17 julio 2013

Roberto Ciria canta la historia de la jota


Noelia Ceballos (El Periódico de Aragón)

"Canciones de siempre con algunas músicas totalmente renovadas". Esta es la fórmula con la que el cantador Roberto Ciria pretende sorprender en su nuevo espectáculo Momentos de jota, que se pondrá en escena este fin de semana en el Principal.

Este proyecto nace por una ambición: rememorar los momentos clave de la historia de la jota. El espectáculo comenzará con un recorrido por varias piezas del repertorio del folclore del Altoaragón. En esta particular lección de historia se hará un alto en el año 1894. Fue entonces cuando la Fiesta de la Jota reunió en Madrid a los amantes del género y dio como resultado el primer cancionero de jota aragonesa reconocido. La jota también tuvo sus incursiones en el cine, por lo que también estarán representadas piezas de la película Nobleza baturra (1935).

Esta antología se hace asimismo eco de la influencia de la zarzuela en la jota. El género musical más castizo supuso "una fuente de inspiración para muchos coreógrafos aragoneses", según Ciria. Este también será un momento para explorar nuevas formas de expresión, como ya hizo con La jota del siglo XXI. "Debido al éxito del espectáculo del año pasado hemos querido haciendo llegar al público nuevas formas de ver la jota", asegura el cantador.

La osadía del dúo compuesto por Ciria y su director musical Juanjo Almarza a la hora de fusionar estilos volverá a marcar tendencia, mezclándose con las melodías de una guitarra flamenca. El espectáculo La jota del siglo XXI ya mezcló jota con tango y klezmer judío. "Rompimos con todo. La gente nos ha felicitado por atrevernos", afirmó Ciria. Sin embargo, Momentos de jota es una recopilación que satisfará los gustos tanto de los más puristas como de los más vanguardistas.

Sobre el escenario se juntarán una veintena de músicos y bailarines. A la voz de Roberto Ciria se unirán las de Lorena Palacio y Sofía Bueno. Momentos de jota también lleva la firma del coreógrafo oscense Jairo Périz, que ha revisitado clásicos como las Leyendas oscenses o Gigantes y cabezudos. En total, cuatro coreografías completamente nuevas son las que componen la cita.

La programación del Teatro Principal vuelve a hacer un hueco al folclore, coincidiendo con la declaración de la jota como bien de interés cultural inmaterial. Sin embargo Juanjo Almarza opina que el reconocimiento llega "un poco tarde", aunque "si ayuda a que se conozca fuera, resulta muy positivo". Para Roberto Ciria, que formó parte de la comisión asesora que promovió el reconocimiento, este acontecimiento demuestra la "implicación de los aragoneses que sienten cada vez más la jota como algo nuestro".