Presentación

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En 1982 el Ayuntamiento de Zaragoza puso en marcha un Programa municipal de atención a las mujeres. La entonces Delegación de Bienestar Social, elaboró un proyecto al que denominó Talleres de Promoción de la Mujer (TPM), en el que se agruparon las actividades que venían desarrollándose en colaboración con entidades y asociaciones.

El debate sobre el papel de las mujeres en las ciudades y la necesidad de contar con espacios propios para romper el aislamiento que muchas mujeres vivían, fue muy intenso en los movimientos feministas de los últimos años de la década de los 70 y los primeros de la de los 80. También estaba presente la preocupación de que se produjese una distancia cada vez mayor entre un núcleo de mujeres "concienciadas de su realidad, formado mayoritariamente por profesionales y trabajadoras, y un sector todavía mayoritario de mujeres a las que se venía calificando como "amas de casa", que desarrollaban su trabajo en el ámbito de su propio hogar y para las que la igualdad proclamada por la nueva legislación democrática no había tenido una traducción en su vida real.

Por eso, en los objetivos iniciales de las actuaciones del Ayuntamiento de Zaragoza en el Área de Mujer, se decidió priorizar a ese colectivo de mujeres y se proyectaron actuaciones que las animasen a salir de casa para participar.

La actividad física (gimnasia de mantenimiento) y los talleres de corte y confección eran los que más demanda presentaban. Las responsables del Programa de Mujer los consideraban como un primer paso en el camino de la igualdad y un banderín de enganche al futuro.

El hecho de que la oferta de actividades estuviese tan vinculada a la demanda fue objeto de controversia durante algún tiempo (algunas organizaciones de mujeres no veían con buenos ojos que la Administración promoviera actividades que no cuestionaban el rol tradicional de las mujeres). Sin embargo, la gran ola de participación que se movilizó en torno a los TPM, marcó un antes y un después en la vida de muchas mujeres de la ciudad que empezaron a tomar la calle como algo propio y a construir espacios de autonomía personal que nunca antes habían conocido.

En el año 1990 se inauguró la Casa de la Mujer, las arquitectas Ana Estirado Gorría e Isabel Bustillo Bravo se hicieron cargo del proyecto y levantaron el edificio en un céntrico solar municipal. Los primeros años se compartió el espacio con el CIDEM (Centro de Información de los Derechos de la Mujer) dependiente del Instituto de la Mujer, y con la creación del IAM (Instituto Aragonés de la Mujer), la Casa de la Mujer quedó exclusivamente para la Sección de Programas para la Mujer del Ayuntamiento de Zaragoza, dependiente de Servicios Sociales Especializados

Los 30 años, cumplidos en 2012, se celebro recogiendo la trayectoria en la publicación "30 años con las mujeres".

En 2015 se creó el Servicio de Igualdad, y pasó, de ser una sección dependiente de Acción Social, a tener entidad propia como Servicio.

En 2020 pasó a llamarse Servicio de Mujer e Igualdad.

En 2022 cumplimos 40 años trabajando con las mujeres en Zaragoza