08 agosto 2018

5 curiosidades del Museo Pablo Gargallo


El museo de Pablo Gargallo se sitúa en pleno corazón del casco histórico de Zaragoza, en la plaza San Felipe. Dedicado al escultor aragonés que lleva su nombre, es uno de los más icónicos y recomendables de la ciudad. Gargallo fue un reconocido escultor y artista de talla internacional.

Las propias obras del artista son las que te conducen hasta el edificio, la Casa Palacio de los Condes de Arguillo. El `Pastor del águila¿ y `La vendimiadora¿ salen a buscarte desde la Calle Alfonso y marcan el camino por la calle Candalija hasta la plaza. Al llegar, los poderosos atletas a caballo del `Saludo Olímpico¿, te invitan a entrar en el museo.

El museo de Pablo Gargallo se creó gracias al acuerdo entre la hija del escultor, Pierrette Gargallo Anguera y el entonces alcalde de Zaragoza, Ramón Sainz de Varanda. En dicho contrato fundacional, los herederos de Gargallo donaron las esculturas, dibujos, cartones y documentación biobibliográfica y el Ayuntamiento se comprometía a restaurar el palacio de Argillo para instalar el museo.

El museo se inauguró en 1985 y fue reformado y ampliado entre 2007 y 2009. En el año 2012 recibió el certificado de excelencia Herity por la excepcionalidad de la colección artística y por la manera de exhibir sus fondos. Destaca además al personal que trabaja en este espacio museístico que le da un gran valor añadido.

1. Es el único dedicado monográficamente a este artista clave en la evolución de la escultura del siglo XX. Pablo Gargallo nació en Maella (Zaragoza) en 1881. Con 7 años se traslada con su familia a Barcelona. Allí trabaja durante unos meses, sin sueldo, para el gran escultor Eusebi Arnau, de gran renombre en la ciudad para ese entonces. Fue alumno de la Escuela de la Lonja y en su juventud frecuentaba la tertulia de Els Quatre Gats, donde se reunía con otros artistas como Picasso, Casas, Nonell¿

En 1903 recibe una beca para estudiar en Francia y traslada a Paris. En los siguientes años expone con gran éxito en Nueva York y Barcelona. Fallece en diciembre de este mismo año en Reus (Tarragona) a los 53 años y en plena madurez creativa. Se formó en la tradición y desde ella, investigó trabajando con nuevos materiales -chapa de cobre, de hierro, plomo- e introduciendo el vacío como parte fundamental de la escultura.

2. Se exponen obras de todos los géneros y épocas de la trayectoria creativa del artista. El museo muestra esculturas, dibujos, joyas, grabados y cartones en los que se reflejan los momentos modernistas, noucentistas, expresionistas y cubistas del arte español e internacional de las primeras décadas del siglo XX. A lo largo de toda su vida creó desde los planteamientos más clásicos a los más innovadores.

3. Podemos contemplar la máxima creación del artista, El Gran Profeta (1933). ¿Acabo de concluir algo que quizá le interese. Es de bastante importancia. Creo haber hallado el camino de mi tranquilidad estética, aunque no sea el camino de la tranquilidad material¿¿. Esta es la confesión que Pablo Gargallo escribió al marchante de Bernheim. El Gran Profeta es la obra más emblemática del artista, la culminación de su constante búsqueda de un estilo personal. La obra resume todas las aportaciones personales de Gargallo a la escultura figurativa.

4. Aprendemos sobre la forma de trabajar de Gargallo, con plantillas de cartón. Las piezas de cartón son sin duda la aportación más original y novedosa del museo. Estos cartones nunca antes habían sido expuestos ni publicados. Es una oportunidad única para comprender mejor su concepto de la escultura y su forma de trabajar.

A partir de 1924, Gargallo comenzó a utilizar este tipo de plantillas para diseñar y recortar las distintas piezas que componían sus esculturas de chapa metálica. Una vez obtenidos todos los elementos usando estos patrones, los doblaba, cincelaba y soldaba. De esta manera compuso pobras como ¿Greta Garbo con sombrero¿, `Pequeña bailarina española¿ o `Gran arlequín¿.

5. La sede del museo es el Palacio de Argillo, una casa palaciega del siglo XVII. La Casa Palacio de los Condes de Arguillo fue mandada a construir por Francisco Sáez de Cortes como ampliación de sus casas. El edificio sigue las características de los palacios renacentistas propios de la época (1659-1661). Fue incorporando elementos barrocos en la fachada, que está realizada con ladrillo a cara vista. Tras atravesar la puerta y un pequeño vestibulo, entramos en el elegante patio interior con columnas. En el alero de madera, entre máscaras y frutas, encontramos representados con todo detalle los doce signos del zodiaco.