Recorrido a Orillas del Ebro

1. El Parque del Agua Luis Buñuel

El kilómetro cero del AVZ está situado junto al Puente del Tercer Milenio, que es un lugar óptimo para comenzar nuestro itinerario a pie o en bicicleta. Viniendo de la Estación intermodal Zaragoza Delicias a través de una pasarela peatonal elevada, se llega a este elegante puente que, como dicha pasarela, es obra del ingeniero Juan José Arenas de Pablo. Desde este puente, que atraviesa el Ebro sin apoyos intermedios, gracias a su impresionante arco con cables que sustentan el tablero, se ofrecen hermosas vistas. Al otro lado, se extienden las 120 hectáreas del Parque del Agua Luis Buñuel, donde se instalaron importantes piezas del Programa de Intervenciones Artísticas de la Expo; pero casi todas quedan ya fuera del planteamiento de nuestro itinerario junto al río. Aguas arriba, en la punta nororiental del meandro que se forma en la margen izquierda, está la provocadora intervención encargada por Expoagua Zaragoza 2008 a la artista zaragozana Lara Almárcegui, Un descampado en la ribera del río Ebro, que pretende, como en otras obras de su relumbrante currículum internacional, hacernos reflexionar sobre las alteraciones que infligimos en nuestro entorno. Pero, a diferencia de otras intervenciones suyas de carácter temporal a las que invita al público, ésta es permanente y no debemos acceder a ella los visitantes, pues la idea es preservar de la acción humana este solar durante al menos 75 años, para que siempre quede como testimonio de cómo era ese paraje y cómo lo van modelando las avenidas del Ebro.

Quizá por miedo a esas avenidas, que sin duda hubieran destruido la frágil Noria de la Paz, montada por catorce artesanos sirios venidos de Hama (Siria), se prefirió instalarla en el parque sobre un canal; aunque, debido a que éste tiene poca pendiente y recodos en ángulo recto, el agua apenas cobra fuerza suficiente para moverla autónomamente, de manera que sólo funciona cuando la ponen en marcha. Por ello, y porque se empleó hormigón en sus estructuras sustentantes, Nicolas Camoisson y Marion Coudert, que en 2006 participaron con éxito en el concurso de proyectos convocado por Expoagua proponiendo construir una noria tradicional mesopotámica como las del río Orontes, en el 2008 levantaron gran polémica al desmarcarse de la realización final. Más bien cabría aducir que son estos cambios los que han hecho que, en lugar de una utilitaria máquina tradicional, esta noria resulte ser simplemente una producción artística contemporánea. Otras tantas disquisiciones filosóficas nos provocarían las piezas de arte conceptual encargadas a Antoni Muntadas y Eulàlia Valldosera; pero no cabe comentarlas aquí por tratarse de intervenciones de carácter temporal.