrio el 1 de octubre de 1922 para cerciorarse de las mejoras que necesitaba a petición de los vecinos. Fueron recibidos por una comisión formada por el alcalde del barrio León Lope, el médico Jesús Carilla y un bueno número de vecinos, visitando todos juntos la pequeña necrópolis que se hallaba "en deplorables condiciones". En ese momento el Depósito de cadáveres tiene parte del techo hundido, los muros de cerramiento amenazan con derrumbarse, además de otras deficiencias que exigen reparaciones inmediatas. El periodista refiere como el aparejador municipal tomó nota de las obras y arreglos necesarios y el Alcalde de Zaragoza prometió dar las órdenes oportunas para que de inmediato se hicieron las obras necesarias.

Nada más recoge la documentación localizada sobre este asunto, pero las referencias vecinales recuerdan que este Cementerio se amplió dos veces. Aunque no se ha localizado documentación que nos diera con precisión esos datos, la comparación de los diversos planos de la ciudad y de sus términos y de las fotografías aéreas nos permiten concretar bastante las fechas de una y de otra. La primera ampliación debió realizarse hacia el Este, en la década de los años 20 del siglo pasado, razonablemente entre 1922 y 1926, y sería consecuencia de la Visita que refiere la prensa. Esta ampliación ya se recoge en la Fotoplano de la Confederación hidrográfica del Ebro de 1927, con unas dimensiones que mantiene en el Mapa Nacional Topográfico Parcelario del Instituto Geográfico Catastral de 1949-1950 y en el "Vuelo Americano" de 1956. De todo esto se puede deducir que la segunda ampliación, hacia el Sur, se lleva a cabo entre 1956 y 1960-61, al aparecer reflejada ya en la Hoja 94 del Plano Topográfico del Ayuntamiento de Zaragoza e Instituto Geográfico y Catastral de 1961.

Cementerio de Peñaflor

DESCRIPCIÓN

El cementerio de Peñaflor está situado a bastante distancia del núcleo urbano del barrio. De titularidad municipal, es en la actualidad la suma de la superficie del que se construye en 1883 por el vecindario con las ampliaciones llevadas a cabo entre 1922, la primera, y entre 1956 y 1960, la segunda. Tiene forma de rectángulo regular y una superficie que sobrepasa los 4.000 m2, con una orientación SW-NE. Cuenta con dos accesos, uno para personas y otro para vehículos, ambos abiertos en la tapia o cerramiento del lado Sur. En los otros tres lados se adosan galerías porticadas que alojan manzanas de nichos, algunos columbarios y una de las dos capillas funerarias existentes. La segunda, exenta, está situada aproximadamente en el que sería espacio central de la primera fase de este Cementerio. En el ángulo NW de esas galerías se encuentra el Osario.

Cementerio de PeñaflorCementerio de Peñaflor

 

Junto a ésta se alza el monumento funerario dedicado "A los Legionarios caídos por Dios y por España. 1938". Desde el punto de vista estético es quizá el elemento funerario más interesante de esta necrópolis, en el que como elemento formal se utiliza una representación característica de la transición de los siglos XIX-XX, llena de simbolismo, de la que podemos ver distintas versiones en el Cementerio de Torrero.
Ejecutada en piedra y sobre doble plinto para enfatizar la composición, se alza una columna truncada y velada; truncada como la vida de aquellos a los que recuerda y cubierta por un velo como símbolo del dolor ante su pérdida.

Cementerio de PeñaflorCementerio de Peñaflor

La superficie de Cementerio se ordena armoniosamente en una composición cruciforme diseñada por hileras de cipreses. El eje principal de la cruz arranca de la puerta de entrada y recorre una vía, que probablemente fue el centro del cementerio en su trazado inicial, y que llega hasta Capilla. El segundo eje – horizontal- refleja la línea a partir de la cual se hizo la segunda ampliación, en la que se levanta una amplia manzana de nichos, porticada a ambos lados. Por el resto de la superficie se distribuyen numerosas y cuidadas tumbas en tierra, con estelas funerarias en piedra o cruces de filigrana de hierro, de distintas fechas.

Cementerio de Peñaflor

FUENTES DOCUMENTALES

  • Archivo Diocesano de Zaragoza
  • Archivo Municipal de Zaragoza
     

BIBLIOGRAFÍA:

  • MADOZ, Pascual: Diccionario geográfico-estadístico histórico de España y sus posesiones de ultramar, vol. 9 (Zaragoza), Madrid 1845.
  • RODRIGO ESTEBAN, Mª Luz: "Barrios rurales de la ciudad de Zaragoza" en BELTRÁN MARTÍNEZ: Zaragoza : calles con historia. Zaragoza 1999.
  • VV.VV.: Zaragoza . Barrio a barrio. Vol. 4, Zaragoza 1984
  • VV.VV.: Zaragoza . Barrio a barrio. Prensa Diaria Aragonesa S.A., Zaragoza 1992