El arquitecto Marcelo Carqué proyecta en 1939 este panteón en el que plasma una composición escenográfica sobre la muerte. Se representa aquí el momento en que un ángel, vestido con túnica y con expresión serena, anuncia la llegada del Juicio Final. El conjunto es de buena factura y cuenta también en su decoración con elementos de inspiración neoegipcia.