In Line of History (En línea de la Historia)


Autor/es
(Escultor, paisajista)
El alemán Claus Bury (nacido en Meerholz/Gelnhausen, 1946) es autor de grandes proyectos escultóricos de intervención en el paisaje. Previos a su intervención en Zaragoza son otras instalaciones permanentes en un patio a cielo abierto del Ayuntamiento de Bruselas en 1994, en el campus de la Universidad Justus-Liebig de Giessen o en un parque de Colonia o en la isla Kinzig de Gelnhausen en 1996, frente un centro de finanzas de Frankfurt en 1997, en la exposición de horticultura en Oeynhausen/Löhne 2000, en la colina Johannisberg de Wuppertal en 2001, en terrenos del castillo Achberg de Ravensburg en 2002, junto a un centro comercial de Frankfurt en 2004, en la exposición de horticultura en Ladenburg 2005, o en un puente de Bitterfeld-Woften en 2007-2008.
Emplazamiento
Está situada en la margen izquierda del Ebro, en el entorno del Balcón de San Lázaro, junto al Puente del Pilar, en el Paseo de la Ribera.
Periodo
[2001-] Siglo XXI
Materiales
Construcción en acero y madera.
Dimensiones
Tiene 9,5 x 28 x 4,4 m (2,7 m. de anchura en la entrada)
Cronología
2008
Promotor
Encargada por Expoagua Zaragoza 2008 con la colaboración y financiación del Ministerio de Fomento dentro de los Planes y Programas de fomento de la creatividad artística con cargo al 1% cultural.
Propietario
Ayuntamiento de Zaragoza

Landmark arquitectónico-escultórico transitable, en homenaje al antiguo puente de tablas sobre cuyos cimientos se eleva esta plataforma de tablas de abeto cubierta por rejilla de aluminio y sustentada por dos arcos de acero. Las tablas van disminuyendo de longitud progresivamente hasta llegar a la zona establecida como mirador visual, oscilando entre los 4,4 m. y los 2,7 m. paseo-mirador. Las finas chapas de aluminio en el techo y en las barandillas crean un juego de sombras que proyecta curiosas imágenes sobre la madera, rompiendo la direccionalidad visual y física marcada por la línea recta de la pasarela.

La estructura de acero que envuelve todo se articula en ocho módulos. Son siete armazones de cubo completas y una octava que sólo presenta la estructura de un triángulo rectángulo. Esta última aligera visualmente el acceso a la pasarela al situarse al principio de la misma. Mantiene la barra diagonal, que permite su forma de triángulo y que el resto de los cubos posee en sus laterales. Esta barra que cruza cada cubo desde uno de sus ángulos superiores al inferior opuesto, ejerce una importante misión de contrarresto de fuerzas. Los dos arcos de acero elevan la pasarela en dos tercios de su longitud y parecen mecer toda la pieza. Sus dos curvas mantienen un diálogo con los ojos del Puente de Piedra y con la estructura superior del Puente del Pilar.

Esta pieza entronca con otra realizada por Claus Bury en la ciudad de Landenburg en 2004/2005 también en acero y madera, y con varias esculturas diseñadas para el espacio público, que sugieren figuras de barco por las líneas curvas que las sustentan, como Wir sitzen alle in einem Boot, de 1996, y Elastisch-Schwebend, de 2001.

La paradoja de Claus Bury es que traslade al ámbito de lo ornamental y alegórico la máxima de Adolf Loos sobre la condición delictiva de ornamento. Sus trabajos monumentales -como el de Zaragoza- pertenecen a la estirpe minimalista, en una de sus múltiples hibridaciones posmodernas. Aquí la ingeniería de caminos funciona como el objeto encontrado y se muestra casi en bruto, otorgándole su condición artística el contexto institucional, es decir, el origen del encargo. Esta ingeniería sin propósito utilitario sino artístico o lúdico tuvo su primicia en la torre Eiffel; dentro de dicha tradición, las obras de Bury son caprichos arquitectónicos o ingenieriles donde estructura y forma final se equiparan, de modo que su condición "gratuita" de obra artística queda camuflada bajo su apariencia funcional.

No tanto High-Tech como arqueológico-industrial, Bury parece añadir un toque melancólico a sus obras. Pueden ser puentes malogrados, que se quedan en miradores, como en el caso de Zaragoza. Ubicado donde estuviera el viejo puente de tablas y casi escondido entre los árboles, es un mirador sobre la memoria, más que sobre el río. El arco invertido sobre el que se asienta se relaciona, de forma especular, con los arcos del vecino puente de piedra. Visto desde abajo, tienta pensar que pueda balancearse. Su esquema de pasarela inconclusa o barco varado tiene precedentes en un encargo de 2004 para Ladenburg (Alemania), con motivo de una exposición hortofrutícola, e incluso en su decorado para un Tristán en Mannheim, donde también se hablaba, en términos románticos, de deseos imposibles y tiempos perdidos. Del mismo modo que el decorado para Wagner cobra sentido cuando el personaje enamorado se sube a él, el "mirador" de San Lázaro exige un espectador que se asome. Así, hablamos de una obra escenográfica que pide cierta participación, pero contemplativa. Su aspecto anodino, industrial le resta intencionadamente poder de coacción, pero le hace ganar puntos como objeto duchampiano-minimalista.
Clave Iconografía Clave Materiales Clave Temática
Formas
Madera Hormigón
Autor de la Ficha
Ana María REVILLA (ficha técnica) y Alejandro RATIA (comentario)
Bibliografía
PELLICER, Francisco & GALÁN, Francisco Javier & REVILLA, Ana et al.: Intervenciones artísticas Exposición Internacional Zaragoza 2008. Zaragoza, Sociedad Estatal Expoagua Zaragoza 2008 S.A., 2008, pp. 64-73.